El ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, estuvo ayer en la ciudad de Santa Fe para participar de una charla, en el centro cultural ATE Casa España, junto al ministro de la Producción de la provincia Luis Contigiani. En la mesa también lo acompañaron Jorge Hoffmann, secretario general de ATE, y Mario Galizzi, titular de Apyme Santa Fe, la entidad que organizó la actividad.
Antes, en conferencia de prensa, Mujica se refirió a la situación actual de la Argentina, habló del peronismo y de Mauricio Macri, no eludió los problemas en Venezuela y dejó un mensaje a los jóvenes: “Tenemos nuestra inteligencia desperdigada. Hay que construir una gigantesca unidad latinoamericana como defensa común frente al mundo”.
En el inicio de la conferencia, el ex presidente uruguayo opinó: “Los latinoamericanos llegamos tarde a la historia. El mundo se está reorganizando en gigantescos bloques y un puñado de repúblicas, cada una sola, en este mundo que se nos viene encima, es nadie. Más claro: geopolíticamente somos boleta si no tenemos la inteligencia de generar un alero común para defendernos de ese mundo que no va a tener piedad con los débiles”.
Mujica hizo una autocrítica sobre los gobiernos “populistas” en los países del continente: “Aunque somos muy ricos en recursos naturales, hemos sido muy injustos. Tenemos una deuda social y tenemos nuestra inteligencia desperdigada. El único recurso inagotable es el conocimiento, pero nuestras universidades ni se miran. No intentan coordinar para tener una masa crítica. Y la integración hay que construirla”.
“Cuando era joven pensaba en un mundo sin clases sociales. Y ahora pienso que tenemos que buscar la forma de integrarnos con la izquierda, con el centro, con la derecha, con lo que venga… Aceptemos la realidad como es, pero luchemos por estar juntos. Tengamos la perspectiva de mirar lejos, porque si no aunamos no somos nadie en este mundo”.
—Usted habla de bloques poderosos a escala global; ¿qué tienen que hacer los países de nuestra región en ese contexto?
—Lo que deberían hacer es lo que no hacen. Los gobiernos, incuso el nuestro, siempre están preocupados por quién gana las elecciones. Hay una agenda de urgencias políticas, pero hay otra agenda geopolítica que es, a la larga, la que va a determinar el curso de la historia. Somos unos viejos inútiles si no nos damos cuenta de que tenemos que abrirles el surco al mundo del porvenir. Ese mundo necesita que construyamos una gigantesca unidad.
—¿Cómo se construye esa unidad?
—Hay que empezar por lo fundamental: el comercio, la infraestructura y, sobre todo, la investigación, el campo del conocimiento. Nosotros, los latinoamericanos. No para que desaparezcan los países, sino para que tengamos una defensa común frente al mundo. Si no sos propietario del conocimiento, vas a estar pagando por el conocimiento de otros. Los chinos acaban de comprar Syngenta, una de las grandes empresas de investigación y de producción de semillas. ¿Por qué? Porque saben dónde van. Han comprado la sección de producción de Volvo. No compraron una fábrica de autos: compraron una tradición de ingenieros, compraron conocimiento. El mundo va para ahí; nosotros tenemos que vertebrar la inteligencia de los latinoamericanos para que trabajen para América latina, no para las multinacionales. Pero eso requiere de voluntad política, de gobiernos que se pongan. Y para tener gobiernos que se pongan, las masas, los trabajadores, tienen que empezar por darse cuenta de que su propio porvenir es lo que está en juego. Ese es un desafío para la inteligencia. Yo creo que la lucha geopolítica de vanguardia es luchar por componer una unidad que nos ampare y nos defienda.
Demasiado rico
En otro tramo de la conferencia, Mujica habló sobre la situación actual de nuestro país: “La gran virtud de la Argentina es su mayor defecto: es un país muy rico, demasiado rico. Y por ser demasiado rico, ha tenido muchas volteretas históricas. Argentina no es un país más para nosotros. A mi país le va fenómeno cuando a la Argentina le va fenómeno. Y al revés también. Entonces, yo tengo que hacer y decir cosas acompasadas mirando el interés de mi país. Hecha esa salvedad, que me obliga a ser muy prudente, quiero expresar mi solidaridad con el pueblo argentino. Siento temor por esta espiral de endeudamiento, porque algún día hay que pagar las cuentas y ahí viene el ajuste. Y esa película ya la vimos”.
Para el uruguayo, “es fundamental que la sociedad en su conjunto no pierda la tolerancia compartida. Que luchen en el marco de esas diferencias. Hay que hacer política y eso significa negociar. Negociar implica aprender a ceder por la conveniencia colectiva. No creo que nadie tenga la verdad absoluta”.
Consultado por el gobierno de Macri, respondió: “Visto desde el otro lado, para nosotros no ganó Macri. Perdió el peronismo por sus líos internos. Pero ojo: desconocer la existencia de ese animal gigantesco y heterodoxo que compone una parte importante de la historia argentina es comerse una película de fantasía. Eso existe, pero presa de contradicciones, que expresan las contradicciones de clase del propio pueblo argentino. El peronismo es un movimiento que se ha ido desfigurando y no pudo dar una batalla conjunta. Ahora bien, el peronismo, ese todo, es una parte esencial de la política argentina, nos guste o no”.
Mujica también se refirió a los conflictos políticos en la tierra de Hugo Chávez y Nicolás Maduro: “Venezuela tiene la enfermedad de ser un país muy rico en recursos naturales que terminó construyendo una sociedad muy dependiente de las importaciones y abandonó hace muchos años el campo y la producción de alimentos. Es muy difícil sostener a un país que depende, en gran parte, de la importación de comida porque abandonó aquel principio de que a la comida hay que producirla cerca de la cocina”.
Para Mujica, la de Venezuela “es una crisis vieja. El origen del conflicto en Venezuela es que se acostumbró a vivir de un solo recurso, el petróleo, y ya no producen la comida que comen. En ese marco vienen las otras contradicciones, que no se van a resolver si mañana cae el gobierno de Maduro y vienen los otros. El problema de la comida no se resuelve por arte de magia; se resuelve trabajando eficientemente la tierra y produciendo alimentos. Y para eso se necesita gente”.
“En ese marco, un gobierno constreñido tiene que aguantar reclamos y se le va la mano. Yo no soy partidario de que haya presos políticos en ningún lugar del mundo: ni en Estados Unidos, ni en Guantánamo, ni en Venezuela. Me duelen los presos políticos. Si se quiere, es una solidaridad gremial. Yo me comí 14 años en cana; sería un carnero si no lo hago. No puedo estar a favor de los presos políticos . Así como estoy contra la pena de muerte, estoy en contra de los presos políticos”.
Y agregó al respecto: “Lucho por un mundo progresista en el campo de las ideas. Y creo que en Venezuela no hay otro camino que luchar por una negociación, por atemperar. ¿Por qué? Porque están todos locos. Nadie habla. Nadie razona. Todos los días están de manifestación. Pero hay que laburar, si no ¿cómo sostenés la olla? Si no ayudamos a Venezuela, esto puede terminar con una intervención gringa”, cerró Pepe Mujica.
Almuerzo y charla con el gobernador Miguel Lifschitz
El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, se encontró ayer con José «Pepe» Mujica, con quien compartió un almuerzo en el que conversaron de los desafíos del futuro para Santa Fe y la región.
Lifschitz dijo sonre el ex presidente uruguayo:»Pepe Mujica es más que un ex presidente, es un dirigente político con una enorme trayectoria en su país, Uruguay, es una figura de América latina, y por arriba de todo eso es un hombre con una enorme sabiduría, esa sabiduría que se obtiene con experiencia vital, que la ha desarrollado a lo largo de muchas décadas de lucha, de trabajo de militancia y de compromiso con valores muy profundos, como la igualdad, la solidaridad, la fraternidad y la libertad», sostuvo el mandatario santafesino.
«Esencialmente –continuó Lifschitz– transmite un gran humanismo, una gran sensibilidad, una gran vocación de transformación», destacó el gobernador.
Y añadió: «Es un hombre que comunica sus emociones y que representa para la juventud, y para toda Latinoamérica, que es posible construir una vida más austera, más sencilla y más solidaria».
Y destacó tras la charla que mantuvo con Mujica que «su mensaje es que necesitamos muy pocas cosas para vivir, y en ese marco tenemos que pensar en un futuro con políticas generales y políticas económicas distintas para construir una sociedad mejor», finalizó el gobernador Lifschitz.