La histórica disputa entre las bandas del Fonavi del Parque del Mercado y el barrio Municipal, zonas separadas por calle Gutiérrez, lleva una década. Las pujas que cada año suman mayor poder de fuego, más balaceras y muertes encuentran sus motivos, para vecinos e investigadores, en casi todo: un lugar en el paravalanchas de Newell’s, la droga, venganzas por antiguos hechos, afirmación de identidad y el dominio de la zona que arranca en Uriburu y se extiende al sur. Hace un par de meses los plomos y la sangre se mudaron hacia el oeste de avenida Grandoli, al Fonavi de Lola Mora e Hipócrates. Ese conglomerado de monoblocks que está pegado al sur de Tablada y frente al Fonavi del Parque del Mercado apareció en este último tiempo en las crónicas policiales por muertes relacionadas con la disputa entre estos bandos para ver quién se queda con el narcomenudeo en la zona. Todo se desencadenó tras el arresto de la banda de Rosa Caminos, hermana del asesinado ex jefe de la barra, Pimpi, a la que la Policía Federal le contabilizó seis bocas de expendio de drogas tras detenerla el 3 de marzo del año pasado.
Los enfrentamientos y las muertes aumentaron tras el asesinato de Mariela Miranda, ocurrido el 11 de marzo pasado en la esquina de la verdulería de su esposo, Jorge “Gordo” Funes, de Ayacucho y Uriburu, atribuido a la banda del Municipal, liderada por el hijo de Pimpi, Alexis Caminos, quien caería preso en octubre a manos de Gendarmería tras burlar varios allanamientos de la Policía provincial. Por su parte, al clan Funes lo vinculan con el bando del Fonavi del Parque del Mercado, donde vivían hasta que fueron expulsados por la gavilla de Alexis en 2013. De hecho, los Funes, los Ungaro y los Caminos eran socios hasta que un incidente en un bar céntrico que terminó con Pimpi baleado marcó, en 2007, un quiebre entre los dos últimos clanes, recuerda un viejo investigador.
El segundo crimen fue el 20 de mayo, cuando desconocidos asesinaron a tiros a Leonel Sánchez, con domicilio en el Municipal. El día del Trabajador llegó el tercero: Eugenio “Pupi” Solaro murió tras recibir una lluvia de balas en un pasillo de Ayacucho y Ameghino, en un ataque atribuido al clan Funes (integrado entre otros por los hijos del Gordo: Ulises, Alan, Lautaro y Jonathan). El 6 de junio la quiosquera Cristina María Núñez, de 49 años, fue asesinada de un tiro en la cara en el interior de su negocio de Sánchez de Thompson 166 bis (Parque del Mercado). La pesquisa indicó que la mujer quedó en el medio de las balas de las dos facciones.
Otro crimen que algunos pesquisas relacionan con la batalla de los clanes pero que también se vincula con los enfrentamientos por el liderazgo de la barra de Newell´s, donde asimismo se cruzan estas facciones, fue el de Nora Oroño. La mujer fue asesinada el 22 de junio por un desconocido que le disparó al abrir la puerta de su casa en Regimiento 11 87 bis. Dos de los hijos de esta mujer están en pareja con hermanas de Matías “Cuatrerito” Franchetti, el jefe de la barra de Newell’s ultimado algunos días antes frente a la sede del club –más tarde asesinarían a su sucesor en la barra, Maximiliano “Cabezón” La Rocca, al salir de los parrilleros de Newell’s–.
El mismo 22 de junio por la noche mataron a Jonathan Alexis Rosales, de 25 años, en Padre Giaccone al 1400 de barrio San Martín. Los pesquisas relacionaron este crimen como una venganza tras la muerte de Oroño, habida cuenta de que la víctima había participado de una facción de la barra asentada en el barrio mencionado que, para entonces, ya contaba con dos bajas: Jonathan Fernández, ultimado en la misma cuadra que Rosales, y Leonardo Cesáreo, también asesinado al salir de los parrilleros de Newell’s. A su vez, el 20 de julio mataron a Iván García, de 21 años, en Isola al 300 bis, en el Parque del Mercado, muerte atribuida al Municipal.
Las balaceras se reactivaron el 2 de octubre último cuando los ocupantes de un Ford Focus blanco protagonizaron un sangriento raíd que abarcó tanto la zona sur como el centro de la ciudad. De acuerdo con la investigación, el primero de los ataques se produjo a las 0.20 del domingo, en Grandoli y Esteban de Luca –el borde oeste del Municipal–, donde Alberto “Cachi” Ruiz Díaz, de 18 años, fue baleado en el muslo derecho y en el tórax, lo que le provocó la muerte una hora y media después. Los testigos aseguraron que dispararon desde un Ford Focus blanco. Diez minutos después, es decir a las 0.30, el Focus llegó al cercano Fonavi de Lorenzini y Sánchez de Thompson. Allí dispararon y hubo otro joven baleado. Alrededor de las 4, el conductor del auto blanco se trasladó hasta Mitre y Montevideo. Allí, a Walter Mena, de 26 años –también del Parque del Mercado–, y Jeremías Muñoz fueron baleados por los ocupantes del mismo auto blanco. Mena murió producto de los disparos y Muñoz quedó herido. A los tres días, un automóvil de las mismas características que había sido robado en agosto pasado fue incinerado en Lola Mora y Lorenzini. Los pesquisas investigan si fue el vehículo utilizado para cometer los asesinatos, atribuidos al banda del Parque del Mercado, cuyo liderazgo atribuyen a René Ungaro, quien cumple condena por el crimen de Pimpi, apoyado por su sindicado jefe de tiratiros, Ariel “Teletubi” Acosta, joven que estuvo algunas semanas detenido hasta que en junio pasado firmó un abreviado, consiguió una domiciliaria y se esfumó de la mirada de la Justicia.
El 7 de octubre mataron de un tiro en la garganta a Tamara Ayelén Bustos, una chica de 22 años, en Sánchez de Thompson 31 bis, al oeste de Grandoli, casi sobre la esquina de Lorenzini del complejo de Lola Mora e Hipócrates. La chica vendía droga parada en esa esquina, dijeron vecinos y voceros de la pesquisa.
Otra muerte ocurrió el 22 de octubre cuando Ignacio Verón, de 28 años, terminó asesinado de un disparo en la espalda cuando visitaba a un amigo junto con su hermano en Hipócrates y Lola Mora. Algunas fuentes relacionadas con el caso deslizaron que el asesinato estaba relacionado con la disputa por el liderazgo del territorio para el narcomenudeo.
En las primeras horas del domingo 27 de noviembre Franco Carballo, de 21 años, falleció tras recibir dos balazos en el tórax cuando dos desconocidos en moto lo atacaron en la puerta de su casa de Grandoli al 4900 (borde oeste del Municipal, a pocos metros de Gutiérrez). En ese momento, los allegados y conocidos del muchacho sostuvieron que no tenía nada que ver con ninguna banda de la zona. Esa hipótesis se confirmó cuando 20 horas más tarde los atacantes aparecieron y enmendaron su error. La víctima fue su primo y tocayo, Franco Nicolás Carballo, de 22 años. Lo mataron de varios disparos en la cabeza y en la espalda, en Esmeralda al 4100 de barrio Tablada.
El 30 de octubre fue asesinado Marcelo Ponce, de 34 años, en el Parque del Mercado. La víctima vivía en el lindero Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, a pocas cuadras de donde lo ejecutaron. Su nombre estaba en la lista de admisión de los 80 barras de Newell’s y supo responder al Cuatrerito. Según sus vecinos, era mecánico y tenía problemas con “todas las bandas” de la zona y otras facciones del paravalanchas. La casa de su madre fue baleada días más tarde, luego de que la mujer vinculara la muerte de su hijo con el narcotráfico.
La venganza no se hizo esperar: es que los pesquisas deslizaron que uno de los sospechosos por el crimen de Ponce se apodaba Polaquito. El 31 de octubre, Mónica, mamá del Polaquito, charlaba con la almacenera, Rosa Arrotea, en la puerta de su negocio de Sánchez de Thompson al 200 bis. Los ocupantes de un auto azul abrieron fuego y Rosa, de 63 años, agonizó una semana hasta el viernes 18 de noviembre, cuando falleció.
En la madrugada del 26 de diciembre, Carlos Leonel Juárez fue asesinado a tiros que partieron de una moto mientras se encontraba con otras personas en Grandoli y Olegario Andrade (borde oeste del Municipal). El último crimen fue el 29 de diciembre cuando desconocidos, también en moto, ejecutaron de dos tiros en el pecho y una en la cabeza a Cristian Ramón “Bebeto” Gorosito, de 23 años, en Brandazza al 2900, del Fonavi de barrio Latinoamericano. Una de las versiones sobre el móvil del crimen fue que Bebeto era oriundo de barrio Municipal y había sido parte de la barra de Newell’s. Los testigos describieron que hacía un tiempo que el muchacho se había mudado al Latinoamericano de Lagos al 2900 porque lo querían matar, aunque no especificaron si la amenaza era de propios o ajenos.
Dos días antes había sido arrestado un chico de 15 años –no punible por su edad– perteneciente al bando del Parque del Mercado, al que le achacan cuatro muertes de la saga: las de los primos Carballo y las de Mena y Ruiz Díaz.
El crimen de Tersano
En el atardecer de anteayer fue ultimado en el barrio Toba del sudoeste Damián Tersano, de 27 años, quien hasta hace dos meses vivía a pocas cuadras del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, en Pavón y Lamadrid. Doce años atrás había caído preso, cuando tenía 15 años, por el crimen de Norberto Acuña, en el Fonavi mencionado, junto con quien luego sería el capo del barrio, Milton Damario, hasta que a fines de 2013 fue detenido por el crimen del líder de los Monos Claudio “Pájaro” Cantero.