Con un festival de música con milonga a cielo abierto y posterior vigilia en la que se anticipa una concurrencia multitudinaria, los trabajadores del hotel Bauen de Buenos Aires, que hace 14 años se convirtió en una de las empresas recuperadas más emblemáticas del país, se plantarán ante la decisión judicial de desalojo. La jueza Paula Hualde dispuso el pasado 1º de marzo ue el inmueble ubicado a menos de cuatro cuadras del Congreso nacional, sobre la porteña avenida Callao, debía ser restituido a una firma privada, y fijó un plazo límite para que los miembros de la cooperativa Hotel Buenos Aires Una Empresa Nacional, que ocupan la propiedad se vayan voluntariamente. Y ese plazo se cumple este miércoles.
La jueza Hualde tomó la decisión a tres meses de que el presidente Maurico Macri vetara, dos días después de la Navidad del año pasado, la ley de expropiación del Bauen, que había sido aprobada por el Senado por 39 votos contra 17 en la última sesión del año pasado. Con todo a foja cero, la resolución ordena restituir el edificio a la firma Mercoteles SA, con la que la empresa propietaria del Bauen, Solari SA, había firmado un boleto, en el marco de un proceso de quiebra que en 2001 dejó a todos sus empleados sin indemnización y sin trabajo.
“Frente a estas circunstancias y después de la sanción de la ley de expropiación obtenida en 2016, los trabajadores reafirmamos nuestra convicción de seguir gestionando el hotel de forma cooperativa, tal como lo hemos hecho durante los últimos 14 años e insistiremos para que este año el Congreso nacional vuelva a acompañarnos, tanto en la Cámara de Diputados, como en la de Senadores, para rechazar el veto presidencial”, expresaron los miembros de la cooperativa en un comunicado que se difundió tras la decisión judicial.
En ese marco los 130 trabajadores del Bauen organizaron el pasado martes 11 una cena solidaria que reunió a unos 700 comensales, entre ellos legisladores, dirigentes políticos y sociales, miembros de organismos de derechos humanos, gremialistas, y figuras de la cultura y el deporte.
La idea que transmitieron los miembros de la cooperativa que desde marzo de 2003 mantiene el hotel en funcionamiento es buscar el rechazo legislativo al veto presidencial. Para ello hacen falta los dos tercios de ambas Cámaras para reponer la ley. Pero un desalojo corta de plano con el proceso, ya de por sí complejo.
“Reafirmamos nuestra convicción de seguir gestionando el hotel de manera cooperativa, dándole continuidad al modelo eficiente y sustentable que impulsan desde 2003, resistiendo el desalojo e insistiendo con el trámite parlamentario. Mientras tanto, y tal como lo venimos haciendo en forma ininterrumpida desde hace 14 años, mantenemos abierto y en funcionamiento el hotel, rodeados de muestras de solidaridad tanto de Argentina como del exterior”, afirmaron desde el Bauen.
En disputa
“Implicaría un severo perjuicio en la posibilidad de asignar por parte del Poder Ejecutivo Nacional los recursos económicos disponibles a otras necesidades básicas insatisfechas para el conjunto de la población, exclusivamente en beneficio de una situación particularizada”, sostiene parte del texto del decreto del presidente Macri que vetó la ley de expropiación del Bauen.
La ley de expropiación vetada disponía que el emprendimiento debería “destinar y crear espacios de promoción cultural y realizar actividades educativas, artísticas y sociales”, y destacaba que la operación se concretaba a cambio de la deuda que el titular de los bienes registraba con el Estado por créditos que había con el ex Banco Nacional de Desarrollo cuando se construyó el hotel, para el Mundial de 1978, y con la Afip.