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La Lepra jugó mal, rescató un empate, y se privó de trepar a la cima

Al Rojinegro le cuesta muchísimo tener una buena producción fuera del Parque de la Independencia.

Amnesia cuando sale fuera de casa. O algo mágico en el Coloso que lo hace jugar bien. Esa es la sensación que trasmite Newell’s, aunque la realidad es que no parece ser algo médico ni esotérico, más bien es producto de un equipo que todavía no se la cree. Y entonces, después de una actuación para ilusionarse en el Parque, en lugar de salir a aplastar a Temperley, pensó primero en cuidarse del rival y ese pecado lo llevó a realizar un partido espantoso.

Fue 0-0 porque el Gasolero es un equipo flojo, sin figuras, sin jerarquía, que sólo apuesta a su entusiasmo para buscar mantenerse en Primera. Por eso el local no pudo vulnerar a Pocrnjic a pesar de merodear el arco leproso en gran parte del partido. ¿Y Newell’s? Nada de nada. Se entregó al rival sin pelear, aceptó la propuesta del dueño de casa y en ese juego, que era justamente no jugar, perdió por paliza.

El partido se jugó a lo que propuso Temperley. Bochazo largo a dividir y buscar la segunda pelota, juego enredado, confuso. Y en la desprolijidad sacó provecho el más combativo. Y con un par de centros complicó a un Pocrnjic que se mostró dubitativo en el inicio.

Primero falló Zárate en el área chica y enseguida se apuró Figueroa, que ejecutó desviado.  Le costó reaccionar a Newell’s, y lo tuvo Colzera tras un cambio de frente que encontró mal parada a la defensa.

El equipo de Osella lució siempre desconcertado, sin ideas, arrinconado de prepo por el rival. Y no pudo hacer nada bien en casi toda la tarde. Apenas algunas pinceladas de Formica y Scocco, pero enseguida Isnaldo y Amoroso se encargaban de arruinar todo.

Osella mandó más adelante a Quignón en la segunda parte, pero el equipo siguió anestesiado. La defensa siguió en ‘modo pelotazo’ y la espalda de Advíncula y Voboril invitaban a atacar. Amoroso se cansó de correr sin sentido y fue increíble que Osella lo dejara en cancha, al igual que Isnaldo, que hizo extrañar horrores incluso a la peor versión de Maxi.

Pudo ganarlo la Lepra. Se inspiró Formica y por una vez encontró a Scocco, pero esta vez Nacho no tuvo resto y falló. Hubiera sido demasiado premio para un equipo que mostró una mezquindad que preocupa.

Es que si Osella no se convence que Newell’s puede aspirar a más, que ya no dirige a Olimpo, donde un empate fuera de casa se festeja, la Lepra será un equipo con poca ambición. Y la sensación es que se puede aspirar a un poco más.

“Fuimos superados por Temperley”

“Nos superó Temperley. Fuimos superados no sólo en juego sino en situaciones”, fue el diagnostico de Diego Osella en el vestuario del Alfredo Beranger.

Obviamente el DT no pudo esquivar la realidad: la Lepra jugó muy mal y el empate fue demasiado premio, aunque el entrenador buscó algo positivo. “Logramos seguir invictos y pudimos mantener el arco en cero. No le voy a quitar méritos al rival, pero hicimos un mal partido”, comentó el técnico tras el empate 0-0 en cancha del Gasolero.

A la hora de analizar el cotejo, el DT explicó las razones por la cuales Temperley tuvo cierta superioridad.

“Pudimos recomponer al final cuando sintieron el cansancio y tuvimos un par de contras. En el primer tiempo no entramos nunca en juego, hubo muchas pelotas cruzadas perdidas por nosotros. Es una cancha muy difícil, no nos sienta bien esta cancha. Volaba mucho la pelota, jugamos muchas pelotas de segunda jugada y nos metieron mucha presión. Es un equipo que edificó su salvación acá, en una cancha complicada para cualquiera».

Y agregó: “Generamos muchas faltas y por suerte pudimos sostener el arco en cero, muchas veces por impericia del rival o porque nos salvó el arquero o algún defensor”.

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