Unión y Progreso le hace honor a su nombre compuesto. A través de la unidad de dirigentes, socios, deportistas, padres e integrantes de distintas subcomisiones, ha podido trascender desde tiempos inmemoriales a partir de distintos acontecimientos sociales y competitivos que marcaron a fuego su historia.
Fundado el 2 de marzo de 1932, este club ubicado en San Juan y Cafferata cuenta con 300 socios activos, 200 socios deportivos y que promueve 8 actividades deportivas y recreativas: básquet, boxeo, musculación, taekwondo, judo, yoga, entrenamiento funcional y patín artístico.
Típico club de barrio, Unión y Progreso propone un sitio de contención y de sana convivencia a vecinos de Echesortu y de otras barriadas rosarinas. Y más allá de la escasez de lugares físicos de expansión, logró crecer hacia arriba en edificación para otorgarle mejores lugares de desarrollo deportivo y recreativo a sus asociados.
Acorde a los tiempos inflacionarios que corren, Unión y Progreso adecuó cuotas societarias accesibles. El socio activo mayor abona 110 pesos, mientras que el menor debe pagar 100. En tanto, la cuota deportiva asciende a 140 pesos. El básquet aparece como la disciplina fuerte del club, agrupando a 100 chicos que desarrollan la actividad.
Hace 84 años, Unión y Progreso nació como un club de fútbol. “En aquellos tiempos también se construyeron las canchas de bochas. Y por las tardes los vecinos del barrio que eran socios salían del trabajo, colgaban los sacos y se sacaban las corbatas para seguir trabajando en las obras del club”, relató la presidente de la institución, Chiqui Goñi.
Recientemente, en el Azul de Echesortu quedó inaugurado un salón para la práctica de boxeo y de artes marciales en el segundo nivel del club. A través del Coprode (Consejo Provincial del Deporte) del Gobierno de Santa Fe, “recibimos subsidios todos los años. En junio presentamos el proyecto con presupuesto. Y el año pasado nos han dado 50 mil pesos para compra de materiales de construcción”, apuntó la mandamás de la entidad de zona oeste.
Este año, Unión y Progreso proyecta comenzar la obra para la construcción de baños. Uno para discapacitados que se ubicará en el salón social de la planta baja -que tiene 500 metros cuadrados-, y otro para el salón de usos múltiples del segundo piso. Además se prevé trasladar el espacio de entrenamiento funcional al salón que tiene salida a calle Cafferata, para realizar una obra de cerramiento en la zona de quincho y parrilleros y habilitar un espacio para escuelita de básquet. “También hemos presentado un proyecto en Nación para adherirnos al programa ‘Clubes Argentinos’. Esperamos que prospere para contar con mayores recursos económicos para la realización de nuevas obras”, anheló Chiqui.
De aquellos famosos bailes de carnaval, Unión y Progreso pasó a ser célebre desde hace 20 años por los bailes para adultos de la tercera edad que se llevan a cabo todos los domingos de 19.30 a 0.30 horas.
“Nuestro salón social tiene capacidad para 500 personas. Tocan tres orquestas de tango y la entrada cuesta 60 pesos. La iniciativa surgió de un centro de jubilados, llegó a tener la animación de Carlitos ‘Éxito’ Guevara y Salvador Gammarota y actualmente la organiza el propio club”, contó Goñi. Como complemento del baile, el buffet que se encuentra en la entrada ofrece el menú gastronómico para los adultos mayores que frecuentan la bailanta dominguera.
Y hay más aporte a lo social de parte del club. Por si fuera poco, Unión y Progreso abre sus puertas para que los alumnos de establecimientos educativos como la Escuela Nº 258 ‘Soldados Argentinos’ y la Escuela Nº 404 ‘Doctor Lisandro de la Torre’, puedan desarrollar educación física.
Manu Ginóbili, el invitado de lujo
El 8 de julio del año pasado se produjo un acontecimiento extraordinario en la vida deportiva de Unión y Progreso: la sorpresiva visita de Emanuel Ginóbili, el mejor basquetbolista argentino de todos los tiempos.
Manu estaba de visita en Rosario por cuestiones familiares. Y a través de su suegro Luis Oroño, por entonces entrenador del primer equipo de Unión y Progreso, apareció sorpresivamente por el club para presenciar un entrenamiento de la categoría Sub 13.
“Oroño logró que Manu viniera 15 minutos. Entró con la capucha puesta del buzo y sin embargo lo reconocieron rápidamente. Fue una visita ilustre e inolvidable para los chicos del básquet, que pudieron escuchar los consejos y sacarse fotos con el ídolo”, recordó la presidente “Chiqui” Goñi.
El básquet es el alma mater de la institución. Deportivamente, la hora más gloriosa para Unión y Progreso se vivió el 16 de diciembre de 2013, cuando liquidó la serie por 3-1 sobre Libertad y se consagró campeón de Primera División en la Asociación Rosarina.
Bajo la dirección técnica de Oroño, luego de que los trabajos de base de pretemporada estuvieran a cargo de Gustavo Sandrini, el Azul logró lo que nunca en su historia: gritar campeón en la máxima categoría del básquet rosarino. Lo hizo a través de un equipazo, en el que sobresalieron el capitán Gastón Amiano y otros históricos que lucharon para que Unión y Progreso saliera de las categorías de ascenso como Juan Brusa y Leandro Echave. Juan Manuel Rossi, José Lacorazza, Alejo Montani Hortzel, Brandon Gargicevich, Leandro Mugas, Fernando Mir y Federico Gettig fueron otros integrantes destacados de aquel equipo ganador. “En 2009 ascendimos a primera después de haber estado 31 años entre la B y la C. Armamos un proyecto serio y en cuatro temporadas logramos el título. Inclusive nuestras inferiores estaban en la B y también ascendimos”, resaltó Goñi.
Décadas atrás, Rubén Mascetti fue referente del básquet de Unión y Progreso. Jugador destacado de la Rosarina, integró distintos seleccionados santafesinos e integró el plantel que se consagró campeón del Argentino del 60, junto a otros rosarinos como Víctor Buby Le Bihan (Sportsmen Unidos) y Roberto Gómez (Horizonte).