El experto aeronáutico Jorge Polanco expresó hoy que el avión que cayó en Medellín fue por falta de combustible, a partir de descifrar la grabación que circuló en las últimas horas por las redes sociales de un copiloto de otro avión que escuchó la última conversación entre la Torre de Control y el comandante de la aeronave de LAMIA.
«La grabación confirma que el avión se quedó sin combustible», aseguró tras afirmar que «no hay diferentes alertas, hay una sola, y la posibilidad de cualquier piloto cuando sabe que se quedó sin combustible es declarar la emergencia».
El piloto del avión que se accidentó, en el que murieron 71 personas y otras seis resultaron con heridas de gravedad, «sabía que venía sin combustible», dijo Polanco en diálogo con Radio El Mundo, tras añadir que el cálculo del combustible lo debe hacer la empresa, porque el aeropuerto no tiene la obligación de controlar si ponés más o menos combustible».
El recorrido entre Santa Cruz de la Sierra y Medellín es de 2.965 kilómetros y «evidentemente el cálculo no estaba bien hecho», añadió.
Aclaró que los aviones no tienen tanque de reserva y que «el alcance llegaba a tanque cero» en el avión siniestrado.
La grabación a la que se refirió Polanco es la conversación que escuchó el copiloto del vuelo de Avianca 9253, Juan Sebastián Upegui, que sobrevolaba la misma zona y en el mismo momento, donde relata cómo fue el accidente del avión de LAMIA, un audio que fue difundido por el canal RCN Noticias.
Escuchó los diálogos entre la cabina y la torre de control que comenzaron con un pedido de la nave que transportaba a los jugadores de Chapecoense: ‘Solicitamos prioridad para proceder a la pista, solicitamos prioridad para proceder al localizador. Tenemos problemas de combustible’.
Así comenzó, «y cuando empezó a bajar, el comandante de LAMIA declaró la emergencia porque tenía problemas de combustible», dijo el copiloto de Avianca.
Upegui escuchó la dramática conversación cuando tras el pedido de la operadora de: «Procedan al localizador! ¡Informe el problema que tiene!», el piloto exclama: «¡No! ¡Ahora tenemos falla total eléctrica! ¡Tenemos falla total eléctrica! ¡Vectores para proceder a la pista!», y luego la voz de la operadora haciendo referencia a que había perdido el contacto radar.
Y el último pedido de auxilio: «Ayuda! ¡Vectores para proceder a la pista!».
El copiloto y la tripulación que siguieron de cerca el dramático escenario vivieron una tremenda angustia e impotencia al escuchar lo que sucedía y ver cómo el avión se precipitaba a tierra, «que nos pasó por al lado para abajo, incluso vimos las luces del avión cuando pasó bajando».
«Me acuerdo que estaba en la mesa haciendo fuerza diciendo: ‘¡Hágale, hágale, lleguen, lleguen, lleguen!’, y el piloto gritaba ‘¡Vectores!’… y ahí se paró la cosa», expresó Upegui.
«Y la controladora… ‘¡tatata, responda, tatata responda!, y se le quebró la voz y se puso súper mal, nosotros nos pusimos a llorar en el avión», añadió el copiloto de Avianca.
En tanto, Polanco se refirió también a las distintas versiones que circularon ayer sobre las posibles causas del accidente al sostener que «se dijeron muchas mentiras para justificar una acción poco profesional, y por poco quieren hacer un héroe de alguien que es otra cosa».
Asimismo, en diálogo con radio Belgrano expresó que «el error de la empresa fue pensar que se podía volar 2.900 kilómetros con un avión que tenía esa distancia como autonomía máxima. Siempre hay que guardar 30 minutos extra de combustible para cualquier imprevisto».
Recordó que «LAMIA ya había tenido accidentes donde había controles más laxos, le había cortado los seguros hace unos meses y los seguros que tenían para responsabilidad civil no cubre la décima parte de lo que debería tener».
Reveló que la empresa «tiene un seguro de 25 millones de dólares cuando tendría que ser de 400 y no tiene seguro del casco del avión», y en esta marco la caracterizó como «un gran negociado».
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