“La cartelización parte de un principio que se aplica a un grupo de empresas que establecen un monopolio dentro del mercado, de determinado producto y entonces hegemonizan ese mercado. En el tema discursivo, la cartelización es cuando hay un grupo de medios que establecen un monopolio, una hegemonía pero del discurso. Establecen, por ejemplo en la actualidad en América latina, que el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil es corrupto, que todo lo que tiene que ver con el kirchnerismo es corrupto, y lo mismo con Evo Morales. Entonces establecen un discurso único que tiene que ver con un monopolio porque tienen el poder para hacerlo. Y así van teledirigiendo nuestra indignación”, expresó Andrés Sal.lari, periodista y cineasta autor del documental El cártel de la mentira, que investiga el modo en que algunos medios de comunicación se valen de mentiras o de medias verdades para deslegitimizar la imagen de determinado gobierno. En este caso, Sal.lari realizó un profundo análisis de cómo se instrumentó el caso Zapata en Bolivia para desprestigiar la moral del presidente Evo Morales. En su paso por Rosario, donde presentó su trabajo el jueves pasado en Distrito Siete, el documentalista se entrevistó con El Ciudadano y dejó sus impresiones sobre el rol de los medios de comunicación y la ética periodística. “Me parece que es incuestionable que existe una cartelización de los medios. Si vemos que en todos nuestros países, estos grupos empresarios dueños de muchos medios de comunicación tienen la capacidad de establecer prácticamente un discurso único, es que están cartelizando la información. En Bolivia es muy claro ver cómo la agencia nacional de noticias Fides establece un parámetro de información y este grupo de medios que aparece en el documental lo repite sistemáticamente. Se establece de esa manera un discurso dominante dentro de la sociedad”, explicó el periodista que vive en Bolivia desde hace un lustro donde conduce un programa televisivo llamado Ojo con los medios.
El caso Zapata
En los últimos años fue noticia en Bolivia el caso de Gabriela Zapata, quien mantuvo hace mucho tiempo una relación con el presidente Morales. La pareja tuvo un niño muerto al nacer y, tras esa circunstancia, decidió separarse. Sin embargo, algunos medios de comunicación montaron una campaña argumentando que el niño estaba vivo y que su madre fue beneficiada por esto.
“El caso Zapata se arma a raíz de una denuncia que hace un pseudo periodista que está ligado con los servicios de inteligencia y con la Embajada de Estados Unidos, y a partir de esa denuncia se empieza a abrir una serie de especulaciones, de noticias falsas, de medias verdades difundidas a través de estos medios cartelizados. El gobierno también incurre en contradicciones y comete sus errores. Pero esas contradicciones no habilitan a estos medios a difundir esa catarata de mentiras. Para mí estaba claro que Zapata tiene el claro perfil de una estafadora, una persona que es muy inteligente y muy hábil, pero que es estafadora al fin”, opinó Sal.lari y aclaró: “Estos medios de comunicación, sin embargo, ignoraron todas estas características y optaron por mantener el discurso y darle credibilidad a estas fuentes. Era obvio que carecían de la mínima credibilidad porque todo el entorno de Zapata estaba compuesto por estafadores. Pero a ellos, como les servía lo que decía, les dieron fuerza de titular de noticias a todas las aseveraciones falsas de este grupo. Ante esto, estos grupos mediáticos podrán decir que no mintieron, que revelaron lo que decían algunas fuentes. Sin embargo, en ningún momento se preocuparon por verificar la veracidad de esas fuentes, que claramente eran falsas. Entonces crearon un artilugio, metieron a la gente en una novela que duró unos cien días”.
La mentira
El periodista televisivo puso como ejemplo que algunos medios de comunicación dominantes en Bolivia “instalaron que Zapata era menor de edad, que tenía 17 años. Incluso apareció una tía diciendo que era una menor a la que habían secuestrado. Y eso era una mentira. Y cuando el gobierno hacía alguna aclaración, no iba como titular o se ponía en duda la fuente gubernamental”. “Eso me parece que es una falta de ética periodística absoluta”, sostuvo Sal.lari, quien redundó en que Zapata no era menor y que supo beneficiarse mostrando la partida de nacimiento de su hijo fallecido logrando obtener beneficios. En este punto, el documentalista aclaró: “Esto no lo hizo con el aval del presidente Evo Morales”.
Un interés de clase
Según Andrés Sal.lari, las grandes empresas de medios de comunicación que se cartelizan actúan de esa manera “por intereses de clase”, es decir, trabajan a favor de una elite social. “Esto no quiere decir que los gobiernos progresistas no tengan casos de corrupción o no cometan errores. Sin embargo, estos medios de comunicación genéricamente sostuvieron a las dictaduras y al sistema. Cuando, el sistema cambió de manos y los poderosos perdieron, entró en conflicto la labor de los medios con el poder. Eso tiene que ver con que los medios tienen una impronta política. Cuando hubo políticas neoliberales, los medios buscaron la forma de sostenerlos, de apoyarlos. Cuando vinieron los gobiernos nacionales y populares, los combaten”, explicó el periodista. “Lo que a mí me molesta es que no se aclare, que no se democratice esa posición. Porque los medios tienen una política editorial. Por ejemplo, cuando fundó el diario La Nación, Bartolomé Mitre expresó que su periódico: “Será una tribuna de doctrina”, y tiene derecho a serlo. Pero que lo digan. De lo contrario hacen oposición ex profeso pero dicen que son libres e independientes y eso no es así, esa es la gran contradicción”, opinó Sal.lari. “Al mismo tiempo que, teniendo el derecho de oponerse, los medios periodísticos pueden decir que no les gustan las nacionalizaciones, que están de acuerdo con las privatizaciones, con un modelo neoliberal, y por eso operan en esa línea, informan desde ese lado. Eso es legítimo. Otra cosa es inventarle un hijo a un presidente para desprestigiarlo. Eso es violar los códigos de ética periodística”, aclaró el cineasta mientras recordó que los periodistas del diario Clarín “expresaron que ellos hicieron periodismo de guerra”. “Eso tiene que quedar claro y es lo que busca hacer el documental”, expresó por último Sal.lari.