Estocolmo está de duelo este sábado por el sangriento atentado con camión de la víspera cuyo presunto autor, un uzbeko según la prensa, se encuentra en detención preventiva.
El camión embistió a toda velocidad a los peatones dejando a su paso cuerpos mutilados en un ataque que recuerda la forma de proceder de los atentados de Niza (sudeste de Francia), Berlín y Londres, reivindicados por el grupo Estado Islámico.
El atentado de Estocolmo, el tercero en Europa en poco más de 15 días después de los de Londres y San Petersburgo, no ha sido reivindicado.
Al menos 4 personas murieron y otras 15 resultaron heridas, nueve de ellas de gravedad.
«Suecia fue atacada», declaró el primer ministro sueco, el socialdemócrata, Stefan Löfven, que por la noche hizo una ofrenda floral a unos pasos del lugar de la tragedia.
Las banderas ondeaban a media asta en el palacio real, sede del gobierno, el parlamento y el ayuntamiento.
Las calles céntricas de Estocolmo estaban semidesiertas. «Estoy triste, triste y enfadado con los que hicieron esto», declaró Torvald, un hombre de 51 años, cerca del lugar del atentado.
Presunto autor
Las fuerzas de seguridad investigan los hechos, filtrando la información con cuentagotas, pero la fiscalía anunció este sábado que un hombre sospechoso de «homicidios con carácter terrorista» fue puesto en detención preventiva, informó a la AFP la portavoz de la fiscalía, Karin Rosander.
El código penal sueco prevé varios grados de sospecha y sobre el detenido recae el más alto de ellos, precisó.
El hombre fue arrestado el viernes en Märsta, una pequeña localidad al norte de Estocolmo. Según varios medios de comunicación es un uzbeko de 39 años, simpatizante de la organización yihadista Estado Islámico (EI).
La fiscalía no ha dado detalles sobre su identidad pero su apariencia concuerda con la de un individuo grabado en el lugar del ataque que vestía una capucha negra y contra el que se había lanzado una orden de captura.
Hasta el momento es el único sospechoso, recalcó Lars Byström.
Ruido de una bomba
El conductor del camión embistió a los transeúntes poco antes de las 13h00 GMT en la calle peatonal más concurrida de la capital, Drottninggatan.
Un testigo, Hasan Sidi, contó haber visto dos ancianas tiradas en el suelo. Una se desangraba. «Una falleció (…), no sé si la otra sobrevivió». «Los policías estaban conmocionados, todo el mundo lo estaba», añadió.
El vehículo acabó empotrándose contra la fachada de los grandes almacenes Åhléns City, cerca del cruce con una arteria con mucho tráfico, Klarabergsgatan.
«Hizo el mismo ruido que el estallido de una bomba y empezó a salir humo de la entrada principal» de la tienda, declaró al diario Aftonbladet un testigo, Leander Nordling, de 66 años.
El camión fue retirado del lugar por la noche, constató la AFP.
El primer ministro anunció el refuerzo de los controles fronterizos y pidió a sus compatriotas que no cedan al miedo.
Era previsible
«Los terroristas quieren que tengamos miedo, quieren que cambiemos nuestros hábitos, quieren que no vivamos nuestra vida con normalidad. Pero eso es lo que vamos a hacer. Los terroristas no podrán derrotar a Suecia. Nunca», declaró.
Para Magnus Ranstorp, un investigador sueco, este atentado no es una sorpresa.
«Era previsible, la policía y los servicios de inteligencia lo repetían desde hace meses (…). Lo único que no sabíamos era cuándo iba a ocurrir», declaró a la AFP.
Suecia sólo ha sufrido otro atentado. Fue en diciembre de 2010 cuando un hombre cometió un ataque suicida con bomba en la misma calle peatonal, hiriendo levemente a varias personas.