La vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, declaró hoy que no tiene «nada que ocultar» y que confía en que la investigación judicial sobre el origen del dinero robado en su casa en noviembre último «aclare todo» ya que en la fundación SUMA que preside «no hay nada que esté mal».
Michetti dijo esta mañana a la prensa, en la puerta de su domicilio, que está «colaborando» con la justicia en «todo lo que puede, mostrando todo lo que hay que mostrar», y aseguró que «no hay nada raro ni nada que esté mal».
«Tengo la paz de que la verdad, como dice un amigo mío se sostiene por sí misma, y tengo esa tranquilidad y esa paz de haberme manejado siempre con la verdad, con honestidad e integridad, de vivir siempre en la misma casa», añadió.
La vicepresidenta afirmó que no tiene «nada que ocultar» y que será «respetuosa» del avance de la causa judicial a cargo del juez federal Ariel Lijo, quien investiga el origen del dinero robado de la casa de Michetti el 22 de noviembre pasado.
El magistrado pidió ayer libros contables a la fundación que preside Michetti, un trámite que según el defensor de la funcionaria, Ricardo Gil Lavedra, se iba a cumplimentar hoy.
La investigación se inició luego de que el abogado Leonardo Martínez Herrero y los diputados Rodolfo Thailade y Juan Cabandié, denunciaron a la vicepresidenta con el objetivo de que se indague sobre el origen del dinero robado en noviembre.
El robo ocurrió la noche en la que se consagró vicepresidenta, cuando le sustrajeron 245 mil pesos y 50 mil dólares de su casa, y por el hecho fue procesado y enviado a juicio David Cruzado, un policía que formaba parte de su custodia.
Michetti afirmó que de lo robado, unos 200 mil pesos que estaban en una bolsa de cartón, provenían de donaciones a la Fundación SUMA, y que 45 mil eran para el pago de refacciones en la vivienda.
Agregó que los 50 mil dólares eran un préstamo de su pareja, Juan Tonelli Banfi, para pagar una maestría de su hijo.