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Tensión racial en Estados Unidos sumó más sangre

Un ex marine afroamericano, quien fue abatido, asesinó a 3 policías blancos e hirió a un mismo número de uniformados en la ciudad de Baton Rouge, estado de Luisiana, donde los enfrentamientos aumentaron tras un caso de gatillo fácil.

Tres policías fueron asesinados ayer en un tiroteo cerca de una comisaría de la ciudad estadounidense de Baton Rouge, en el estado de Luisiana, mientras que el agresor fue abatido en el enfrentamiento. Esa ciudad vive un clima de tensión racial desde el asesinato de Alton Sterling –el 6 de julio pasado–, un joven negro que fue víctima de gatillo fácil por parte de un oficial blanco.

En conferencia de prensa, el jefe de Policía de Baton Rouge, Carl Dabadie, informó que tres policías fallecieron y tres fueron heridos, uno en estado crítico, luego de enfrentarse a un atacante con un rifle de asalto.

Las autoridades de la ciudad y el estado de Luisiana anunciaron que el agresor fue abatido en el enfrentamiento y, según las cadenas CBS y CNN, fue identificado como Gavin Eugene Long, un ex marine afroamericano que ayer cumplía 29 años y vivía en Kansas City.

El tiroteo reactivó el clima de tensión racial y política que se vive en Estados Unidos en los últimos meses, principalmente por nuevos casos de gatillo fácil contra jóvenes negros y por el reciente ataque contra un grupo de policías en Dallas.

El incidente se produjo días después de que durante una protesta contra dos nuevos casos de violencia policial en el país –uno de ellos registrado precisamente en Baton Rouge– un ex soldado negro mató a cinco policías en Dallas, el 7 de julio pasado.

El tiroteo se produjo durante la mañana de ayer en las inmediaciones de la comisaría de la ciudad y, según dijeron fuentes de la investigación a la cadena de televisión CNN, los agentes habían recibido una llamada que advertía de la presencia de “un individuo sospechoso armado con un fusil de asalto caminando por la autopista Airline”, que pasa frente al cuartel policial.

A la llegada de los policías del distrito este de la ciudad comenzó el tiroteo, en lo que parecía una emboscada a los uniformados, según las autoridades.

Mientras se multiplicaban los rumores y crecía el temor por un nuevo ataque contra policías, las cadenas televisivas mostraron imágenes en las que se escuchaban los tiros y luego a las fuerzas de seguridad acordonando la zona y varias unidades de fuerzas especiales de los Swat rodeando el lugar.

Desde el Centro Médico Nuestra Señora del Lago, fuentes hospitalarias informaron que recibieron a cinco policías: tres fallecieron, uno está en estado crítico y otro estable.

El gobernador de Luisiana, Jon Bel Edwards, que se acercó al hospital para ver a los heridos, calificó este hecho “como atroz e injustificable” en tiempos “que necesitamos unidad y sanarnos” y confirmó que “todas los recursos disponibles del estado serán usados para asegurar que los perpetradores sean llevados rápidamente a la justicia”.

El martes pasado la Policía de Baton Rouge había informado de la detención de tres personas que habían robado armas supuestamente para atentar contra uniformados, en momentos en que la ciudad hervía con protestas en contra de la brutalidad y el racismo policial.

Los detenidos, tres jóvenes de 13, 17 y 20 años, habían asaltado una tienda de armas el fin de semana previo, y uno de ellos confesó que tenían intención de matar a uniformados de Baton Rouge en represalia por la muerte de Sterling.

Esto sucedió apenas dos días después del multitudinario entierro de Sterling, un hombre negro de 37 años que vendía CDs y que murió a manos de dos agentes blancos que acudieron al lugar por una llamada anónima que denunciaba la presencia de una persona que amenazaba a los transeúntes.

De acuerdo a la secuencia de los hechos, que fueron grabados en video por los transeúntes, los agentes dispararon a quemarropa a Sterling a pesar de que ya lo tenían reducido en el suelo.

Sterling les dijo que tenía un arma, declarada y legal, en su bolsillo, pero según testigos, nunca la sacó ni amenazó a los policías.

Este nuevo caso de gatillo fácil generó una oleada de protestas en todo el país, pero con epicentro en Baton Rouge, por la violencia policial contra la comunidad negra. Noche tras noche, miles de personas salieron a marchar por las calles de varias ciudades estadounidenses y, en muchas de estas manifestaciones, fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad. En total, más de 200 manifestantes fueron detenidos.

El ataque de ayer también se da unas horas después de otro masivo funeral vinculado a este mismo clima de tensión, el de Philando Castile, el joven negro asesinado la semana pasada –un día después de Sterling– en otro caso de gatillo fácil y abuso policial de un agente en Minnesota.

Castile, de 32 años, murió en Falcon Heights, un suburbio de Minneapolis, al recibir varios balazos de un policía que lo paró en su vehículo por una infracción leve de tráfico.

La tensión racial, la violencia y el gatillo fácil terminaron de dominar la escena política de Estados Unidos unos días después de las muertes de Sterling y Castile, cuando en Dallas, un veterano de la guerra de Afganistán de 25 años, Micah Xavier Johnson, mató a cinco policías e hirió a nueve personas, siete de ellas también agentes, durante una marcha contra la violencia policial.

La matanza de Dallas se produjo a más de un año de repetidos episodios de tensión racial, especialmente tras la muerte del joven negro Michael Brown, en Ferguson (Misuri), en agosto de 2014, a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.

Llamado a la unidad

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció ayer que los asesinatos por motivos raciales están “sucediendo con demasiada frecuencia”, por lo que llamó a los estadounidenses a estar unidos “sin importar el partido político, la raza o la profesión” de cada uno.

“Es muy importante que, sin importar el partido político, la raza o la profesión todo el mundo se centre ahora en palabras y acciones que puedan unirnos como país en vez de en aquellas que nos dividan más”, dijo el mandatario en una breve intervención desde la Casa Blanca ante la prensa.

Asimismo, reconoció que hechos como el de hoy han “sucedido con demasiada frecuencia”, que “nada justifica la violencia contra las fuerzas de seguridad” y que “los ataques a la policía son ataque a todos nosotros”.

Tras concluir la intervención de Obama, el multimillonario y casi seguro candidato republicano Donald Trump, respondió desoyendo el llamamiento del mandatario a la unidad.“¡Nuestro país es una escena de crimen dividida y solo va a empeorar!”, aseguró Trump en su cuenta de Twitter.

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