La pelota está de luto. La historia del fútbol argentino añadió otra página negra más. Y van… Emanuel Balbo, el hincha de Belgrano arrojado desde una tribuna del estadio Mario Alberto Kempes durante el clásico cordobés frente a Talleres del último sábado, falleció en la tarde de ayer luego de dos días de agonía como consecuencia de las graves lesiones que sufrió en la caída.
En tanto, luego de conocerse la muerte de Balbo, se entregó a la policía el “Sapito” Gómez, sindicado como el instigador de la trifulca que derivó en que la víctima sea arrojada por una de las bocas de acceso a la popular del estadio mundialista.
El deceso de Balbo fue dado a conocer por las autoridades médicas del Hospital de Urgencias de Córdoba luego que desde el domingo había quedado en un cuadro irreversible de “muerte cerebral”.
“El chico muere a causa de la caída, no tanto por los golpes. Esto no es un accidente, sino que se trata de un incidente, porque se podría haber evitado”, explicó Norberto Brussa, jefe de Guardia del Hospital de Urgencias de Córdoba en declaraciones a Canal 13.
El deceso de Balbo se produjo a las 14 y la familia decidió no donar los órganos, y posteriormente, una vez confirmado la muerte, realizaron un abrazo simbólico al hospital en donde estaba internado desde el pasado sábado por la tarde.
Los familiares del joven de 22 años se mostraron consternados tras conocerse la noticia porque acarreaban otro dolor muy grande como el fallecimiento de su hermano Agustín, en un incidente de tránsito en 2012 y que fue el que originó la pelea del último sábado y que terminó con la muerte de Balbo en las tribunas del Mario Alberto Kempes.
Es que, según contó Lucas Ortega, el amigo que acompañaba a Emanuel Balbo en la cancha al momento del hecho, tuvieron un entredicho con Gómez tanto en la previa como durante el entretiempo del encuentro válido por la vigésima fecha del torneo de Primera División, que finalizaría en empate 1 a 1.
El amigo de Balbo sindicó a Oscar “Sapito” Gómez como la persona que inició durante el entretiempo los incidentes que terminaron con el simpatizante de Belgrano internado con muerte cerebral tras haber sido arrojado al vacío.
“Nos lo cruzamos antes de empezar el partido y Gómez lo insultó a Emanuel. Nosotros no le dimos bola, nos fuimos más arriba en la popular. Pero cuando terminó el primer tiempo, la gente se sentó y yo vi que el Sapito Gómez se puso de pie y empezó a mirar hacia arriba, como buscando a Emanuel. Para mí que el ataque fue preparado”, explicó.
Y en declaraciones publicadas ayer por el diario Día a Día de Córdoba, agregó: “Nosotros estábamos parados y de golpe vuelve Sapito con varios hombres y lo empieza a increpar a Emanuel, lo insultaban. Sapito también me conoce a mí, pero era con Emanuel la cosa. Yo traté de defenderlo, pero Sapito y los otros monos empezaron a golpear a Emanuel”.
Gómez está acusado de haber participado en una picada en la que murió Agustín Balbo, hermano de Emanuel, en noviembre de 2015. De hecho, ayer casualmente, la Justicia le puso fecha al juicio en el que Oscar Gómez está acusado por el homicidio culposo en una supuesta “picada” de un hermano de Emanuel Balbo, episodio ocurrido el 25 de noviembre de 2012.
Cinco detenidos
La policía de Córdoba, en tanto, detuvo en las últimas horas de ayer a otros tres sospechosos por la agresión a Emanuel Balbo, por lo que ya suman cinco los apresados por el crimen.
Se trata de Matías y Cristian Oliva, padre e hijo, quienes fueron arrestados en la tarde del domingo, más Raúl Vergara y Pablo Robledo, detenidos en la jornada de ayer. Por la tarde, en tanto, se entregó a la policía el Sapito Gómez, el principal acusado del crimen.
Según informó la fiscal Liliana Sánchez, la carátula de la investigación pasó a “homicidio culposo”, por lo que los detenidos se exponen a penas que van desde “diez años y cuatro meses” a “32 años y cinco meses”.
El fallecimiento de Balbo generó un sinfín de repercusiones en todos los ámbitos del deporte y se trata de otro nombre más que engrosa una lista negra de muertes en el fútbol argentino, que ya superó las 300 víctimas.
El sapito
Oscar Gómez, alias el “Sapito”, se transformó este fin de semana en el karma de la familia Balbo, ya que tiene un proceso judicial abierto por la muerte de Agustín y ahora está sindicado como el instigador del crimen de Emanuel, lanzado por una boca de acceso del estadio Kempes durante un clásico ante Talleres.
Lo cierto es que Gómez no tenía prohibición de concurrencia a un espectáculo deportivo, según reconoció Jorge Gómez, director general de la Policía de Córdoba Capital.
Desde esta fecha, el Estado comenzó a hacerse cargo del derecho de admisión y, como Oscar Gómez no figuraba en ninguna lista, logró entrar al estadio Mario Alberto Kempes pese a estar acusado de matar en una supuesta picada al hermano de Emanuel Balbo, en 2012.
El “Sapito”, que estuvo prófugo de la Justicia más de 24 horas hasta entregarse, es una especie de maldición para la familia Balbo, ya que en 2012 participó de la muerte del hijo menor del matrimonio y ahora fue apuntado como el autor intelectual y material de la agresión a Emanuel.
Gómez es integrante de la barra brava de Belgrano y pertenece a la facción denominada “La Igualdad”, enfrentada políticamente con la gestión de Armando Pérez.
Por el asesinato de Agustín Balbo estuvo detenido sólo un mes y esperaba el juicio en libertad, lo que le posibilitó ir a la cancha. Concurre hace más de cinco años a los estadios tanto de local como visitante sin ninguna restricción a pesar de que tiene una causa abierta en su contra.
“Un ataque preparado”
Lucas Ortega, amigo del joven agredido Emanuel Balbo, a quien acompañaba durante el clásico entre Belgrano y Talleres, afirmó que el ataque fue “preparado”.
Ortega relató lo sucedido el sábado pasado en la previa y durante el entretiempo del encuentro válido por la vigésima fecha del torneo de Primera División, que derivó en la caída de Balbo por el hueco de uno de los accesos públicos.
El amigo de Balbo sindicó a Oscar “Sapito” Gómez como la persona que inició durante el entretiempo los incidentes que terminaron con el simpatizante de Belgrano internado con muerte cerebral tras haber sido arrojado al vacío.
Gómez, por otra parte, está acusado de haber participado en una picada en la que murió Agustín Balbo, hermano de Emanuel, en noviembre de 2015.
“Nos lo cruzamos antes de empezar el partido y Gómez lo insultó a Emanuel. Nosotros no le dimos bola, nos fuimos más arriba en la popular. Pero cuando terminó el primer tiempo, la gente se sentó y yo vi que el Sapito Gómez se puso de pie y empezó a mirar hacia arriba, como buscando a Emanuel. Para mí que el ataque fue preparado”, explicó.
En declaraciones publicadas este lunes por el diario Día a Día de Córdoba, agregó: “Nosotros estábamos parados y de golpe vuelve Sapito con varios hombres y lo empieza a increpar a Emanuel, lo insultaban. Sapito también me conoce a mí, pero era con Emanuel la cosa. Yo traté de defenderlo, pero Sapito y los otros monos empezaron a golpear a Emanuel”.
Ortega señaló que “fue todo un quilombo y pasó muy rápido”, al tiempo que admitió que trató de meterse, agarró “de los brazos a uno de los que le pegaba, pero eran muchos”.
“Sapito empezó a gritar que Emanuel era de Talleres y se sumaron otros a pegarle”, completó. “La gente se amontonó y no pude bajar, fui quedando cada vez más arriba. De golpe a Emanuel no lo vi más, y empecé a escuchar que la gente gritaba que habían tirado a un hincha”, contó.
Schiaretti pidió justicia
El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, reclamó ayer que la Justicia caiga con “todo el peso de la ley” a los responsables de la “agresión cobarde” al hincha de Belgrano Emanuel Balbo, que falleció ayer en un hospital provincial.
“Espero que la Justicia de Córdoba tenga una condena ejemplar contra las personas que salvaje y cobardemente atacaron a este chico; tiene que caerles todo el peso de la ley”, manifestó el mandatario provincial durante una actividad oficial en la localidad cordobesa de Manfredy.
Y enseguida remarcó: “Hechos como estos nos tienen que hacer reflexionar, no podemos seguir en este nivel de virulencia y violencia. Que una fiesta del fútbol termine de esta manera genera un profundo dolor e indignación”.
El gobernador Schiaretti, por último, también instó a la sociedad a “replantearse estos hechos de violencia, de intolerancia, que se potencia por la presencia de las drogas”.