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Yasky: “Por encima de las diferencias había que privilegiar la unidad”

Así explicó el docente Hugo Yasky el proceso de unificación de las CTA y la confluencia con la CGT en la protesta.

“La CTA convoca a un paro con movilización a Plaza de Mayo para el 30 de marzo. Vamos a estar acompañando a los docentes y le decimos al gobierno de Mauricio Macri que no intente culpabilizar a los dirigentes gremiales docentes del fallo de la política nacional, no convocar a la paritaria y no cumplir la ley de Financiamiento Educativo”, advirtió el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky. El líder sindical, que surgió precisamente de las filas del gremialismo docente, habló con El Ciudadano en  el marco del primer plenario unificado de delegados las dos CTA desde que la central obrera quedara fracturada en 2014. El cónclave, que tuvo lugar en la ciudad bonaerense de Avellaneda el pasado martes 14, ratificó la huelga nacional “propia” y el mandato de confluir además con la CGT en la medida de fuerza que después se confirmó para el 6 de abril.

Y, en relación con el proceso de unificación de las CTA, que tuvo un escalón clave en avellaneda, alentó: “Esta fecha va a quedar en la historia de la clase trabajadora argentina y en la historia nuestra. Es el primer plenario unificado en esta apuesta que hemos hecho a volver a darles a la CTA, la Autónoma y la de los Trabajadores, a los propios trabajadoras y trabajadores, que nosotros representamos. Y a muchos otros que no están en la CTA pero que hoy ven en esto que representa nuestra construcción sindical una expectativa, una alternativa, un camino, una voz legítima”.

Y agregó: “Esto debemos defenderlo a muerte. Siempre hay en el camino de la unidad aquellos que van a tratar de poner palos en la rueda. Pero hay que hacer el esfuerzo. Hay que tener la perseverancia, la obstinación de saber que en momentos en que sufrimos una agresión a escala nunca antes conocida. Porque hoy el gobierno de Macri no es un gobierno más de la derecha de la Argentina, es el gobierno de la clase dominante. Nunca como antes en la Argentina, por lo menos, desde que conocemos la democracia, nos había gobernado la clase dominante y los sectores vinculados con los intereses multinacionales de esa clase dominante”.

—¿Existe un ataque a los docentes?

—Bueno, en realidad es contra el pueblo trabajador. Recordemos la situación de los compañeros bancarios cuando desde el Ministerio de Trabajo intentaron desconocer la paritaria firmada y cuando desde la Justicia se les dio la razón a los trabajadores: en el gobierno no tuvieron mejor idea que iniciarles juicio político a los jueces por ese fallo. La cuestión docente tiene dos aristas bien claras: por un lado somos un caso testigo,  el cual está vinculado con el concepto de educación que tiene este gobierno, que es para pocos y privada. Hay una clara  lógica de mercado. Pero también está el intento de disciplinamiento al conjunto de los trabajadores. Hay una ley vigente, la ley de Financiamiento Educativo, que desde 2006 materializa un proceso de inversión en educación. Desconocerla quiere decir que lo que está en juego, además de los salarios y la fuente de trabajo, es la construcción de un modelo conservador y reaccionario donde, por ejemplo, la educación es considerada un gasto.

—¿Cuál es el rol del movimiento obrero frente a esa situación?

—No hay ninguna posibilidad de redistribución de la riqueza sin afectar intereses de las multinacionales. No hay justicia social con ajuste, con despidos, con rebaja de salarios, con condiciones de trabajo precarias. Allí estará presente el movimiento obrero. Estos días de marzo son una muestra de que nuestro pueblo no se resigna y va a defender las conquistas alcanzadas. Hace más o menos veinte días dijimos que marzo iba a quedar en la historia de las luchas populares, y algunos periodistas se sonreían socarronamente: pensaban que se trataba simplemente de una frase echada al azar. Pero marzo está quedando en la historia de las luchas populares. No se van a olvidar las jornadas históricas de las movilizaciones, y va a quedar también en la historia ese acto multitudinario, la movilización más grande que se haya conocido desde que gobierna Macri. Ese acto, hecho en un lugar extraño, de difícil acceso, hecho por algunos que esperaban que con esa dificultad para entrar iban a desalentar la participación popular. Pero lo cierto es que el pueblo dijo basta, y con la CGT y la CTA reclamó el paro general que se vine pidiendo desde hace meses.

—Allí se convocó a un paro pero no se fijó fecha…

—Nosotros, las dos CTA, fuimos a ese acto, convencidos de que hay que apuntalar la unidad en la acción. Es lo que va a dirimir la pulseada contra este gobierno, y cuando empiece a perder lo poco que todavía le queda de adhesión popular se va a replegar sobre sí mismo y va a generar situaciones de represión. Por eso fuimos a la convocatoria de la CGT absolutamente concientes de que por encima de las diferencias había que privilegiar la unidad en la acción, Pero también está claro que la unidad en la acción tiene un límite. No vamos a estar esperando indefinidamente que las vacilaciones, que las traiciones, y que las jugadas de algunos sectores de la CGT, que tratan de alargar la luna de miel con el presidente Mauricio Macri, nos lleven atrás. Por eso nosotros, junto a los compañeros de la CTA Autónoma, junto con Pablo Micheli, decidimos convocar a este plenario y propusimos  como fecha del paro nacional el 30 de marzo. Antes tenemos entre el 20 y el 22 de marzo una marcha federal educativa, que va a conmover al país. Y después el 24 de marzo: ni olvido ni perdón y castigo a todos los culpables.

Inocentes y culpables

“Que no se intente hacer a los dirigentes sindicales culpables de la situación que ellos, el gobierno, han generado. Porque el hambre que hay en el país y la pobreza que denunció la Universidad Católica Argentina recientemente no es invento de ningún dirigente sindical, es producto de las políticas que están aplicando”, advirtió Hugo Yasky, contundente.

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