Un nuevo femicidio puso en la mira el desempeño de la Unidad de Búsqueda de Paradero del Ministerio Público de la Acusación. Ocurre que los restos óseos encontrados hace diez días en un humedal en el barrio Las Flores podrían ser de Mariela Nerea Barboza, una chica de 22 años buscada por su familia desde el 10 de febrero. Este viernes, un joven de 20 años fue imputado por privación ilegítima de la libertad después quedar detenido en una casa en la que se presume Nerea estuvo cautiva hasta ser asesinada. El abogado de sus padres reveló que, en los casi dos meses que estuvo desaparecida, su familia y los vecinos aportaron numerosa información que daba cuenta de que estaba en un búnker, donde la tenían encadenada, encerrada en una jaula y la obligaban a vender droga. Pero desde la Unidad a cargo del fiscal Guillermo Apanowicz hubo pocas respuestas. Sólo se ordenó el allanamiento en otro domicilio de la zona, con resultados negativos, y la casa en cuestión no fue requisada “porque no la encontraron por no tener número”. Tampoco hubo rastrillajes y el cuerpo fue hallado a partir de un llamado anónimo. Si bien aún falta verificar el ADN de los restos, la familia reconoció que un vestido y una campera como propiedad de Nerea. “La Unidad de Búsqueda de Paraderos no aplica los protocolos correspondientes y parte de la premisa de que a las mujeres desaparecidas no les pasó nada. Si a Nerea la hubiesen buscado, la podrían haber rescatado y hoy estaría viva”, dijo la referente del Movimiento Evita Alejandra Fedele, que colaboró con la familia en la búsqueda.
La última vez que la familia de Nerea la vio con vida fue el 10 de febrero. La joven de 22 años es madre de dos nenas, vive en condiciones de extrema pobreza y padece una fuerte adicción a las drogas, enfermedad que llevó tanto a ella como a sus padres a pedir ayuda a distintos niveles del Estado. Muchas veces, la muchacha salía de su casa rumbo a Las Flores Sur y no regresaba hasta el día siguiente. Esta vez, al pasar más tiempo del habitual, su madre hizo la denuncia en la comisaría. La investigación cayó en manos del fiscal Guillermo Apanowicz, el mismo que estuvo a cargo de la desaparición de Franco Casco.
El abogado Mariano Romero empezó a representar a la familia poco después de que se hizo la denuncia. Según Fedele, en todo el tiempo que estuvo desaparecida sus padres no dejaron de buscarla. “Fueron a Fiscalía varias veces a llevarle información al fiscal porque los vecinos les habían dicho que la tenían cautiva en un búnker. Aportaron las direcciones de dos lugares y, cuando Romero preguntó en Fiscalía, le dijeron que habían hecho un allanamiento en una de las casas y que a la otra no la habían encontrado porque no tenía número”, sostuvo Fedele.
El 3 de abril los restos de una mujer aparecieron a la vera de la autopista Rosario Buenos Aires, a la altura de Clavel al 7200. Un llamado anónimo al 911 dio la alerta. Las primeras pericias revelaron que se trataba de una joven de unos 20 años, que tenía una herida de arma de fuego en el cráneo y que el cuerpo había sido prendido fuego. En el humedal donde estaba el cuerpo, los pesquisas encontraron una campera y un vestido que fueron reconocidos como de Nerea por sus hermanos. La investigación de este homicidio quedó a cargo del fiscal Luis Schiappa Pietra, quien ordenó examen de ADN para determinar si efectivamente se trata de la joven desaparecida y se puso en contacto con la familia.
A partir de datos de testigos, esta semana Schiappa Pietra solicitó una orden de allanamiento en una casa donde vive Alexis A., de 20 años, en busca de evidencia vinculada a la aparición de los restos humanos. En la vivienda se encontró una mancha de sangre y una cadena que se presume pertenecía a Nerea. Ayer el joven fue imputado por privación ilegítima de la libertad y quedó bajo prisión preventiva por 60 días.
Búsqueda de paradero
No es la primera vez que la Unidad de Búsqueda de Paradero es cuestionada por su desempeño. En mayo de 2016, una nena de 12 años apareció estrangulada y violada en Villa Banana después de estar una semana desaparecida. La niña vivía en condiciones de extrema pobreza y desde la Fiscalía confundieron su identidad con la de otra menor que faltaba de su casa, dando por muerta a otra persona por varios días. En julio del año pasado, Lujan de 15 años estuvo desaparecida más de una semana sin que se informe a la Fiscalía. La niña fue encontrada gracias a un vecino que la ayudó de escapar de la casa de un hombre que abusó sexualmente de ella.
“Esto una constante en la Unidad de Búsqueda de Paraderos. Los fiscales prefieren pensar que no les pasó nada, que se fueron con un chico, cuando pueden estar en peligro. En vez de agotar todas las instancias, hacen todo lo contrario. Esto es muy grave porque hay todo un protocolo que se debe seguir y en el caso de Nerea es claro que no se activó”, dijo Fedele y agregó: “Cuando actuás y reaccionas con rapidez podés salvar una vida y hoy esa vida es la de Nerea”.
Nora Giacometto de la ONG Ampliando Derechos apuntó en la misma dirección: “La Justicia es la primera que recibe los casos. Y los estados provincial y municipal, que tiene los dispositivos de atención para las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, son a los últimos a los que se notifica”, dijo y agregó: “Para terminar con la violencia hacia las mujeres es necesario el trabajo interdisciplinario y es fundamental que la Justicia se capacite con una perspectiva de género, que entienda que cuando se denuncia una desaparición, es fundamental actuar con rapidez”.
“En una sociedad patriarcal, una mujer como Nerea, que vive en condiciones de extrema pobreza y tiene una enfermedad como la adicción a las drogas, es mucho más vulnerable a la violencia machista. El narcotráfico y la trata se aprovecha de esas condiciones, usan a las mujeres de soldadito y hacen una infinidad de abusos sobre sus cuerpos. Entonces, en los sectores donde hay menos herramientas para defenderse es donde más presente tiene que estar el Estado”, concluyó Giacometto.