Se confirmó. Vuelve el Loco. Marcelo Bielsa se calzará el buzo de entrenador del Lille de Francia. “El club y el entrenador argentino han firmado un acuerdo de colaboración por dos años y que tendrá efecto a partir del 1 de julio próximo”, anunció en un comunicado el club, que el martes nombró a Franck Passi, antiguo adjunto de Bielsa en el Marsella, como entrenador puente hasta la eventual llegada del Loco.
“Es un entrenador que tendría un puesto en cualquier equipo del mundo, por lo que el hecho de que haya elegido al Lille permite al proyecto cambiar de dimensión”, declaró el empresario hispano-luxemburgués Gérard López, que tras adquirir la propiedad del club fue nombrado nuevo presidente a finales del mes de enero.
“Una dimensión que permitirá ganar títulos, algo que ya dijimos antes del anuncio de la llegada de Bielsa”, añadió.
López, aseguró que “Marcelo es una elección que ya había tomado desde hace mucho tiempo porque soy un fan del entrenador y de su juego”.
El Lille es uno de los clubes punteros del campeonato francés y con más aficionados, aunque en las últimas temporadas ha perdido potencial, sobre todo desde la consecución del doblete liga-copa en la temporada 2011 y la marcha de jugadores como Eden Hazard, Salomon Kalou y Gervinho.
Actualmente ocupa el puesto 14º de la clasificación, solo cuatro puntos por encima de las posiciones de descenso, después de la victoria del sábado en Caen (1-0).
Por ello muchos dudaban de que Bielsa pudiera comprometerse con un club que no tiene asegurada la presencia en la Ligue 1 la próxima temporada, aunque las dudas empezaron a disiparse cuando se informó el sábado de la presencia del técnico argentino en Calais para presenciar un partido del filial del Lille.
Respetado e influyente
Y eso que el pasado martes, en la conferencia de presentación de Passi como entrenador hasta el final de temporada, el director general del club Marc Ingla ya admitió que el fichaje de Bielsa era “una opción real” y que una fuente del club confirmó después que el argentino ya había dado su visto bueno para entrenar al Lille.
Ingla destacó en el comunicado de los Dogos que “Bielsa es sin ninguna duda uno de los entrenadores más respetados e influyentes del mundo” y que su llegada demuestra “las ambiciones del club”.
Pese a este anuncio, conviene ser prudente con el técnico rosarino, siempre imprevisible, como ya demostró en julio pasado, cuando se anunció su fichaje por la Lazio y dimitió dos días después por desavenencias con los directivos del club romano.
López no se mostró “en absoluto” inquieto por episodios pasados en la carrera de Bielsa, que dejó clubes antes de finalizar sus contratos, como el Espanyol, que abandonó tras solo seis jornadas para dirigir a la Albiceleste en 1998 o el Marsella, del que dimitió tras solo una jornada disputada en su segunda temporada por discrepancias con la directiva, el mismo motivo que le llevó a dejar las selecciones de Argentina y Chile antes de tiempo.
“Le conozco desde hace tiempo y si ha dado portazos o no ha ido a determinados sitios es que tenía razones muy específicas. Es alguien muy profesional, muy recto, por que si tomó estas decisiones en el pasado es porque estaban justificadas”, concluyó.
Un recorrido con mucha pasión y más locura
Un entrenador adorado por los aficionados de los equipos a los que entrenó, pero devorado por su nivel de autoexigencia y tomado a broma por sus maneras excéntricas y su pobre palmarés: así es Marcelo Bielsa, el técnico rosarino que entrenará al Lille francés la próxima temporada.
“Acabo de renunciar”… Imposible de contar el número de aficionados marselleses que se aprendieron esas palabras en español el día que Bielsa, un 8 de agosto de 2015, anunció su adiós.
La personalidad de Bielsa se describe también en esas palabras: la intransigencia (estimaba que la directiva marsellesa le engañó con las condiciones de su contrato), la extravagancia (renunciar tras el primer partido de la temporada) y la pasión (transmitida a los aficionados de los clubes por donde ha dejado huella, como Newell’s, Athletic Bilbao o el mencionado Marsella).
Este rosarino de 61 años, de mirada impenetrable, silueta descuidada y ostensiblemente desinteresado en cuanto a su forma de vestir, tiene una receta simple para ganarse el favor de los aficionados: su fútbol es romántico, espectacular, ultraofensivo y sin la mínima concesión. En una palabra: pasional.
Máxima exigencia
Con el Loco en el banquillo, el Marsella fue campeón de invierno. Recordado por dirigir al equipo sentado sobre una nevera portátil, su personalidad también fascinó en Marsella, así como sus prontos irrefrenables, que le llevaron, por ejemplo, a criticar sin piedad al presidente de la época Vincent Labrune, al que acusó de no cumplir con la promesa de fichajes.
Fuente de inspiración
Por todo ello, el paso de Bielsa por sus clubes no suele prolongarse, aunque nunca tan breve como la que tuvo en el Lazio el pasado verano, club del que dimitió dos días después de fichar ante la falta de garantías de llegada de nuevos jugadores.
La única excepción a esta regla han sido sus dos pasos por selecciones: Argentina (1998-2004) y Chile (2007-2011).
El mayor fracaso fue la eliminación en la primera fase del Mundial de 2002 de una selección argentina que estaba liderada por estrellas como Hernán Crespo, Gabriel Batistuta y Juan Sebastián Verón.
El palmarés de este hijo de una familia de ricos intelectuales y políticos argentinos se reduce a tres campeonatos en su país (1991, 1992, 1998), una medalla de oro olímpica (2004) y cuatro finales, todas perdidas, en Copa
Libertadores con Newell’s (1992), en la Copa América con Argentina (2004) y las dos ya reseñadas con el Athletic Club.
Por último, la filosofía Bielsa ha impregnado a algunos de los técnicos con más caché en la actualidad: desde Jorge Sampaoli, Diego Simeone, Mauricio Pochettino hasta Pep Guardiola.