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Tras detención de capo narco allanan dos fincas en Salta

Reynaldo Castedo estuvo ocho años prófugo, hasta el viernes pasado. Creen que siguió operando durante ese tiempo.

Dos inmuebles vinculados con el sindicado capo narco Reynaldo Castedo, detenido el viernes pasado en el partido bonaerense de Ituzaingó, fueron allanados en la localidad salteña de Salvador Mazza, donde se secuestraron elementos que refuerzan la hipótesis de que el acusado seguía con sus operaciones aun prófugo, informaron ayer fuentes de la investigación.

Los procedimientos concluyeron anteanoche y fueron llevados a cabo por personal de Gendarmería Nacional en las fincas colindantes El Pajeal y El Aybal, situadas en el Paraje Madrejones, en dicha localidad de la frontera de la provincia de Salta con Bolivia.

Fuentes de la investigación informaron a Télam que en los allanamientos se secuestraron una escopeta y revólveres, un uniforme de Gendarmería Nacional y documentación a nombre de Castedo, el imputado de 50 años a quien tenían previsto trasladar en avión a Salta para que quede a disposición de la Justicia local.

“Esto demuestra, junto a las escuchas, que él seguía manejando todo estando prófugo”, explicó un investigador que consideró “común” el hallazgo de un uniforme de gendarme entre lo secuestrado. Al respecto, dijo que los narcos suelen simular procedimientos antidrogas para apoderarse de los cargamentos de otras bandas.

La hipótesis de los investigadores apunta a que Castedo traía grandes cantidades de droga desde Bolivia a través de las dos fincas allanadas y que luego la transportaba oculta en camiones con cargamentos de madera que finalmente eran exportados a Europa.

Sobre la finca El Pajeal, los pesquisas determinaron que pertenecía a otro de los principales investigados –el fallecido diputado provincial Ernesto Aparicio– y que fue administrada durante años por Castedo. Mientras que El Aybal cobró relevancia para la investigación al comprobarse que el sindicado capo narco la regenteaba y en 2003 fue adquirida por otro de los procesados en la causa, Mario Yudi, quien actuaba como “testaferro” del primero.

En 2005, el inmueble fue transferido nuevamente a Castedo, quien luego lo eliminó de su patrimonio mediante una venta simulada tras el homicidio de Liliana Ledesma, de 37 años, cometido el 21 de septiembre de 2006 y cuya autoría intelectual se le imputa ya que esta mujer lo había denunciado por narcotráfico.

Además, a través de las escuchas se determinó que Castedo se refería permanentemente a un conflicto de desalojo en esa finca, añadió el investigador.

Y recordó que del entrecruzamiento de llamados también surgió que en una de esas conversaciones el acusado se refirió a un hombre que en mayo pasado, al declarar ante la Justicia Federal de Orán, dijo que Castedo concurría a la finca El Pajeal.

De hecho, en esas mismas escuchas, Castedo se mostró preocupado porque este declarante habría dicho que desde ese inmueble se estaban sacando camiones con estupefacientes.

Por otra parte, Elida Romero, madre de Ledesma, dijo anteayer que Castedo se mantuvo prófugo durante ocho años porque “sobornaba a la Policía y a la Gendarmería”.

La mujer recordó que a su hija, que se dedicaba a la venta de huevos, la mataron cuando regresaba a su casa del trabajo por una pasarela y le dieron siete puñaladas.

Tras el hecho, hubo varios detenidos luego condenados, pero los hermanos Reynaldo y Raúl Castedo, de 37, fueron liberados y desde 2008 permanecían prófugos hasta que el primero fue apresado el viernes en Ituzaingó y el otro extraditado desde Bolivia a comienzos de julio.

La detención de Reynaldo Castedo se produjo en la tarde del viernes en la localidad bonaerense de Parque Leloir, en dicho partido de la zona oeste del conurbano, por gendarmes que lo descubrieron cuando iba a bordo de una camioneta Toyota Hilux.

El sospechoso mostró una identidad falsa, la misma que los gendarmes sabían que estaba utilizando, y negó ser el narco buscado, pero luego se pudo determinar que se trataba de él.

La captura se produjo luego de tres meses de escuchas telefónicas sobre diez líneas y de que pudieran establecer que Castedo aparentemente vivía en el barrio porteño de Once, aunque a veces se dirigía a Parque Leloir.

Castedo está acusado de homicidio, tráfico ilícito de drogas, asociación ilícita y lavado de activos por los fiscales de Salta, Eduardo Villalba, y de Orán, José Luis Bruno; y el juez de Garantías 2 de Tartagal, Fernando Mariscal Astigueta. También interviene en el proceso judicial el fiscal Diego Iglesias, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) de la Nación.

Según fuentes de la investigación, Castedo es el líder de un clan que opera desde hace tres décadas con el tráfico de estupefacientes desde Bolivia a España e Italia previo paso por la Argentina.  Entre sus actividades más conocidas, se encuentra la provisión de cocaína al abogado Carlos Salvatore, actualmente detenido, y al ex presidente del club Real Arroyo Seco, Patricio Gorosito, quienes exportaban cocaína en carbón vegetal con destino a Portugal y España.

En 2005, el diario Italiano Il Giornale publicó un artículo titulado “Milano e Ibiza capolinea della cocaína VIP”, en el cual se señala que Reynaldo Delfín integraba e incluso dirigía el poderoso “Cartel de Losano” referente de la droga en el viejo continente.

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