En la primera semana de 2017, y todavía a la espera de lo que serán los test de pretemporada, Ferrari consultó sobre la legalidad de un tipo de suspensión que podría dejar en offside a varios equipos, incluido Mercedes. Esta notificación que hizo la escudería de Maranello por vía escrita a la FIA, no hace más que poner el dedo en la llaga sobre un tema siempre recurrente en los inicios del campeonato: los huecos en el reglamento; la carrera de los ingenieros.
La medida que trajo el primer cimbronazo fue provocada por el jefe de diseño de Ferrari, Simone Resta, quien dijo que el equipo quería proponer un método que pudiera contrarrestar al sistema de suspensión delantera y trasera interconectada, que fuera prohibido por la FIA en 2014; pero que, sin embargo, no impidió que Mercedes en los últimos años utilizara un concepto legal que trabajaba sobre el chasis generando un mejor aprovechamiento de los neumáticos, una mejor estabilidad al rodar y, consecuentemente, un mejor ángulo de frenada en las curvas.
Sobre este punto, en Maranello consultaron antes de Navidad. “Estamos considerando un conjunto de dispositivos de suspensión que creemos que podrían ofrecer una mejora del rendimiento a través de una función más compleja de la carga en los neumáticos. Se obtendría mediante una simple combinación de muelles y amortiguadores”.
Palabras más son las que tenía el comunicado que le hicieron llegar a Charlie Whiting, aunque con una doble finalidad: o bien sentar una confirmación sobre un camino a seguir o, por lo tanto, obtener una respuesta negativa. Eso conllevaría que la FIA debiera notificar, de buena fe, al resto de los equipos a fin de no permitirles que trabajen en la dirección errónea.
Y la FIA a través de Whiting, como responsable de comisariato deportivo se expidió al respecto, dejando muy en claro que bajo su punto de vista “cualquier sistema de suspensión que sea capaz de alterar la respuesta del sistema de suspensión de un coche bajo las especificaciones técnicas presentadas violaría el Artículo 3.15 del reglamento técnico de la Fórmula 1”.
Luego de esto se encuentra la instancia de un pedido de explicaciones y de reformulaciones sobre el trabajo ya comenzado, que se traduce en enojos, broncas y, principalmente, pérdidas de tiempo: un factor determinante para los equipos de cara al inicio de actividades.
Si en Ferrari utilizaron esta inocente pregunta para destapar una olla y dejar fuera de juego a sus principales rivales como Mercedes y Red Bull, sin dudas que la maniobra lo pondría con cierta ventaja; aunque poco se sabrá de esto hasta pasado el 27 de febrero próximo, en Barcelona, cuando las pruebas de pretemporada dejen ver sus primeras impresiones. Pese a esto, Mercedes anunció la presentación de su coche el 23 de febrero.
Ferrari también se anticipa
La escudería del Cavallino Rampante confirmó que el 24 de febrero, en el circuito de Fiorano, develará al mundo el modelo con el cual intentarán conquistar el título. Allí estarán Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, la dupla de pilotos con la cual tanto Mauricio Arrivabene, Director del equipo como Sergio Marchionne, Presidente de Ferrari, confían en volver a ser el equipo que marcó una época a principios de este siglo.
Al respecto, el propio Marchionne dijo: “Nos hemos reestructurado y prefiero mirar hacia el futuro de una manera diferente. Todavía faltan muchas cosas, pero el equipo es el equipo y no deseamos cambiar ahora. Nuestra práctica de trabajo ya es diferente a lo que era en agosto, que es cuando Mattia Binotto (en la dirección técnica) tomó las riendas”.
Marchionne se expresó de manera seria cuando se le consultó por la renovación de Vettel para 2018. Su respuesta, tajante y con una autocrítica latente, no dejó lugar a los murmullos. “Tenemos que darle un coche ganador, de lo contrario no tiene sentido discutir el futuro. Quiere ganar con nosotros, lo sabemos, pero a cambio tiene que conducir con confianza, con más calma y menos agitación; pensando en ganar en la pista, sin entrar en batallas personales. No hemos hablado de extender su contrato aún porque es demasiado pronto, primero debe estar cómodo con el coche de 2017”.
Bottas, por ser nombrado
Casi por arte de magia, los rumores de quién será el piloto que ocupará el lugar dejado por el campeón saliente, Nico Rosberg, en Mercedes llegaron a su fin cuando la flecha en la ruleta de candidatos se puso sobre el rostro de Valtteri Bottas. El finlandés, que el pasado año defendió los colores de Williams, tiene todo listo para mudar sus pertenencias a la sede del equipo en Brackley, Inglaterra, donde incluso se lo mencionó en una visita de incógnito, antes de navidad, para conversar con los ingenieros y hasta para probarse la butaca del nuevo monoplaza. En Mercedes, con profundo silencio desde la salida de Rosberg, dejaron saber que anunciarán a su nuevo piloto durante el transcurso de enero. Esto se debe a las cuestiones legales, y de forma, ya que la principal traba que alejaba a Bottas de su nuevo destino era saber quién ocuparía su lugar en Williams. Debido a que la experiencia de Pascal Wherlein no colmaba los requisitos, debieron ir a buscar a Felipe Massa, recientemente retirado, que aceptó gustosamente volver aunque por más dinero del que dejó de percibir apenas meses atrás.
El rompecabezas de piezas lo ubica a Wherlein en Sauber, acuerdo del que se dejó saber a la prensa días atrás. Con este panorama, solo queda la inminente confirmación oficial para saber que el rubio finlandés será, finalmente, el nuevo compañero de Lewis Hamilton en Mercedes para la temporada que se avecina.