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En un juicio abreviado condenan a joven por un asesinato

Un joven de 20 años fue condenado a seis años y cuatro meses de prisión por tres delitos ocurridos entre junio de 2015 y mayo de 2016, en el marco de un juicio abreviado homologado este lunes ante la jueza Raquel Cosgaya.

Un joven de 20 años fue condenado a seis años y cuatro meses de prisión por tres delitos ocurridos entre junio de 2015 y mayo de 2016, en el marco de un juicio abreviado homologado este lunes ante la jueza Raquel Cosgaya. Esa pena se unificó con una anterior de tres años, de modalidad condicional, por lo que el muchacho deberá pasar siete años y tres meses en la cárcel. Uno de los hechos que deberá purgar es su participación secundaria en el homicidio de Gustavo Maximiliano Melgarejo, un joven de 23 años asesinado de un disparo en zona oeste. Los otros son dos delitos menores que el anterior: tentativa de robo de un bolso y tenencia de arma y encubrimiento.

En una audiencia celebrada ayer en los Tribunales provinciales, Eduardo Acevedo, de 20 años, homologó un acuerdo abreviado alcanzado entre su abogado defensor Adrián Ruiz y los fiscales Pablo Pinto y Noelia Riccardi.

El muchacho, de ocupación changarín, bajos recursos económicos y sin estudios secundarios, alcanzó el acuerdo condenatorio por los tres hechos tras conseguir que se le reduzca la calificación penal en el homicidio. Es que, en principio, el fiscal Pinto lo había acusado como partícipe necesario y luego lo bajó a secundario.

El crimen de Melgarejo ocurrió la madrugada del 26 de junio de 2015 en Mendoza y Río Gallego, un asentamiento precario conocido como La Antena, ubicado a pocos metros del Mercado de Concentración de zona oeste. Según varios testimonios, el joven de 23 años fue asesinado delante de tres personas, una de ellas su hermano, por un vecino tras una breve discusión. El autor del disparo, según se dijo ayer en la audiencia, fue Ricardo R., alias Ricky, quien llegó al lugar en una motocicleta conducida por Eduardo. Primero increpó a la víctima y después le disparó un certero tiro que le atravesó la cabeza. A raíz de esa mecánica, y del acuerdo alcanzado que implica la aceptación del acusado, el fiscal de Homicidios Dolosos Pablo Pinto entendió que el aporte que tuvo Eduardo en el crimen “no fue fundamental” y por eso le bajó la calificación penal a “secundaria”.

El otro delito que se le computó tuvo lugar casi un año después, el 25 de mayo de 2016. Según se mencionó en la audiencia, Eduardo iba a bordo de una moto con Franco D. y al llegar a la intersección de Lavalle y Cerrito le arrebataron la mochila a una chica. Pero el hecho quedó en grado de tentativa ya que ambos fueron apresados a pocos metros del lugar, en Alsina y Ocampo, y los objetos personales de la mujer, recuperados. Ese delito quedó calificado como robo simple en grado de tentativa.

Un mes después, entre los días 25 y 26 de junio de 2016, se allanó el domicilio del joven por un robo que había ocurrido en una escuela ubicada en inmediaciones a su vivienda, el colegio número 1326. Durante la medida en su casa la Policía informó del secuestro de un revólver calibre 38 además de una notebook, tres DVD, un ventilador y  detuvo al muchacho, al quien le saltó el pedido de captura por el crimen de Melgarejo. Así sumó dos hechos nuevos: tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimiento.

Por los tres hechos las partes llegaron al acuerdo de una condena a seis años y cuatro meses de prisión efectiva que se unificaron con otra pena condicional de tres años que le había dictado el juez Hernán Postma el 26 de mayo de 2014, por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no se ha podido acreditar y agravado por la participación de un menor de edad. Esa condena quedó ayer revocada y se unificó en una pena única de siete años y tres meses.

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