Un viaje a lo más profundo del universo litoraleño es lo que propone Andar chamamecero, el primer disco del trío de guitarras Yasí Yateré que se presentará este viernes, a las 21, en Empleados de Comercio (Corriente 450). Las entradas se pueden adquirir en la boletería del teatro, de 10 a 19.
El grupo, integrado por Andrés Tritten (guitarra izquierda), Javier Rivero (guitarra derecha) y Chey Ramos (guitarra centro), explora un compendio de autores que marcaron un quiebre en la música argentina: Ernesto Montiel, Isaco Abitbol, Pocholo Aire, Roque Librado González, Tránsito Cocomarola y Tarragó Ros, entre otros. Y vuelve sobre las obras de ellos para brindarles una suerte de homenaje personal que reivindica la tradición.
“Lo que hacemos va por el lado del rescate aunque, por otro lado, le vamos metiendo cosas que son más propias de esta época. Las músicas son dinámicas por más que uno se plantee el tradicionalismo. No se puede negar que hay una evolución, y nosotros, treinta o cuarenta años después de que esas canciones se hicieran, estamos atravesados por otros tiempos, visiones e influenciados, incluso, por otras músicas que escuchamos como el jazz”, contó Tritten en diálogo con El Ciudadano.
El guitarrista, oriundo de Formosa pero establecido en Rosario desde hace años, contó que el grupo se formó con la idea de explorar el repertorio chamamecero. Con esa intención, “el repertorio está formulado sin demasiada estructura”, dijo, y agregó: “Eligiendo las canciones que nos gustaban”. Así suenan “El rancho solo” de Ernesto Montiel, “Serenata entrerriana” de Tarragó Ros, y “Km 11” de Tránsito Cocomarola, entre otras.
El disco está compuesto por diecisiete temas donde los clásicos dialogan con algunas composiciones del trío. “Nuestros temas conviven con los clásicos porque persiguen esa sonoridad del chamamé tradicional sin demasiadas estridencias”, opinó Tritten quien, en 2012, con el Dúo Ñandutí, editó Sencillito y en ojotas, un álbum dedicado a explorar estas mismas músicas.
Yasi Yateré se formó en la Escuela de Música de la UNR y desarrolla una experiencia camarística ligada a la música del Litoral. “Tratamos de respetar al máximo la idea que gestó cada compositor cuando escribió para que suene tradicional”, expresó el músico.
A pesar que Rosario fue cuna de grandes chamameceros, durante mucho tiempo, el género fue soslayado y hasta menospreciado. Pero los aires comenzaron a cambiar en la última década. “Cada vez más gente se acerca a tocar chamamé”, analizó Tritten. Y concluyó: “Por Rosario pasaron todos, desde Emilio Chamorro hasta Tarragó Ros; acá funcionó el Rancho de Ramón Merlo que aglutinó a todos los chamameceros pero siempre fue una música de los márgenes. Ahora se está empezando a ver un acercamiento y se vuelve a escuchar gracias a personalidades como (Raúl) Barboza, el Chango Spasiuk o Los Hermanos Flores. Eso afecta directamente a Rosario”.
