El 11 de enero la zona de Thompson y La Rivera de Villa Gobernador Gálvez estaba enardecida. Dos grupos antagónicos se balearon en forma intermitente durante todo el día. En el medio, los vecinos que intentaban resguardarse en sus humildes viviendas. Cada vez que la presencia policial se hacía evidente, las balas cesaban. Pero al retirarse los disparos volvían. En uno de los incidentes, dos mujeres fueron heridas levemente. Finalmente llegó la medianoche, Gabriel R.D, de 22 años, se encontraba junto a su familia dentro de su casilla cuando escuchó un estruendo, sintió un roce en la cabeza y vio caer a su chiquita. Se restableció como pudo y corrió con la niña en brazos hacia el hospital Gamen y, pese a los esfuerzos médicos, no lograron salvarla. Había recibido un disparo fatal.
Este miércoles, Gabriel estaba en la puerta de la Fiscalía, en busca de justicia. Y contó a El Ciudadano el crudo escenario donde tuvo lugar el crimen de su hija. Objeto de la pobreza y la violencia, Gabriel explicó que los tiros en el barrio son una constante y “la bronca” era entre sus vecinos lindantes y los de la esquina.
Culpables
Sostuvo que los vecinos – detenidos anteayer – no fueron los que balearon su casa sino los otros, arrestados el día del hecho. Afirmó que éstos últimos le echaron la culpa a Faturita y el Topo “pero si vamos al caso tienen que agarrarlos a todos”.
Ese día, los balazos empezaron a las 12. “Se estaban agarrando a los tiros porque ya venía la bronca de hace rato, mis vecinos y los de la esquina. Mis vecinos se paraban en la puerta y los de las esquina le gritaban de todo y a la noche se agarraban a tiros. Bocacha, ese que dice que es pescador, ese es el que tiraba escopetazos” Gabriel sostuvo que los tiros pasaban por la puerta de su casa y salía a gritarles: “Dejen de tirar que hay criaturas, van a matar a alguien”. Los balazos se detenían y cuando entraba retornaban los disparos, afirmó.
Explicó que el día previo al crimen fue el cumpleaños de su hija y ya estaban diciendo que le iban a prender fuego la casa a sus vecinos. Al día siguiente, las balaceras empezaron al mediodía y en un momento el padre de Bocacha, alias Nica, “paró la bronca”, sostuvo Gabriel, aunque agregó que según supo el hombre habría amenazado a sus vecinos.
El muchacho sostuvo que este hombre habría conseguido un arma y se la habría facilitado a su hijo Bocacha pero como éste no sabía usarla se la pasó al Chino –uno de los detenidos– . Explicó que sus vecinos estaban en un pasillo lindero y allí se tirotearon con el grupo opositor, aunque en un momento estos últimos decidieron tirarle a la casa y le pegaron a la suya.
Horror
“Yo estaba tomando mate con mi señora y la nena. Escuché disparos, los quise meter bajo la cama, pero no tengo la plata para hacer un piso y se iban a embarrar. Entonces los metí en el modular, después los saqué porque vi que no era seguro. En un momento escucho ¡bum! pasa por atrás (el proyectil) y me pega a mí en la cabeza, me roza y le pega a la nena. Me estaba desangrando y mi mujer decía: «Me mataron a mi marido y a mi nena». Más fuerza me dio para levantarme, porque vi a mi nena tirada y no me importó morirme. No sé cómo hice, me levanté porque me estaba muriendo. Me levanté, agarré mi nena y la llevé al hospital. No la pudimos salvar. Los médicos hicieron todo lo posible y les agradezco”.
Sostuvo que le dijeron que la ambulancia estaba arriba (en la barranca) y no podía bajar porque la entrada estaba rota. Contó que en la otra calle había otra entrada y le quedó la duda “si hubiesen ido, a lo mejor, mi nena estuviese viva”, refirió.
Justicia
Yo quiero que esos tres sean condenados –en referencia a los primeros detenidos–, los otros que hagan lo que quieran. Si vamos al caso si agarran a uno los tienen que agarrar a todos, porque estaban todos en el tiroteo. Yo no pongo las manos en el fuego por la banda del tal Faturita, ni por Bocacha ni por Pata Quemada, ni por ninguno de los dos vecinos porque el problema es de ellos, no es mío. A veces me buscaban problemas pero no les daba bola”, relató.
“Soy un pibe grande, tengo 22 años, yo por mi hija iba a manguear, nunca robé nada a nadie, siempre fui un tipo trabajador”, dijo, y agregó que no encuentra ayuda para salir del barrio, para tener un lugar mejor para su familia. “Si no son estos pendejos que se agarran a los tiros es la inundación, ahora voy a ver si puedo hacer un piso, a ver qué hago, no me queda otra”, se resignó.
Imputativa
Este miércoles tuvo lugar una nueva audiencia oral en el caso. Esta vez tuvo como protagonistas a Ángel B. alias Faturita y Rubén V. apodado Topo, señalados como partícipes de las balaceras de la zona. Ambos fueron imputados por la fiscal Marisol Fabbro de homicidio calificado con dolo eventual ya que para la funcionaria ambos participaron en los tiroteos durante ese día y podían causar una muerte y no les importó. La magistrada hizo lugar al pedido fiscal y dispuso la prisión preventiva del dúo aunque por 30 días. El 12 de enero Manuel Alejandro T., Juan Emilio A. y Esteban R. fueron imputados por homicidio agravado por el uso de arma, de la pequeña Candela, de 2 años. En esa oportunidad el juez Juan Carlos Viena limitó la medida cautelar.