El gobierno de Venezuela anunció su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA) luego de que el organismo supranacional convocara –por impulso de su presidencia y sin previa negociación con la Nación involucrada– a una reunión de cancilleres para evaluar la crisis institucional del país caribeño, que este miércoles agregó otra jornada de protestas con violencia.
«El día de mañana (por este jueves), tal como ha instruido el presidente Nicolás Maduro, presentaremos la carta de denuncia a la OEA e iniciaremos un procedimiento que tarda 24 meses», anunció la canciller venezolana Delcy Rodríguez en una declaración transmitida por la televisión oficial.
«Venezuela no participará en lo sucesivo de ninguna actividad, de ningún evento, donde se pretenda posicionar el intervencionismo y e injerencismo», agregó Rodríguez, quien calificó a los 19 países que votaron a favor de la cita –entre ellos la Argentina– como «cipayos (serviles) genuflexos».
En paralelo, y a petición del gobierno venezolano, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) convocó una reunión extraordinaria para el 2 de mayo. Diecisiete de sus 33 miembros votaron la resolución de la OEA.
Maduro enfrenta desde hace un mes una ola de protestas para exigir elecciones generales anticipadas que han derivado en fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, disturbios y saqueos que dejan ya 28 muertos y cientos de heridos y detenidos.
«Es la peor decisión que puede tomar el gobierno, y constata que es un gobierno derrotado», manifestó el presidente del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges, al reaccionar al anuncio de retiro de la OEA.
Maduro, a quien el secretario general de la OEA, Luis Almagro, tilda de dictador, asegura que la «derecha venezolana» hace «terrorismo» para provocar un caos, como parte de un plan con Estados Unidos para derrocarlo y propiciar una intervención extranjera.
Miércoles violento
Agentes antimotines dispersaron este miércoles con bombas lacrimógenas una movilización de miles de opositores contra Maduro. Un joven de 20 años, según los primeros informes, murió por el impacto de una bomba de gas en el pecho durante una protesta en Altamira, este de la ciudad.
La militarizada Guardia Nacional y la Policía impidieron, con gases lacrimógenos, perdigones de goma y chorros de agua disparados en la autopista Francisco Fajardo y otros puntos del este de Caracas, que la marcha avanzara hacia la Defensoría del Pueblo, en el centro, considerado bastión de los chavistas.
Algunas bombas cayeron entre la multitud y en el sector de Santa Mónica los gases afectaron a niños que estaban en una escuela. En San Cristóbal (Táchira, fronterizo con Colombia) y en otras ciudades, las fuerzas de seguridad también repelieron a los manifestantes.
Por su parte, miles de seguidores del gobierno se concentran en las afueras del palacio presidencial de Miraflores, donde ovacionaron a Maduro.
Desde fines de marzo
Las protestas estallaron luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se adjudicara a fines de marzo las funciones del Parlamento (Audiencia Nacional), único de los poderes que controla la oposición, aunque dio marcha tras fuertes reacciones internacionales.
Buscando calmar las aguas, Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019, también habla de llamar a elecciones, pero se refiere a las regionales que en 2016 fueron postergadas y aún no tienen fecha. En cambio, descarta un adelanto –como piden sus adversarios– de las presidenciales de diciembre de 2018.
El presidente también convocó a sus opositores a conversar y pidió el acompañamiento del papa Francisco. «He llamado al dialogo nacional un millón de veces», se quejó este miércoles durante un acto oficialista.
«Hay una presión muy grande de la comunidad internacional para una negociación política de la oposición con el gobierno, (pero) elecciones generales no creo que sean posibles», opinó el analista Carlos Raúl Hernández.
La oposición llama «dictador» a Maduro y aduce que su salida anticipada del poder es la única solución a la profunda crisis política y económica del país petrolero.