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Artista debuta en la semana de la moda en NYC en un bus

Amanda Mehl envió a las modelos a desfilar por el angosto pasillo del tradicional bus escolar amarillo en vertiginosas botas estileto estilo gladiador, acordonadas hasta arriba, en una onda "chica escolar cool", con minifaldas y suéters con capuchas.

Los desfiles de moda se realizan con frecuencia en lugares opulentos, grandiosos, pero una diseñadora argentina eligió hacer su debut en las pasarelas de Nueva York en un bus escolar estacionado en una calle nevada.

Amanda Mehl envió a las modelos a desfilar por el angosto pasillo del tradicional bus escolar amarillo en vertiginosas botas estileto estilo gladiador, acordonadas hasta arriba, en una onda «chica escolar cool», con minifaldas y suéters con capuchas.

¿Y dónde eligió estacionar el bus? Cerca del cuartel general de la Semana de la Moda, por donde momentos antes los fanáticos del estilo habían pasado para ver uno de los shows más codiciados: el desfile de Monse-Oscar de la Renta.

Con un presupuesto restringido, Mehl se las arregló con 2.000 dólares para alquilar el colectivo, comprar las luces, estufas y frazadas y hasta para colocar bolsas de papel marrón con una manzana y un paquetito de jugo para los invitados.

Casi nada, comparado al medio millón de dólares o cuarto de millón que a veces gastan los más celebrados diseñadores contemporáneos, según dijo Marc Jacobs a la revista Womens Wear Daily.

«También pensé que sería realmente divertido, pienso que la colección va con este tipo de infancia alternativa, divertida, retro», dijo Mehl, que nació en Argentina, vivió en Israel 10 años y hoy reside en Nueva York.

«Son ropas para las chicas que quieren divertirse», explicó. «Me gusta la atención, quiero que la gente me pare y hable de mi atuendo, pero son ropas en las que te sentís bien. Atrevidas y divertidas», explicó.

Invitados y fotógrafos se apretujaron en los pequeños asientos concebidos para niños y aplaudieron. Un MC sentado en el lugar del chofer gritaba regularmente frases de aliento, como «¡muy buen atuendo escolar!».

Las modelos sacudían las caderas como si caminaran para impresionar a los chicos en la entrada de la escuela, y llevaban maquillaje gótico y el pelo atado en una cola, en dos colitas, o en mini moños estilo grunge.

Las ropas eran sexy y juguetonas: vestidos de cóctel con adornos con colores de joyas, faldas plisadas estilo escolar en satén, camisas al juego, y chaquetas de PVC acolchadas.   Las tiras fueron originales, como la cuerda de un viejo teléfono en torno a un pequeño vestido negro.»Pienso que fue divertido», dijo la arquitecta Danielle Bokor, amiga de Mehl, que asistió al desfile.

«Fue totalmente diferente de todo el resto de lo que he visto y emocionante y quería vestir toda esa ropa, ¡quería ser una de esas chicas cool en la escuela!», añadió.

«Fue genial», coincidió el modelo Michael Rosario, de 21 años, aunque se rió con la pregunta de si trajo buenas memorias de tiempos escolares.

«¡Se reían de tí si te subías al bus amarillo!», dijo.

Mehl dijo que está segura de que hará otro desfile de modas. ¿Pero en un bus? «Quizás. Pero probablemente no», afirmó.

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