Los afiliados a Pami que viven en San Lorenzo, Capitán Bermúdez y Villa Gobernador Gálvez dejaron de tener atención e internación en sus ciudades y ante cualquier emergencia deben trasladarse a Rosario. Esto pasó después de que la obra social decidiera cortar las cápitas al Grupo Masa, que tenía a su cargo la prestación en esas localidades. Al mal panorama para los jubilados se agrega la situación laboral de profesionales que trabajaban en esas localidades. Dos centros de salud de San Lorenzo y Capitán Bermúdez dejaron de funcionar y 60 empleados quedaron a la espera del pago de sueldos adeudados y de una propuesta indemnizatoria. Desde la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Atsa) de Rosario sostuvieron que son 220 los puestos de trabajo que dependen del Grupo Masa. A principios de junio, el Sanatorio Saladillo, que depende de esta prestadora, cerró por la baja de las cápitas y 30 empleados quedaron en la calle. Esta semana las denuncias por la mala atención a los jubilados de Pami sumaron un nuevo capítulo, cuando se conoció que el lunes una mujer de 83 años de San Lorenzo murió porque se le negó la atención en el Pami II de Rosario. “Estamos saturados”, le dijeron desde el efector.
Corte de las cápitas
Cuando el 1º de junio se conoció la noticia del cierre del Sanatorio Saladillo, también salió a la luz que uno de los motivos era el corte de cápitas por parte de Pami al Grupo Masa Sociedad Anónima. La empresa explotaba la licitación del centro de salud del sur de la ciudad que pertenece al Sindicato de la Carne y también tenía a su cargo la prestación de servicios de Pami de todos los afiliados de San Lorenzo, Capitán Bermúdez y Villa Gobernador Gálvez, en tres centros de salud de esas ciudades. La atención implicaba el servicio de internación que, una vez cortadas las cápitas, obliga a los jubilados de esas ciudades a trasladarse a Rosario para poder ser atendidos. El problema aparece cuando los jubilados llegan a Rosario y se encuentran con los efectores de Pami saturados.
Muerte por “saturación”
“Estamos saturados. Vayan a un sanatorio”, le dijo un empleado del Pami II a las hermanas Graciela y Liliana Gallegos el lunes por la noche. Estaban afuera del centro de salud para jubilados de Arroyito y miraban a su mamá, Beatriz Isasa de 83 años, que se quedaba sin aire adentro de una ambulancia. La mujer se había caído horas antes en su casa en San Lorenzo y se había golpeado la cabeza. Luchaba contra un edema de glotis que le cerraba la garganta. Necesitaba cirugía urgente. Aún siendo afiliada de la obra social de los jubilados, desde el Pami II rechazaron la internación. Después de varios llamados por celular el médico de ambulancia consiguió que el Hospital Italiano la recibiera. Pero Isasa no resistió y murió horas más tarde. La familia denunció abandono. Desde la obra social, la titular Milva Sánchez sostuvo que investigarán el caso y que entre las sanciones previstas a los responsables médicos están multas, suspensiones y hasta rescindirles el contrato.
Sin trabajo
Pami representaba el 50 por ciento de los ingresos del Grupo Masa. Con el corte de las cápitas, los centros de San Lorenzo y Capitán Bermúdez dejaron de funcionar y 60 trabajadores de la salud quedaron en la calle.
En el marco de estos cierres, ayer se hizo una audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial, en la que la empresa se comprometió a pagar la semana que viene el sueldo adeudado de mayo. Según explicó a El Ciudadano el secretario gremial de Atsa, Gustavo Martino, el viernes de la semana que viene tendrán una nueva audiencia a la que Grupo Masa debe llevar una propuesta de indemnización. “Citamos a los dueños de los inmuebles donde funcionaba la atención a los afiliados a Pami porque consideramos que también son responsables por los trabajadores”, dijo Martino y agregó: “Nuestra prioridad es la continuidad laboral de estos 60 profesionales y estamos trabajando para que sean reubicados o que esos centros de salud hoy cerrados abran con otros prestadores”.
Según Martino, el Grupo Masa emplea a 220 trabajadores de la Salud. En Rosario y Villa Gobernador Gálvez los salarios están al día, pero hay preocupación porque Pami todavía no abonó las últimas tres facturas, correspondientes a los meses de febrero, marzo y abril.
Tras la audiencia, el director de Masa, Eduardo Paquez, declaró: “No sabemos bien por qué, pero hubo una interrupción en la cadena de pago de Pami. Eso nos generó un desequilibrio financiero importante que nos llevó a atrasarnos con los sueldos de San Lorenzo y Capitán Bermúdez. Igualmente, tenemos la promesa verbal de Pami de que se está liberando el pago y que se va a resolver entre el lunes y el miércoles”. En relación al corte de cápitas agregó: “No puedo creer que toda la zona norte del Gran Rosario no tenga internación y que un jubilado tenga que trasladarse hasta Rosario, con lo que le cuesta llegar. Es un despropósito”.