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Dos heridos en el Heca y acusaciones cruzadas

Las agresiones estarían enmarcadas en una disputa entre dos bandas de la zona. Uno fue baleado y el otro tiene un fuerte golpe en la cabeza.

Un joven de 19 años entró anteanoche al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) con un disparo en el brazo y declaró que fue herido por ser testigo del homicidio de un amigo, asesinado por error en mayo del año pasado en barrio Tango en un ataque en el que él se había salvado de milagro. Según sus dichos a la Policía, desde el crimen es blanco de amenazas constantes. Unas horas después, llegó al mismo hospital un hombre de 32 años con un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó internado en grave estado. De acuerdo con fuentes policiales, el chico de 19 fue señalado como el autor del ladrillazo que dejó a este último muchacho al borde la muerte, por lo que quedó bajo custodia policial. Las agresiones estarían enmarcadas en una disputa entre dos bandas de la zona.

Según lo informado por fuentes policiales, Jonatan Hernán “Pelusa” A., de 19 años, entró al Heca anteanoche alrededor de las 23. Tenía una herida de arma de fuego en el brazo izquierdo y, según declaró a la Policía, le habían disparado en la puerta de su casa, en Gabetta al 8600 en el barrio Tango. Además, el chico sostuvo que el ataque formaba parte de las constantes amenazas que sufre desde hace poco más de un año por haber sido testigo del crimen de su amigo Emanuel Miño.

Unas horas después, al mismo hospital llegó Víctor S., de 32 años, con un fuerte golpe en la cabeza. El muchacho estaba en grave estado de salud y tuvo que ser sometido a una neurocirugía. Según una fuente policial, Jonatan fue señalado como el autor del golpe, que se presume fue un ladrillazo, por lo que el fiscal a cargo dispuso una custodia policial a su lado en el Heca hasta el esclarecimiento de su situación. En este sentido, ayer testigos fueron a declarar a Fiscalía.

Emanuel Diego Miño era conocido como Rocho y tenía 18 años cuando la madrugada del 30 de mayo fue acribillado frente a un quiosco, en Urquiza al 9300. Estaba reunido con una decena de muchachos del barrio, cuando un Fiat Uno y una moto Honda Tornado con dos ocupantes que habían pasado en repetidas oportunidades pararon y se desató la balacera en la que recibió 14 disparos. Junto a él estaba Jonatan, quien también resultó herido y se salvó de milagro, convirtiéndose en un testigo clave en la causa.

Según la investigación del fiscal Adrián Spelta, un rato antes Rocío Magalí P., una joven de 23 años apodada Gringa, había sufrido un escruche y se lo comentó a cuatro amigos de una banda conocida en la zona como Los Potis.

La chica salió con ellos en una moto y un auto a buscar a los ladrones y se toparon con varias personas tomando bebidas en la puerta de un salón de ventas. Según testimonios de aquel día, cuando la Gringa vio a Emanuel y a Jonatan hizo detener los vehículos y los señaló como los autores del robo. Los de la moto fueron derecho a los jóvenes y abrieron fuego.

Pero, apenas comenzaron los disparos, la mujer se dio cuenta de que se había equivocado de personas y quiso intervenir, aunque ya era demasiado tarde. Miño cayó al suelo tras recibir un culatazo en la cabeza. Luego, le descerrajaron 14 balazos con armas calibres 32 y 9 milímetros, mientras que su amigo sufrió heridas en un brazo. Agonizante, el chico alcanzó a mencionar a la Gringa como su homicida.

La mujer se quedó en la escena del crimen hasta que llegó la Policía y se entregó voluntariamente. Al día siguiente fue imputada como instigadora del hecho. Recibió prisión preventiva que se transformó en domiciliaria ya que tiene un hijo pequeño a cargo, aunque se esfumó de su casa y se mantiene prófuga.

Meses después, quedaron detenidos dos jóvenes que estaban prófugos y que fueron imputados como coautores del crimen de Emanuel. Se trata de Jorge Matías G., de 21 años, y Víctor Alfredo A., de 27 años, a quienes se les dictó prisión preventiva sin plazo. El último de ellos cayó arrestado tras sacarse una selfie en el Heca, a donde había llegado por un accidente de tránsito, lo que develó a los investigadores su ubicación.

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