“Quiero que me la busquen. Lo único que quiero es que aparezca”. El reclamo desesperado es de Rita, la mamá de una nena de 13 años que está desaparecida desde el lunes pasado cuando fue vista por última vez en la zona oeste. Pasaron cuatro días y recién ayer la Fiscalía dijo haber tomado conocimiento del caso. La desaparición fue denunciada en la comisaría 32ª ese mismo día. Sin embargo, hasta ayer a la tarde ninguna de las instituciones que intervienen por protocolo en estos casos estaba enterada. Al cierre de esta edición, desde la Fiscalía dispusieron una reunión con la familia de la niña, luego de que entre anteayer y ayer la mamá buscara ayuda en militantes sociales de su barrio tras ver dos videos que fueron subidos en una red social. En las secuencias, la pequeña está atada, en una habitación que sólo tiene un colchón y es sometida a prácticas aberrantes cuyos protagonistas son hombres, describió la madre. Las imágenes llegaron a Rita por una amiga de la nena, que también la está buscando y dijo haber accedido a ellas en una red social.
Desde su desaparición hasta ayer ninguna institución parece haberse ocupado de buscar a la nena. Si se recorre el protocolo que se utiliza en estos casos, de acuerdo con distintas fuentes del caso, nada se cumplió: las formas indican que la persona se dirige a la comisaría –en este caso la que está en Fader 3165– y hace la denuncia; luego los uniformados mandan el acta a la Fiscalía, en la cual se encarga la oficina de Averiguación de Personas, y también realizan una comunicación a la Subsecretaría de Derechos Humanos, funcionarios que son los encargados de realizar la solicitud de paradero y también de comunicar el caso a la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (en caso de que se trate de un menor). Uno de los jefes de la seccional 32ª le dijo ayer a este diario que la denuncia radicada allí por la madre de la nena se pasó a todas las instituciones: Fiscalía en turno, Derechos Humanos, Migraciones y también a los uniformados que trabajan en la calle con los rasgos fisonómicos de la pequeña. Voceros judiciales, del Ejecutivo y policiales de todas esas instancias indicaron ayer que no habían recibido ninguna comunicación sobre el tema hasta ayer, cuando se sumó al caso el personal de la Dirección de Trata de Personas convocado por Derechos Humanos.
El caso de la hija de Rita se conoció en la tarde de ayer, cuando Alejandra Fedele, militante del Movimiento Evita, comenzó a hacer llamados por lo apremiante de la situación de vulnerabilidad y peligrosidad en que se encuentra la pequeña. El lunes, según contó su madre, la nena quedó en encontrarse con un chico de casi su misma edad por Facebook. De acuerdo con una versión policial, la última vez que la vieron fue en la zona sudoeste. Describió la mencionada Fedele: “La mamá se presentó ese mismo lunes a la comisaría 32ª; le dijeron que esperara un poco, pero después le tomaron la denuncia. No tuvo ninguna novedad hasta el jueves, cuando una amiguita de la nena encontró un video de su amiga que habían subido a una red social y le mandó una captura de pantalla a Rita. La madre se desesperó y se presentó nuevamente en la seccional, como lo hizo durante los últimos días, cuando pasaba para ver si había alguna novedad. Ayer la mamá recibió otro video y es aberrante la situación por la que está pasando nena. Está en una habitación y se hace evidente que no quiere estar ahí con esas personas que son mayores de edad”.
La militante agregó que es preocupante todo el tiempo que pasó sin que el Estado actúe. En el transcurso de la jornada de ayer, el personal de la Subsecretaría de Derechos Humanos –el que dijo haberse enterado recién ayer– se puso a disposición y comenzó una serie de comunicaciones con el personal de Trata de Personas, quienes tuvieron una primera charla con la mamá, dijo un vocero del Ejecutivo. Con el acompañamiento de los militantes sociales, la madre también había sido citada, al cierre de esta edición, a reunirse con un fiscal en turno en la sede de la Fiscalía Regional para ponerlos al tanto de la situación por la que atraviesa la niña.