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Los abuelos de la nada: el cambio de sistema en el Pami no escucha, recorta y pega

El Ciudadano recorrió la delegación de San Lorenzo al 900 y escuchó las quejas y padecimientos de los jubilados.

La historia se repite para los pobres viejos. La obra social que les debe brindar asistencia y cuidado, vuelve a dejarlos sin prestaciones. Además de que el Pami modificó los requisitos de obtención del subsidio social para medicamentos ambulatorios gratuitos, está retrasado con la entrega de los remedios oncológicos a los pacientes. El lunes se sumó el reclamo de los odontólogos del sur provincial, quienes anunciaron que no realizarán más prótesis dentales por incumplimiento en los pagos a los laboratorios. Desde el Colegio de Ópticos de Santa Fe adelantaron que dejarán de entregarles anteojos gratuitos a los jubilados por una deuda millonaria del organismo.

Paisaje desolador

Alrededor de 700 adultos mayores con achaques que van de mayor a menor pasan diariamente por la Delegación IX, de San Lorenzo al 900. Largas colas en todas las oficinas: desde Informes hasta Farmacia, los afiliados a la obra social están confundidos y decepcionados por una respuesta que no encuentran.

“Enviudé hace cuatro años. No estoy pasando por un buen momento de salud. Es muy injusto lo que este gobierno está haciendo con los jubilados de Pami. Ahora me quitan los descuentos en los medicamentos porque tengo la jubilación mínima y la pensión de mi marido. Estoy viviendo muy mal, presionada, deprimida y anémica. Hace mucho tiempo que estoy sin apetito y lo poco que como me cae mal”. Así se quejaba Rosa María –una de los 4.800.000 afiliados que tiene el Pami– sobre la situación que está atravesando el organismo debido al nuevo sistema, ya que no tendrán sus medicamentos gratis todas aquellas personas que sean propietarias de más de un inmueble o que de los registros surja que tengan un vehículo de menos de 10 años, que cuenten con una prepaga y quienes cobren más de 1,5 habere previsionale mínimo.

La jubilada de 70 años explicó a El Ciudadano que antes tenía cubierto el ciento por ciento de los remedios que tomaba diariamente y ahora tiene que pagar la mitad de cada uno de ellos.“Ahora tengo que afrontar un gasto que se me suma todos los meses. No puedo suspender mi medicación. Lo poco que cobro lo uso para vivir y comer. Camino muchas cuadras para ahorrarme cinco pesos por día y para no gastar el pasaje de colectivo. Todo está muy caro y no alcanza. Estoy muy desilusionada con este gobierno. Yo no lo voté. Es muy triste la situación de los argentinos. La gente no tiene para comer”, describió desconsolada Rosa María.

En el caso de los pacientes oncológicos, antes, los afiliados iban con la receta y una serie de estudios, análisis, biopsias, tomografías, a la farmacia que remitía toda la documentación al Pami y, una vez aprobado el trámite, éste designaba una droguería que enviaba la medicación a la farmacia para ese paciente. A partir de este año, el organismo tomó la decisión de que se empadrone a los afiliados que padecen determinada patología para luego sí poder acceder a su medicamento. El trámite consiste en ir a una Unidad de Gestión Local (UGL) del Pami, retirar un formulario que debe completar el oncólogo y regresar con los estudios realizados a esa oficina, que carga la documentación al sistema y luego da la autorización desde la sede central.

Jorge tiene 82 años, su esposa fue operada por un trasplante de hígado y hace varios días que pasea por la delegación IX de San Lorenzo al 900, reclamando la medicación para ella. “Hace semanas que vengo pidiendo los remedios para mi esposa. No puede quedarse sin su medicación. Antes las farmacias lo entregaban directamente. Es la primera vez que tiene que reenviar todo a Buenos Aires. Ya pasaron varias semanas y todavía sigo esperando. Viene todo demorado”, contó Jorge, que como si fuera poco, carga en su espalda la reciente muerte de su hijo.

Delia lucha contra la burocracia y la falta de respuestas de Pami. Daniel, su marido de 74 años, espera desde hace meses para ser operado de la cadera. Sin embargo, la prótesis no llega.“Te atienden de malos modos. Desde hace unos meses que vengo pidiendo la prótesis de cadera y todavía estamos esperando. Es un desastre. Pasa el tiempo y no tenemos ninguna certeza. Esto nos desespera porque mi marido está muy dolorido”, contó la mujer, muy molesta ante la situación. Delia vuelve nuevamente a su casa sin ninguna respuesta. Tiene que retornar la semana próxima al organismo para que el médico auditor pida la prótesis de cadera para su esposo. Delia, como muchos jubilados, quiere y necesita una solución urgente. El nuevo Pami no entiende que los viejos no pueden esperar.

Sin dientes

Esta semana se conoció que los odontólogos del sur provincial no realizarán prótesis dentales para los afiliados del Pami. La medida de fuerza responde a la falta de pago a los laboratorios que se ocupan de confeccionar los implantes. La deuda data de septiembre. “No tenemos plata para pagarle al mecánico dental para que haga las prótesis. Es imposible sostener el servicio poniendo el dinero de nuestro bolsillo”, dijo a este diario Norma Cáceres, representante del Gremio Odontológico Argentino. La suspensión es acatada por 200 odontólogos y afecta a seis de cada mil jubilados afiliados.

“A la provincia se le debe 4 millones de pesos”

Néstor Ominetti, presidente del Colegio de Ópticos de la provincia de Santa Fe, explicó a El Ciudadano que el Pami dejó de pagarles a las ópticas desde agosto pasado, por lo que en algunas provincias decidieron dejar de entregarles los anteojos a los jubilados en forma gratuita, como les corresponde. Son varias las provincias en las que el organismo acumuló deudas multimillonarias.

“Los reclamos por falta de pago en la Delegación IX, de calle San Lorenzo al 900, se hacen mensualmente y no tuvimos respuesta. Por eso el 2 de febrero pasado todas las instituciones que representan el 90 por ciento de los ópticos del país viajamos a Buenos Aires, porque teníamos una reunión con el titular del organismo, Carlos Regazzoni, y no se presentó”, detalló Ominetti.

Los jubilados de Pami tienen un ciento por ciento de descuento en lentes dentro de la cobertura médica. Cada antejo cuesta 244 pesos, debido a que el convenio fue firmado en abril de 2015. No obstante, piden actualizar el precio a 700 pesos.

No existe una cifra unificada del pasivo acumulado desde agosto, pero desde la Cámara Argentina de Óptica (Cadeo) estiman que alcanza los 100 millones de pesos en todo el país.

“El monto que se le adeuda al Colegio de Ópticos de la provincia de Santa Fe de la 2ª Circunscripción es de 4 millones de pesos y nucleamos alrededor de 320 ópticas. No nos pueden estar pagando 240 pesos por cada anteojo, es un monto irrisorio y además no nos permiten que se cobre un plus. No existe que un par de lentes cueste esa cifra. Son cuatro paquetes de cigarrillos”, puntualizó el presidente del Colegio de Ópticos de la provincia.

Todos los Colegios Profesionales de Ópticos están nucleados en la 1ª y 2ª circunscripción: la primera es la parte norte, que abarca desde Maciel hasta el límite con el Chaco, la otra comprende desde Maciel hasta el límite con la provincia de Buenos Aires.

“No sólo en Santa Fe sino en casi todo el país se determinó de manera unánime suspender el servicio. Hace seis meses que están atrasados con el pago. Es un servicio de la medicina que se le está negando a los afiliados del Pami y estamos trabajando con un nivel de edad que los anteojos son indispensables”, concluyó Ominetti.

“Pasan 700 personas por día”

“Con las nuevas medidas del gobierno, están actualizando la información y hay demora en las entregas de medicamentos, sobre todo los oncológicos. Por un lado me parece bien y por el otro, no tanto. Antes no se controlaba y se les entregaba remedios hasta a los muertos. Con las afiliaciones pasa lo mismo: hay muchas personas que murieron y no fueron dadas de baja. Eso significa, entre otras cosas, que el médico de cabecera del que ya no está sigue cobrando igual”. Así se refirió a la situación del organismo uno de los empleados del Pami que está a cargo de la oficina de subsidio social.

Otro de los puntos en contra es la cantidad de personas que pasan por día: casi 700. “A nosotros, como empleados del Pami, no nos avisaron cómo teníamos que manejarnos con este nuevo sistema. Pasa mucha gente por día y de esa forma no se puede trabajar”, concluyó el empleado.

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