Hace 35 años, la dictadura militar que gobernaba el país iniciaba una guerra contra el Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas y, entre otras ridículas medidas, prohibió la difusión de música cantada en inglés, lo que significó un inesperado espaldarazo oficial para el antes perseguido rock argentino.
De esta manera, el movimiento generado 15 años antes encontraba espacios de difusión en radios, revistas y programas de televisión que se habían mantenido cerrados a esta expresión cultural, en algunos casos. Otros, directamente lo habían criticado y atacado a lo largo de su historia.
En este sentido, artistas que sufrieron censura, persecuciones y exilio vieron reivindicadas sus figuras, tal el caso de Piero, Miguel Cantilo, León Gieco, Litto Nebbia y Raúl Porchetto, entre otros.
Sin embargo, este impulso dado al rock argentino dividió las aguas y derivó en una reacción por parte de grupos emergentes que, finalmente, fueron los que encabezaron una renovación estilística que se revitalizó en 1983 con la llegada de la democracia.
Acaso, el mayor símbolo para el rock local de esa época marcada por los comunicados oficiales que anunciaban un supuesto triunfo en el campo de batalla contra Gran Bretaña fue el polémico Festival de la Solidaridad Latinoamericana, llevado a cabo el 16 de mayo de 1982, en el Estadio de Obras Sanitarias.
Solidaridad latinoamericana
El encuentro, al que asistieron unas 60 mil personas, fue encabezado por Charly García, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Raúl Porchetto, Litto Nebbia, Rubén Rada, Ricardo Soulé, Dulces 16 y el Dúo Fantasía, entre otros, y se llevó a cabo con la intención de recaudar artículos de primera necesidad para los soldados que estaban en el frente de batalla.
Por otra parte, el impulso dado a la difusión del rock argentino en los medios por parte de la dictadura contempló el caso de artistas consagrados, sin tener en cuenta a un amplio espectro de grupos y solistas que pugnaban por ganarse un lugar en la escena.
Movida underground
Esto provocó una reacción que intensificó la movida underground que, cada fin de semana, encontraba su lugar en bares y sótanos porteños en donde se podía escuchar música y ver obras de teatro silenciadas por la dictadura.
Así comenzaron a mostrarse grupos que poco tiempo después serían los encargados de renovar la escena local, como el caso de Virus y Los Violadores, Los Twist, Sumo y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros. En el caso de la música, fueron estos grupos y solistas los que acercaron al público muchas tendencias musicales de fines de los 70 y principios de los 80 en Estados Unidos y el Reino Unido, que no se encontraban en las radios, menos aún en ese momento con la prohibición para artistas angloparlantes, como la new wave, el hardcore y el reggae.
Cede la censura
Junto con propuestas más bailables, los nuevos artistas también presentaban una renovación desde lo lírico, con una apuesta al humor y la ironía para denunciar, en lugar del tono que imperaba en los artistas consagrados.
Lo cierto es que la brutal censura puesta en marcha en la década del 70 por la dictadura cedió definitivamente durante la Guerra de Malvinas, por lo que varias canciones que habían sido silenciadas volvieron a ocupar espacios en radios y a ser coreadas de manera masiva en conciertos.