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Dos versiones para un homicidio

Dos muchachos fueron imputados por el crimen de Nelson Jara. En la audiencia los acusados alegaron
ser militantes sociales involucrados sólo por una mujer porque pudieron expulsar del asentamiento a la “banda de Pandu”

Dos jóvenes de 20 y 22 años fueron imputados ayer por el crimen de Nelson Jara, de 43, ocurrido en enero pasado en Villa Banana. El homicidio tuvo eje en una pelea a golpes entre dos mujeres que la víctima quiso separar. Pero en la audiencia surgieron nuevos datos, como que ambos detenidos dijeron ser militantes sociales involucrados en el hecho sólo por haber propiciado que la llamada banda de Pandu abandonara los búnkers de venta de drogas en el barrio. Y que la única testigo que los sindica fue concuñada del jefe del grupo, preso por un crimen ocurrido en enero de 2015.
Pasadas las 23 del 11 de enero, Nelson Jara estaba con su pareja Florencia M. caminando por Gutenberg y Rueda. Al pasar frente a la casa de Emilse G., las mujeres iniciaron una discusión que pasó a mayores cuando ambas se tomaron a golpes de puño. María Ester E. intentó sumarse a la pelea y Jara la apartó, momento en el que aparecieron, armados, allegados a Emilse. Según refirió Fabbro llegaron: Jorge C., de 22 años, Alan S., de 20; Nicolás S. y un joven apodado Godín y comenzaron a disparar, lo que terminó con Jara muerto y con María Verónica M. y María Ester E. heridas, una en el muslo y la otra en el estómago.

Entredicho y desenlace

Según Florencia, cuando cruzó frente a la casa de Emilse, ésta comenzó a gritarle groserías, la mujer se volvió y se tomaron a golpes. Momento en que salieron familiares y amigos de Emilse, algunos de ellos con armas, y comenzaron a disparar para todos lados. Dijo que vio armados a la cuñada de Emilse, María Ester E., con una pistola, a Jorge C. con otra, calibre 3.80 y a Lucas E. con una 9 milímetros. También nombró a Godín, hermano de Lucas, sobre quien aseguró tenía “una metra” y el que además de herir a su marido baleó a su propia hermana, y Alan, apodado Enano, quien tenía una 9 milímetros. En una nueva declaración agregó que, antes de los insultos, con Emilse estaba María Ester E., hermana de Nicolás S., y que ambos venden drogas en el barrio. Dice que mientras peleaban se escucharon disparos y Enano le apoyó un fierro en la cabeza y le dijo: “Dejá a Emilse”, y cuando levantó la vista vio a su marido tirado. Dijo que los conoce porque hace mucho se juntaba con ellos y afirmó que amenazaban a los pibes del barrio, en especial a su sobrino Franco Q., declaración que acompañó con fotos de las redes sociales; en ella no estaba Jorge C.

La hermana de Jara

La hermana de la víctima también dio su versión ante la Fiscalía. Sostuvo que vio a su hermano correr, entonces salió a buscar a sus hijos y vio a su cuñada peleando. Preguntó qué pasaba y unas vecinas le dijeron, en relación con su cuñada: “Siempre que se cruzan, busca pelea”. En eso una chica rubia dijo: “Quiero pelear con ella mano a mano” y se fue encima de Florencia, la tiró al piso y le empezó a pegar. Su hermano no sabía qué hacer, relató. Entonces otra mujer comenzó a patear a su cuñada en la cabeza. Ella intentó interceder, pero con un arma en la mano la otra le aconsejó: “Correte o te pego a vos”. Allí reaccionó su hermano, quien se interpuso para sacar a la mujer que le apuntaba a su pareja y llegan dos chicos de un pasillo. Uno petiso, que no sabe si es el Enano, al que le dicen Godín, y tenía un arma; al otro le dicen Lucas, el Transero, y también estaba armado y ambos dispararon. Entonces Enano le pegó un tiro a su hermano en la pierna y éste corrió a su casa, le tiraron otra vez y le pegaron en la pierna. Jara quedó parado y, cuando cayó al piso, se acercó Lucas y lo acribilló, sostuvo. La testigo logró tomar a sus hijos y corrieron a su casa; luego llevó, junto a su pareja, a su hermano al hospital.
La hermana de Emilse dijo que tras el hecho aparecieron hombres en su casa armados y les decían que le iban a quemar la casa, por lo que decidieron ingresar a la vivienda. Su hermana le dijo que iba al hospital, porque habían herido a su cuñada, María Ester E. El marido de esta mujer dijo que venían caminando cuando ella se desplomó. La otra persona herida es la dueña de un quiosco que al escuchar el tiroteo salió a buscar a sus hijos, sostuvo la fiscal en la audiencia.
En el lugar se encontraron ocho vainas servidas. Jara llegó con vida al hospital, aunque murió una hora después. Tenía 13 orificios en su cuerpo y en la autopsia se extrajeron 5 proyectiles. A principios de marzo la fiscal solicitó orden de detención para cuatro sospechosos: los dos imputados, Nicolás S. y su hermano, Godín, quien es pariente de Nelson A., alias Pandu, quien está preso por el crimen del militante social Javier Barquilla, asesinado en enero de 2015 en la misma zona.

El descargo

El miércoles pasado, tras algunos allanamientos, se produjo la detención de Jorge C. y Alan S.. El primero en declarar ayer fue Jorge: “Yo quiero decir que esta chica me está denunciando porque es de la misma banda del Pandu”. El muchacho explicó que era parte de la organización social Cuba-MTR que trabajaba en el barrio donde este grupo tenía un búnker y gracias al trabajo de la agrupación lo cerraron. Añadió que hubo dos homicidios en el barrio y ellos participaron activamente en busca de justicia, y que los involucrados son parte de la banda de Pandu. Afirmó que lo quieren sacar del barrio y que la denunciante vive en una casa usurpada a una de las personas de ese movimiento. Sostuvo que también quiere hacer una denuncia contra la mujer. Explicó qué hizo la noche del crimen, se desvinculó del hecho y afirmó que salió de su casa tras escuchar los tiros pero, como era del otro lado de su vivienda, por Gutenberg, y “la mafia del Pandu” siempre lo quiere atacar, su madre le insistió que entraran. Afirmó que vive de un carrito donde vende comida, con lo que sostiene su familia: “Yo sé muy bien que esto no lo hice”.
El muchacho aclaró que Florencia era pareja del cuñado de Pandu; después salió con un soldado de Pandu que también terminó preso. Sostuvo que la agrupación trabajó sobre el caso de Guadalupe Medina –una nena de 14 años violada y asesinada el 25 de mayo de 2016 en una casilla de Villa Banana– por lo que algunos integrantes de la banda están detenidos. El joven refirió que la familia de la víctima sostenía que Florencia entregó a la adolescente y que los amenazaron y ya no querían hacer nada.
Por su parte, Alan S. afirmó que estaba en su casa cuando escuchó el tiroteo, salió y le dijeron que su amiga María E. estaba herida, por lo que fue a auxiliarla. La traía su esposo y ayudó a llevarla hasta un vehículo, que la trasladó al hospital. En cuanto a Florencia M. dijo que discutieron en algunas oportunidades por los homicidios de dos chicos que eran sus amigos. Sostuvo que era parte del Cuba MTR.
Esta versión, sumada a la falta de antecedentes de los imputados, llevó a la fiscal a requerir una semana de prisión preventiva para profundizar esta versión y ahondar en los dichos de la mujer, que es la única persona que sindica a estos dos sospechosos. La defensora oficial, María Eugenia Carbone, no se contentó con ello, y en una vasta exposición argumentativa discutió cada punto de la imputación y solicitó la libertad de su cliente, subsidiariamente requirió una domiciliaria, a lo que adhirió el defensor Marcelo Basualdo, quien representa a Jorge C. Finalmente, el juez Carlos Leiva sostuvo que si bien el hecho fue evidenciado en la audiencia, se desconoce el motivo de la sindicación. Si bien validó la imputación, tomó en cuenta la existencia de un conflicto interbarrial y la ausencia de antecedentes de los imputados, y dictó una domiciliaria por 6 días para profundizar en los elementos que surgieron en la audiencia.

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