Search

Pocos minutos, muchos tiros y más de un millón de pesos

<Seis encapuchados asaltaron una distribuidora, se enfrentaron con la Policía y huyeron con el dulce botín.

Mecánica: golpe comando. Logística: pre y post asalto. Botín: más de un millón. Disparos: muchos. Heridos: ninguno gracias a Dios. Esos fueron los primeros datos  brindados ayer por investigadores tras el atraco perpetrado minutos después de las 15 en una distribuidora de galletitas y golosinas de zona oeste. Seis encapuchados armados hasta los dientes redujeron al titular de la firma Tyna, ubicada en avenida Presidente Perón al 6900, rompieron un blindex y se llevaron los sacos de dinero de la caja fuerte que estaban listos para ser entregados más tarde a un camión de caudales. La fuga fue hollywoodense. En la esquina se enfrentaron a tiros con el Comando, cuatro cuadras después abandonaron los dos vehículos en los que huían y en el camino descartaron una pistola Colt 11.25. Al cierre de esta edición no había rastros ni del millón, ni del sexteto afortunado.

Si bien no se alcanzó a precisar el monto exacto, el fiscal de la causa Gustavo Ponce Asahad informó que los ladrones se llevaron una cifra que rondaba el millón de pesos. Al respecto, el funcionario dijo que se trató de un “golpe certero” que contó con inteligencia previa y también con logística para la huída, y destacó que “gracias a Dios” no hubo que lamentar heridos ya que hubo un enfrentamiento a balazos durante una persecución policial a plena luz del día.

Ponce Asahad dijo a El Ciudadano que apenas le informaron lo ocurrido se trasladó al lugar de los hechos y él mismo pudo tomar declaraciones a las víctimas, testigos y empleados policiales, como así también preservar la escena del crimen, que entre otras cosas derivó en el corte de la avenida Presidente Perón durante varias horas, donde se incautaron vainas servidas que serán peritadas.

El fiscal dijo que el “golpe comando” tuvo lugar a las 15.20 de ayer en avenida Presidente Perón 6970 cuando seis hombres armados y encapuchados –tenían pañuelos que les tapaban hasta las narices y gorras– descendieron de dos vehículos (Un Renault Sandero y un Ford Focus negro), encararon directo a las oficinas de la distribuidora mayorista Tyna, rompieron un blíndex y redujeron a su titular con culatazos y golpes de puño. Luego, lo despojaron de sus objetos personales, entre ellos una cadena de oro, y lo obligaron a abrirles la caja fuerte, donde descansaban varios sacos amarillos listos para ser entregados a un camión de caudales, cuya llegada estaba prevista momentos después.

Una vez que el sexteto se hizo del jugoso botín emprendió la huída. Pero ambos vehículos fueron interceptados por el Comando Radioeléctrico que según aclaró el fiscal Ponce Asahad “estaban en la zona y advirtieron la situación dando la voz de alto”. Lo que siguió fue un enfrentamiento a balazos entre los fugitivos y la Policía. Tras una “pequeña persecución” los desconocidos abandonaron los autos en inmediaciones de la autopista a Córdoba, que al cierre de esta edición estaban siendo peritados por la Policía Científica, y en el camino, a media cuadra del lugar del robo, descartaron una Colt 11.25. “Ambos vehículos tenían dominios ostensibles”, dijo el fiscal que valoró que dentro de uno de ellos secuestraron vainas de calibre 9 milímetros y otros que podrían ser compatibles con FAL. Tanto los patrulleros como los autos utilizados para el atraco quedaron rociados a tiros en los laterales y las lunetas.

El robo ocurrió en jurisdicción de la seccional 32ª, que participa de la investigación junto a Gendarmería Nacional (que halló los autos abandonados) y el gabinete científico de la Policía de Investigaciones (PDI). Entre las medidas pendientes la Fiscalía informó que se cotejaban cámaras de seguridad. Anoche, un amplio operativo encabezado por gendarmes se realizaba en la zona de la autopista entre Funes y Roldán.

En 2013 otro robo

El 11 de febrero de 2013, un grupo de delincuentes robó unos 600 mil pesos de la caja fuerte de la distribuidora Tyna. Los delincuentes ingresaron por el entrepiso donde funcionan varias oficinas y es el único sector donde no hay sensores. “Entraron y obviaron los sensores y fueron a una caja fuerte que pensé que era inviolable, y la destruyeron como si fuese una lata de sardinas”, dijo el propietario de Tyna en 2013.

10