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El Teatro, un rubro con escena propia

Una iniciativa de la concejala Carola Nin que cuenta con el aval y apoyo de la Asociación de Teatros Independientes de Rosario busca crear una regulación específica para estos espacios que contemple sus singulares características.

El debate en torno a lo que ocurre en la noche rosarina no tiene fin. Mientras varios proyectos para modificar la ordenanza 7218 de Espectáculos Públicos siguen en comisiones, –a los que se suma una propuesta para crear la figura de los bares culturales–, se presentó una iniciativa para regular la actividad de los llamados Teatros independientes.

Este rubro, actualmente regulado por una norma amplísima como la 7218 (que la encuadra en los mismos rubros que circos, salones de fiestas infantiles, peñas, milongas y hasta salas de exhibición condicionadas), tiene una vida propia muy extendida en una ciudad como Rosario que late al ritmo del teatro independiente con estreno de obras de primer nivel y trabajo local tan calificado que muchas veces termina migrando a Buenos Aires en busca de escenarios.

Frente a esa realidad, la concejala Carola Nin, con el acompañamiento de los ediles Osvaldo Miatello, Eduardo Toniolli, María Eugenia Schmuck y Norma López, y el aval de la Asociación de Teatros Independientes de Rosario (Atir), presentó el pasado 20 de diciembre un proyecto de ordenanza para retirar a los teatros independientes de la norma 7218 y así darle un marco legal específico acorde con las características propias de estos espacios.

“La ordenanza actual regula toda la actividad nocturna y el teatro está incorporado como «Otros Rubros«. Lo que hicimos fue consensuar con Atir una propuesta que tenga la ventaja de generar una normativa propia y dar un marco regulatorio que le dé normativa de cumplimiento y facilite el control por parte del Estado”, contó Carola Nin, en diálogo con El Ciudadano.

“Se entiende a las salas de teatro independiente como aquellos locales a cargo de  asociaciones civiles o personas físicas que desarrollan actividad teatral permanente ajustada a la ley nacional del Teatro”, señala el proyecto en uno de sus párrafos. Y propone tres clasificaciones de acuerdo a la capacidad de las salas: hasta 80 espectadores; hasta 150 y hasta 300.

Al mismo tiempo enumera una serie de requisitos administrativos y de funcionamiento entre los que resaltan el aislamiento acústico y niveles sonoros, aspectos bromatológicos y creación de camarines.

En cuanto a la seguridad plantea estudios técnicos que, por ejemplo, previene planes de evacuación y salidas de emergencia. Pero también propone que el Departamento Ejecutivo Municipal gestione ante el Banco Municipal de Rosario el otorgamiento de créditos blandos destinados a cubrir los gastos vinculados a la ejecución de refacciones para la habilitación. Los espacios que hoy, de ser aprobado este proyecto, se verían alcanzados por la norma, son unas quince salas locales.

El proyecto también contempla la creación, en la órbita de la Secretaría de Cultura y Educación, de una oficina “u equipo técnico interdisciplinario” que brinde a los titulares de las salas de Teatro Independiente el asesoramiento legal y técnico necesario para su habilitación y funcionamiento.

“Los teatros independientes son espacios que no persiguen el lucro. Generalmente son asociaciones civiles que, con mucho esfuerzo, aportan a la cultura de Rosario actividades de formación, obras de teatro de grupos locales, muestras y talleres”, dijo Nin.

Si bien la concejala mostró cierto optimismo frente al futuro tratamiento del proyecto, contó que el mismo deberá pasar por cuatro comisiones: Planeamiento, Gobierno, Cultura, y Presupuesto. “Yo estoy dispuesta a charlar si existiera una modificación o mejoramiento pero me parece que no debería haber objeción para esta ordenanza”, señaló al tiempo que auguró un “rápido tratamiento” porque, dijo, “no veo que tenga ningún impedimento. Al final será una decisión del oficialismo: si decide avanzar en esto me parece que soluciona un montón de problemas”.

A modo de conclusión Nin explicó que la norma 7218 regula la noche rosarina en sentido amplio y hoy en día está en discusión: “Es una de las normas potentes. Lo que propongo es una modificatoria que lo que hace es aislar a los teatros independientes, sacarlos de esa normativa y crearle una propia. Las comisiones empiezan en marzo y, si logra pronto tratamiento, podría estar saliendo con suerte a mitad de este año”, se entusiasmó.

Los protagonistas principales 

“Lo que pretendemos las salas de Teatro Independiente es que, ante cualquier trámite que tengamos que hacer en la Municipalidad, no nos midan a todos con la misma vara. La primera gran diferencia es que las salas independientes somos asociaciones sin fines de lucro: partir de ahí deberían tener implicancias totalmente distintas pero nos ponen al mismo nivel que un circo. Hay cosas que son inentendibles”, analizó Eduardo Ceballos, integrante de la Asociación de Teatros Independientes (Atir) en diálogo con El Ciudadano.

El integrante de Atir y uno de los responsables de la sala Amigos del Arte, ilustró la situación actual: “Uno de los grandes problemas por el que nos vemos afectados es la interpretación que tiene la normativa por parte de los inspectores que vienen a nuestras salas; hay una sala de teatro que tuvo que desarmar el baño tres veces porque un inspector le decía una cosa y otro otra. La plata que se está yendo es impresionante y no se recupera”, dijo Ceballos, quien elogió este proyecto y destacó que, “desde el espacio de Carola (Nin) también se gestionó la eximición del TGI y el Drei con lo que vemos que está haciendo mucho por el apoyo a las salas independientes”.

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