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George Grosz, satírico social creador de imágenes icónicas

Sus obras son verdaderos análisis sociológicos plasmados en imágenes que critican a la sociedad de su época.

George Grosz fue un dibujante y pintor que reflejó con singular talento la sociedad de su tiempo, principalmente la Alemania de las dos décadas iniciales del siglo XX, en el período de crisis inmediato a la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Sus obras son verdaderos análisis sociológicos plasmados en imágenes que desnudan las injusticias sociales, las miserias morales y materiales, crítico cerril del nacionalismo belicista del militarismo prusiano y en definitiva del capitalismo.

Admirador de pintores como Francisco de Goya, Vincent Van Gogh y Toulouse Lautrec, Grosz fue perseguido por el régimen nazi y los esbirros hitlerianos; esto no sólo no atenuó su talante agudo e incisivo, sino que se mantuvo firme en sus convicciones.

Grosz participó en el levantamiento socialista revolucionario junto a los espartaquistas Rosa Luxemburgo y Karl Liebneck, en 1919.

Con el ascenso del nazismo, los cuadros de Grosz fueron quemados junto a los libros de Karl Marx, Sigmund Freud y otros. Grosz era considerado como un hacedor de arte decadente “degenerado”, corrosivo y por lo tanto peligroso para las masas a las que los nazis procuraban domesticar con su propaganda. Abrir las conciencias a la cruda realidad del horror y la barbarie fue el “crimen” que debió pagar con el exilio.

Conocido popularmente como George Grosz, nació bajo el nombre de Georg Ehrenfried en la ciudad de Berlín, Alemania, el 26 de julio de 1893. Fue considerado como exponente destacado de la época expresionista, corriente estética que también caracterizó a grandes talentos creativos del cine como Fritz Lang. Su estilo evolucionó desde el dadaísmo a la nueva objetividad, tendencia de la cual fue uno de los más importantes maestros.

Como señala uno de sus biógrafos: “Entre los años 1909 y 1912, Grosz estudió en la Academia de Dresde, y entre 1912 y 1917 en la Academia de Artes y Oficios de Berlín, en la que fue alumno de Emil Orlik. Su objetivo era convertirse en dibujante de historietas. Pero también en esa época fue copista de obras de maestros clásicos, en especial las de Rubens que se encontraban en la pinacoteca de Dresde, a la vez que realizaba unos dibujos con un estilo muy personal para revistas satíricas y periódicos, haciendo uso para ello de la caricatura”.

En 1913 se trasladó a París. En esta ciudad francesa fue en la que entró en contacto con los movimientos de las vanguardias, como el cubismo y el futurismo.

En París pudo también admirar de cerca la obra de Goya, Toulouse Lautrec y Honoré Daumier. Tal como señala un crítico: “En esta etapa se desarrollaron significativos cambios y una importante evolución en su estilo pictórico, con una progresiva simplificación de las formas, en la que se notaba una gran influencia del cubismo y el futurismo pero también del expresionismo, muy presente entre los jóvenes artistas alemanes de esos años”.

En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, Grosz es alistado en la infantería del Ejército alemán, en un regimiento de granaderos. Sin embargo, ya en 1916 se le otorga licencia; aunque se argumentaron motivos de salud física, quizás una sinusitis crónica, el verdadero motivo de su baja fue el shock psicológico que le provocó la carnicería siniestra de la que fue testigo y de la que tuvo que recuperarse en un hospital militar.

Entre 1915 y 1917, Grosz retomó su actividad artística. Como reseña una Enciclopedia Virtual: “La simplificación gráfica de su obra se agudizó para permitirle expresar el horror de la guerra y el desplome moral que siguió a la derrota prusiana. Ese fue el estilo que tuvo la producción de Grosz en los años siguientes, caracterizados por su adhesión al movimiento dadá (alrededor de 1920). En esa época, produjo su serie de dibujos conocida como Ecce Homo. Fuertemente impresionado por la Revolución Rusa, también adoptará durante ese periodo políticas revolucionarias. En 1919, es detenido por su participación en el Levantamiento Espartaquista que lideraban Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. A partir de ese momento, sería procesado en diversas ocasiones por incitación al odio de clases, ofensa al pudor, vilipendio a la religión y otras razones. Por ejemplo, en 1921, George Grosz es acusado de injurias a las fuerzas armadas, y condenado a una multa de 300 marcos. Además, se destruirá el conjunto Gott mit uns (Dios con nosotros), obra satírica sobre la sociedad alemana. Grosz deja el KPD (Partido Comunista) en 1922, después de una estancia de cinco meses en Rusia, período en el que conoció a Lenin y Trotski, es posible que por disidencias con la evolución del régimen de la Unión Soviética, aunque este tópico es aún motivo de polémicas”.

Como se señaló más arriba, en 1932, cuando en Alemania el nazismo está en pleno auge, la obra de Grosz pasa a ser interpretada como el paradigma del arte degenerado y recibe el amenazante mote, por parte de alguno de los ideólogos nazis, de “bolchevique cultural número uno”.

En 1933, con el acceso al poder de Adolf Hitler, Grosz tuvo que emigrar a los Estados Unidos. Trabajó entonces como profesor en la ciudad de Nueva York.

La producción del período americano, sin embargo, es menos incisiva, a pesar de su retorno al estilo surrealista y a sus pretéritos despiadados.

Como afirma un comentarista: “La Segunda Guerra Mundial le hizo volver a sentir el pesimismo anterior, manifestado especialmente en alguno de sus óleos”.

En 1958 volvió a Alemania. En Berlín, la misma ciudad que lo había visto nacer 66 años antes, murió el 6 de julio de 1959.

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