Que “el futuro llegó hace rato” ya lo sabíamos todos. Pero la clave estaba en seguir cantando la canción: “Llegó como vos no lo esperabas”.
La decisión inédita (por lo colectiva, democrática y horizontal) de que nuestro compañero Eduardo Trasante encabece la lista de concejales de Ciudad Futura este 2017 sacudió no sólo el tablero político, sino muchas estructuras de pensamiento (¿y qué es la política sino esa permanente disputa de sentido?). Una decisión tan audaz como estratégica que sorprendió a propios y extraños.
Un pastor evangelista protagonizando un movimiento mayoritariamente ateo, agnóstico o como le quieran llamar.
Es arriesgado, lo sabemos. Va contra todo manual y contra todos los pronósticos. Podríamos haber hecho algo parecido al 2015. “Equipo que gana no se toca” se dice en el fútbol.
Pero como dijo Caren Tepp en el acto: “A nosotros nos pueden criticar por muchas cosas, pero jamás podrán decir que somos conservadores”.
Porque no estamos buscando más bancas en el Concejo, estamos construyendo un proyecto político de nuevo tipo para gobernar la ciudad, para cambiar el mundo.
Y aunque no sea cualquier pastor, sino un compañero con el cual nos une una historia, un dolor, una lucha, sigue siendo una decisión sorpresiva para muchos.
Pero para eso ya va a haber toda una campaña y tiempo de hablar.
Ahora, veámoslo un poco, con tus ojos
En Ciudad Futura el proyecto colectivo está siempre por sobre los nombres individuales.
Y eso es una gran diferencia. De hecho, no sé si lo notaron, los dos últimos afiches que vieron en la calle no tienen nombres propios.
Son rostros, ideas, pero un solo mensaje: CIUDAD FUTURA.
En cambio, los partidos tradicionales son (con suerte, cuando no cáscaras vacías) un cúmulo de principios generales donde el que encabeza, el que conduce, el que gana la interna, los define, interpreta y ejecuta.
Por eso puede haber Partido Justicialista (PJ) neoliberal y PJ estatista. Un PJ que indulta genocidas y PJ que los juzga y encarcela. Por eso puede haber Unión Cívica Radical (UCR) macrista y UCR alfonsinista.
Pero eso son las estructuras, los dirigentes, no la gente, no los sentimientos. No los peronistas, no los radicales.
Ciudad Futura, como partido de movimiento, es distinto. Ni mejor ni peor, pero diametralmente distinto.
Ciudad futura es un conjunto de prácticas específicas que materializan principios y valores generales, y el protagonismo y la conducción es colectiva.
Por eso no puede haber Ciudad Futura neoliberal ni de derecha. Porque lo que define la política no es la persona sino el proyecto.
Por eso no puede haber Ciudad Futura clerical, ni Ciudad Futura antiabortista, aunque el Papa nos convoque a los movimientos populares en el Vaticano o que encabece la lista un pastor evangelista.
“Los nombres propios en función del proyecto colectivo”, insistimos siempre, ¿se acuerdan?
Ciudad Futura es mucho más que los tres concejales jóvenes, con título universitario, que militan las 24 horas hace más de diez años.
Y decidimos expresarlo en esta elección, en esta lista y con todas sus consecuencias.
Porque estamos seguros de que esta es una combinación explosiva. Porque creemos de verdad en #ElPoderDeLaGenteComún.
Porque tenemos la profunda convicción de que si los instrumentos políticos no se parecen a su pueblo están condenados al fracaso.
Y para tomar esa decisión hay que bancársela o mudarse a una comunidad de esclarecidos en El Bolsón o hacer política en Dinamarca.
Una compañera reflexionando nos dio una gran enseñanza. Palabras más, palabras menos, expresó: “Siempre dije que quería construir un mundo donde quepan muchos mundos, y cuando me lo ofrecieron no lo pude tolerar. Ahora lo entiendo, y soy feliz”.
De eso se trata compañeros, de eso se trata amigas.
Hoy somos distintos, pero iguales.
Hoy, con esta decisión, somos mejores que ayer. (Y además vamos a reventar las urnas, y los poderes de la ciudad lo saben).
Gracias Eduardo Trasante por correr vos también los prejuicios y subirte a este loco colectivo rojo de gente que no cree en Dios, pero cree en vos.
¡Cómo ni sentirse así!
A salir a comerse la cancha, que somos nosotros.
Y como decimos siempre: “Sonríe, porque vamos a ganar” y vamos a HACERLO distinto.
*Concejal de Rosario por Ciudad Futura