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La Escuela de Artes Visuales marca la tendencia artística

Lleva 75 años en la ciudad como ícono ineludible en la formación de gran cantidad de artistas y diseñadores.

La historia de la humanidad está íntimamente vinculada con el arte y acompaña el devenir social y cultural desde la prehistoria, cuando el hombre plasma las primeras imágenes en las paredes de las cavernas.

Definir el concepto de arte es encerrarlo en una enunciación muy difícil de explicar, porque lo que trasversaliza este axioma es la capacidad creativa del hombre. Hegel sostiene: “La tarea del arte consiste en hacer que la idea sea accesible a nuestra contemplación bajo una forma sensible”. Una definición que nos pone frente a la complejidad de la idea. Otros hablarán de belleza, de verdad, de formas de crear la realidad y de arte vinculado con lo social y popular.

En Rosario, el arte tiene un largo historial y parte de ese patrimonio cultural es atesorado por la Escuela Provincial de Artes Visuales N° 3031 General Manuel Belgrano, que cumple 75 años en la formación de artistas y diseñadores.

El director de la escuela es el licenciado Claudio Ruiz, quien tiene una prolífera carrera artística en la ciudad. Sostiene que en sus orígenes el arte era exclusivo de las clases más altas y sólo aquellos que podían pagar el estudio con algunos maestros tenían acceso a la formación artística.

“La idea de varios artistas rosarinos de sistematizar la enseñanza y ponerla al alcance de las clases trabajadoras fue el gen originario de la creación de nuestra escuela de hecho, la idea de gratuidad y libre acceso la definió desde sus inicios. Muchos de los primeros alumnos eran trabajadores de clase media y baja, que tuvieron la oportunidad de una formación de nivel superior, que les permitió modificar su propia realidad”, sostiene Ruiz.

Como consecuencia del acceso restringido a la formación artística, el arte era privativo para el común de la gente. La mayoría de los artistas pertenecían a clases altas, aunque muchos de ellos se manifestaban preocupados por las problemáticas sociales y la inclusión. Varios grupos de artistas intentaban transformar esa realidad y muchos de ellos realizaron búsquedas estéticas y avances sociales. Estos desencadenaron en la creación de la Escuela de Artes Visuales General Manuel Belgrano de Rosario.

—¿Qué significó en ese momento la creación de la escuela que hoy cumple 75 años?

—La apertura de una institución que facilitara el acceso irrestricto de la sociedad contribuyó a la inclusión, permitió que muchos ideales se materializaran en un lugar que por sus características propias, ampliaba los horizontes artísticos. El horario de la escuela, permitía a los trabajadores el cursado luego de sus jornadas laborales. La excelencia académica de sus profesores garantizaba un aprendizaje integral y de calidad. Los pilares del proyecto de creación de nuestra escuela incluían la participación de alumnos y familiares a través de su Asociación Cooperadora, la creación de una Biblioteca especializada dedicada al Arte, el Diseño y la Educación y la creación de un museo de reproducciones que por la generosidad de profesores y directivos mutó en una colección de obras originales que integran nuestra Colección Patrimonial, actualmente con más de 100 obras de prestigiosos artistas.

El paso del tiempo fue consolidando en la ciudad instituciones de formación artística tendientes a la inclusión y la apertura como la Facultad de Bellas Artes, la Escuela Municipal Musto y la Escuela Provincial de Artes Visuales; los paradigmas educativos se van afianzando de tal manera que logran instalarse en la comunidad.

Sin embargo, el desarrollo pedagógico del arte en Rosario, todavía debía superar momentos difíciles que fueron marcados por la dictadura. “Para el proyecto de silenciamiento sistemático implementado por los gobiernos de facto, cualquier espacio vinculado al campo de las ideas, de la creación, de la crítica social y de la producción artística estaban fuera de lugar”, indica Ruiz.

En 1980 el gobierno militar traslada la escuela de su edificio céntrico de San Martín 474, al edificio Constancio C. Vigil, tomado por el gobierno militar. La mudanza es realizada con camiones militares que, según sostienen directivos de la época, dañan parte del patrimonio histórico, entre ellos, un cuadro de César Caggiano que sufre un desgarro importante en la tela y tuvo que esperar varios años para poder ser restaurado.

“La sociedad toda sufrió la falta de libertad y nuestra institución no estuvo fuera de las generales de la ley, pero no se produjeron ataques específicos. Las garantías para expresarse libremente no estaban aseguradas y nuestra escuela no fue la excepción”, dice Ruiz.

—¿Cuáles son las tendencias que hoy tiene el arte en la ciudad?

—Rosario es una ciudad con una cultura muy rica y muy variada. Dependiendo del lugar donde fijemos la mirada, podremos encontrar diferentes propuestas y artistas. Algunas instituciones de la ciudad dan muestra de recorridos sesgados, que no son únicos pero son los visibilizados. La legitimación artística puede realizarse a través de diferentes circuitos y de hecho algunos artistas locales prefieren moverse fuera de ellos. La desaparición de galerías y espacios de difusión tradicionales permitieron la generación de estos otros espacios alternativos para poder mostrar producciones artísticas grupales o individuales. El arte no es unívoco y en una ciudad tan ecléctica como Rosario es normal que convivan diferentes propuestas estéticas.

—La Escuela Provincial de Artes Visuales ¿es vanguardia de esa tendencia?

—Siempre enseñamos a nuestros alumnos que la idea es generar seres creativos, críticos, pensantes y comprometidos con la realidad, pero de ninguna manera queremos que todos piensen igual que nosotros. Nuestra función no es generar repetidores de estéticas, ideas o formas de producir, sino todo lo contrario, brindarles las herramientas necesarias para que ellos puedan encontrarse a sí mismos, que puedan descubrir su propio lenguaje, sus propias problemáticas para desarrollar sus recorridos de manera personal.

—¿Cómo está posicionada hoy la Escuela de Artes Visuales?

—Podemos decir con total certeza que, luego del largo camino recorrido, nuestra institución logró posicionarse como un espacio de referencia obligada del arte, el diseño y la educación. En los últimos años y con un esfuerzo sostenido se realizan encuentros de educadores, de artistas, de estudiantes de arte y diseño, organizamos el Congreso Internacional Itinerante. Desarrollamos espacios de integración y aprendizaje para alumnos, establecimos convenios con diferentes instituciones, trabajamos de manera mancomunada con fuerzas vivas de nuestra región. Desde hace dos años funciona en nuestra escuela un Taller Gráfico que permite a los alumnos de Diseño Gráfico realizar prácticas profesionalizantes que les permiten obtener las herramientas necesarias para incorporarse al mundo laboral.

—¿Cómo visualiza el futuro de la escuela en relación con el arte en el marco de sus 75 años?

—Creo que tenemos una proyección de futuro muy promisoria, las posibilidades de desarrollo son infinitas, el enorme potencial que tenemos como institución es la participación activa de nuestros alumnos, que siempre están dispuestos a proponer y llevar a cabo acciones nuevas, desarrollar nuevos espacios, apoyar actividades que los involucran de manera participativa y ayudarnos a materializar proyectos que los involucran y les permiten iniciar sus propios recorridos. Estamos convencidos de que nuestras propuestas artísticas permiten la pluralidad, sin perder una identidad propia desarrollada durante estos 75 años de vida institucional. Creemos importante evolucionar y transformarnos, sin perder de vista los ideales que nos llevaron a ocupar el lugar donde estamos.

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