Un hombre de 41 años fue asesinado de dos disparos ayer a la madrugada en el humilde barrio José Hernández de la localidad de San Lorenzo. Se trata de José Uriel Godoy, quien recibió los tiros cuando defendió a su hijo de 19 de un intento de robo en la puerta de la casa donde vivía, ubicada en Batería Independencia al 1200.
El muchacho había sido abordado por dos hombres armados y, ante el pedido de auxilio, su padre salió a la calle y los enfrentó con un cuchillo. Pero se llevó la peor parte: dos impactos en el tórax terminaron con su vida antes de llegar al hospital más cercano. Según fuentes policiales, las primeras averiguaciones apuntan a que los tiradores no eran de la zona y que llegaron al lugar en un auto viejo rojo, con el que se dieron a la fuga. La investigación quedó a cargo del fiscal Leandro Lucente.
De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, el crimen ocurrió ayer alrededor de las 4.30, cuando Matías G., de 19 años, caminaba hacia su casa. A pocos metros de la puerta, un auto viejo rojo lo interceptó. Dos jóvenes bajaron y, con arma en mano, intentaron robarle. El chico gritó, lo que hizo que su padre, José Uriel Godoy, de 41, saliera en su auxilio, armado con un cuchillo. Según los pesquisas, José se trabó en una pelea con los ladrones. Pero ellos fueron más rápidos y dispararon. Dos tiros en el tórax hicieron caer al hombre.
Los ladrones volvieron a subir al auto y se dieron a la fuga. Matías subió a su papá a un auto y, junto con otros familiares, lo llevó al hospital Granaderos a Caballo, a donde llegó sin vida.
Según un pesquisa, por la oscuridad y la conmoción el chico no llegó a identificar a los ladrones, aunque aseguró que no los conocía del barrio. En su relato a la Policía dijo que eran “normales, jóvenes y flaquitos”.
Tras el crimen, los investigadores trabajaban en la búsqueda de testigos que orienten sobre la identidad de los homicidas. La pista más fuerte apunta al auto rojo. Sin embargo, la principal limitación está en que en el humilde barrio de José Hernández no hay cámaras de seguridad. Por eso, los pesquisas buscaban rastros del vehículos en las zonas cercanas donde hay registros, abarcando las horas previas y posteriores al hecho.
La investigación recayó en el fiscal Leandro Lucente, del departamento San Lorenzo, a quien auxilia el personal de la Policía de Investigaciones (PDI). Al cierre de esta edición, la principal hipótesis apuntaba a que el móvil del crimen fue el intento de robo y perdían fuerza otras hipótesis como desencadenantes.