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Dilma Rousseff se defiende en el Senado

La presidenta suspendida de Brasil reiterará hoy que es víctima de un golpe de Estado, propinado por su vicepresidente y actual mandatario interino Michel Temer, quien espera ser confirmado en el cargo para participar del G20 en China.

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, pronunciará hoy su defensa en el juicio político que le sigue el Senado y reiterará que es víctima de un golpe destinado a dejar en el gobierno a su vicepresidente, Michel Temer, en alianza con la antigua oposición.

La defensa de Rousseff pretende darle un tono épico a la sesión, teniendo en cuenta que todas las previsiones indican que los adversarios del Partido de los Trabajadores (PT) lograrán el mínimo de 54 votos para destituir mañana a la primera mujer presidenta de Brasil, elegida en 2010 y reelecta en 2014, acusada de irregularidades contables en la ejecución del presupuesto 2015.

El jefe de gabinete del gobierno interino, Eliseu Padilha, dijo que calcula 60 votos a favor de la destitución, que permitirán la asunción en Asamblea Legislativa para que Temer, ya como jefe del Estado, pueda viajar a China a hacer su estreno internacional en la cumbre del G20.

“Claramente estamos ante una farsa y veremos quién se ubica del lado correcto de la historia”, afirmó por su parte el jefe del bloque del PT de Rousseff, Humberto Costa, en diálogo con la agencia Télam.

El legislador agregó que “la presidenta enfrentará cara a cara a sus acusadores y tendrá la oportunidad de decir que quieren destituirla sin un motivo, porque no hay crimen contra la Constitución y por eso es un golpe”.

La mandataria estará acompañada por una comitiva de 15 invitados, entre ellos su mentor político y antecesor en la presidencia, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien la Policía Federal acusó el viernes pasado ante el juez Sérgio Moro en relación con la investigación del multimillonario desvío de fondos de la petrolera estatal Petrobras.

También fue anotado como posible invitado el cantante y escritor Chico Buarque, referente de la izquierda brasileña y quien ya ha participado en actos públicos en defensa de Rousseff.

En su discurso de 30 minutos y en las respuestas a sus interrogadores, Rousseff apelará a su biografía como luchadora contra la última dictadura militar, que la mantuvo presa; a que nunca fue vinculada a actos de corrupción y a que representa un modelo de inclusión social del que participaron muchos senadores que hoy, aliados a Temer, buscan destituirla.

“La presidenta está serena. Ella se siente víctima de una injusticia, más que estar triste por esta jugada de traición del vicepresidente”, dijo a Télam la senadora Katia Abreu, quien pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer pero no está a favor de la destitución.

Desde la acusación, Rousseff recibirá duros cuestionamientos. “Le quiero preguntar por qué le mintió al país en 2014 diciendo que la situación era otra. Ella es la culpable de esta crisis que vivimos y estamos convencidos de que hubo delito de responsabilidad contra la ley fiscal en sus actos”, comentó a Télam José Medeiros, del Partido Social Demócrata (PSD), aliado a Temer.

“La declaración de Dilma será el punto alto de este juicio por lo que significa, pero no podrá modificar la prueba producida en su contra por los delitos de responsabilidad en la ley fiscal”, advirtió el senador instructor del caso, Antonio Anastasia, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

El PSDB era el principal opositor de la coalición entre el PT y el PMDB, pero una vez que esa alianza se quebró se unió al último. De hecho, aportó, entre otros, al canciller José Serra al gobierno hasta ahora interino de Temer.

Rousseff está acusada de haber firmado tres decretos para anticiparle dinero del presupuesto a la Policía Federal, la Justicia laboral y el Ministerio de Educación, y de usar dinero de los bancos públicos para subsidiar el plan agrícola Zafra 2015.

Desde el jueves pasado, en los tres días de sesiones para escuchar a los testigos de las partes, el Senado vivió momentos de tensión, sobre todo por el intercambio de agresiones a los gritos entre legisladores.

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Dilma Rousseff se mostró ayer relajada y realizó su habitual paseo en bicicleta por la zona del Palacio de la Alvorada, en Brasilia. Días atrás, la mandataria suspendida había afirmado en una entrevista a BBC Mundo que sus días transcurren con normalidad desde que fue apartada de su cargo, el 12 de mayo pasado. “Ando en bicicleta todos los días. Hago musculación también todos los días. Leo todos los días. Veo siempre que puedo películas, ya sea en DVD o internet, vía Netflix”, había dicho Rousseff en esa entrevista.

Tiene banca

La Central Única de los Trabajadores (CUT) y movimientos sociales de Brasil se manifestarán hoy frente al Senado para respaldar a Dilma Rousseff y rechazar lo que consideran un “golpe parlamentario”.

“Esperamos dar un mensaje a la sociedad de repudio a un golpe por parte del vicepresidente Michel Temer, que quiere instalar una agenda que retire de la legislación los derechos sociales, laborales y previsionales”, dijo a Télam el presidente de la CUT Brasilia, Rodrigo Britto.

Son esperados entre 20.000 y 30.000 personas para apoyar a Rousseff en el acto, que durará hasta la medianoche.

La Explanada de los Ministerios está dividida por un muro de metal y con cordones policiales, con un sector para los simpatizantes de Rousseff y otro para los que propugnan la destitución.

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