Una mujer de 43 años que vive en una casa de pasillo lindera a una distribuidora de alimentos con seguridad privada fue víctima de una entradera pasadas las 15 de ayer. Dos muchachos jóvenes y bien informados le sacaron una cartera con 40 mil pesos a punta de pistola y cuando intentaron huir se toparon con el custodio, un comisario inspector retirado que observó la jugada. La respuesta fue un feroz enfrentamiento armado en barrio Bella Vista que dejó al ex policía, de 57 años, tendido en la vereda con dos balazos en el rostro y otro en un brazo. Al cierre de esta edición, el ex inspector de zona segunda Norberto Peyronel se encontraba estable internado en el Heca.
La balacera se desató a las 15.12 en la puerta de un pasillo ancho de San Nicolás 2850, entre Rueda y Virasoro. Mientras los asaltantes se fugaron a los tiros en dos vehículos, empleados de la distribuidora trasladaron en un auto particular a Peyronel, quien no perdió la conciencia, a la guardia del Heca. La calle, en pocos minutos, se llenó de policías que durante tres horas cuidaron la escena. Juntaron vainas, plomos deformados, tomaron huellas dactilares de los autos y pisadas humanas del pasillo. Todo, mientras intentaban reconstruir el enfrentamiento armado analizando manchas de sangre, orificios de bala y algunos testimonios.
El relato más esclarecedor fue el de la víctima del robo, Andrea. Tiene 43 años, es viuda desde hace cuatro y vive con sus dos hijas de 11 y 7. Ayer dejó a las nenas con una niñera y salió de su casa en auto (un Citroën Xsara negro) rumbo al microcentro con más de 150 mil pesos y la compañía de dos amigas extranjeras que viajaron desde Paraguay a visitarla. Andrea hizo algo que, dijo, era habitual. Le compró dólares a una persona de su confianza en inmediaciones de las peatonales Córdoba y San Martín y los depositó en una financiera de Mitre y Santa Fe. Después, condujo hasta su casa de barrio Bella Vista junto a sus amigas que son madre e hija.
“Entré con el auto por el pasillo lo más bien. Mis amigas se bajan y caminan unos metros hasta la puerta de casa. Yo vuelvo a subirme al auto para abrir las ventanillas porque había mucho olor a cigarrillo. Ahí vienen dos chicos, uno me pone un revólver en la cabeza y me dice: «Dame los dólares». Y yo muy jocosa le digo: «Llegaste tarde, ya los deposité»”.
Andrea relató que le dio la cartera con 40 mil pesos, dinero que conservó porque el vendedor no tenía más dólares para cambiarle, y se quedó dentro del auto, aterrada. En esos momentos, uno de los ladrones le gritó a su cómplice que vaya por las paraguayas y el joven obedeció. “Le gatilla a mi amiga y ella le entrega el bolso con tres mil pesos. Pero su hija, que tenía una bandolera con 11 mil más, la tira adentro de la casa. El que daba las órdenes le vuelve a gritar que rompa la puerta, y la rompe de una patada”, continuó Andrea, que supone que para entonces Peyronel estaba al tanto de lo que ocurría: “A todo esto se asoma un vecino, y ellos salen de espalda a la calle apuntándome. Cuando están por llegar a la vereda escuché un montón de tiros, mis nenas se asomaron y corrí a meterlas adentro. En total se llevaron 54 mil pesos”, dijo.
Tras el mal trago Andrea, que se dedica a vender al por mayor productos de marroquinería, refirió que hace unos cuatro años que conoce a Peyronel, desde que el inspector retirado trabaja de custodio en la puerta de su casa y al que definió como una buena persona. “Solemos tener largas charlas y siempre de da consejos”, dijo. La inseguridad la había llevado dos semanas atrás a buscar un departamento para mudarse en la zona de Tribunales. “Porque mis hijas no pueden salir a jugar a la vereda por los robos. El domingo le compré una bicicleta a la más chica, y Norberto me la cuidaba”, aseguró.
En relación al robo, Andrea asegura que la tenían “marcada”, pero no sospecha de nadie. “Saben que muevo dinero”, dijo. Por su parte, el fiscal de Flagrancia Enrique Paz, que fue al lugar, dijo que no sabe si los ladrones eran tres o cuatro y si se desplazaban en uno o dos autos. Otras fuentes del caso aseguraron que los asaltantes se fugaron en un Renault 9 gris, y en un Ford K dorado. Ambos quedaron registrados en las cámaras de seguridad de un comercio ubicado en la esquina de Virasoro y San Nicolás. El caso es investigado por personal de la Policía de Investigaciones y la seccional 13ª que tiene jurisdicción en la zona.