Unos 71 trabajadores de los talleres ferroviarios de Pérez perdieron su empleo después de que la empresa Emepa cerrara sus puertas en la mañana de ayer. El panorama comenzó a mostrarse complicado e incierto desde hace algunas semanas. A principios de mes la empresa había abierto retiros voluntarios para todos los trabajadores. Era la segunda oferta en menos de un año de ese tipo. El argumento oficial era el cese del convenio para reparar los vagones de la línea Belgrano Cargas, cuyas formaciones ahora se traen desde China. La semana pasada los dueños de Rioro mantuvieron una reunión con representantes de la UOM, y autoridades de los ministerios de Trabajo y Producción provincial donde se barajaron varias alternativas. Una de ellas incluía el aporte de la provincia para reconvertir el predio en un polo industrial. La otra era impulsar la reactivación de los trenes metropolitanos. Ninguna fue considerada por los empresarios, quienes rechazaron de manera tajante las ofertas. Desde el gremio metalúrgico se mostraron sorprendidos por la decisión y pidieron una conciliación obligatoria a la cartera laboral. La audiencia será el próximo lunes, a las 11.
Final anunciado
Fue como una película de suspenso, donde se dan indicios pero no se quiere llegar al final. Así ocurrió con los talleres ferroviarios Rioro, que en la mañana de ayer cerraron sus puertas. Los 71 trabajadores, que a principios de mes habían rechazado los retiros voluntarios que ofreció la empresa, fueron a cumplir sus tareas como todas las mañanas. Pero la de ayer fue diferente. Cuando llegaron a las instalaciones de Pérez, antes de que el sol se asomara, se encontraron con personal de seguridad, empresarios de Buenos Aires y unos carteles en la puerta. Les decían que la empresa cerraba sus puertas y prescindía del personal. Como en los 90, cuando los ferrocarriles cerraron dejando 3 mil trabajadores en la calle, la historia se volvía a repetir una vez más.
“Fue feo. Se hizo difícil. Son 71 puestos de trabajo que se pierden y es difícil hacer entrar en razón a los compañeros que pierden su fuente laboral”, contó a El Ciudadano Ariel Velázquez, uno de los delegados gremiales.
Las explicaciones que recibieron fueron escasas. Les dijeron que no había posibilidades de seguir y que el dueño había decidido cerrar porque no ingresaba más trabajo. Los trabajadores, de entre 22 y 60 años, no se quedaron conformes y por medio del sindicato fueron a golpear las puertas del Ministerio de Trabajo para ganar tiempo y volver a negociar. El lunes tendrán una audiencia y si se diera la conciliación obligatoria se deben retrotraer los despidos temporalmente, mientras buscan alguna alternativa.
“Como todo trabajador uno tiene la esperanza que el taller siga y reflotar todo, pero ahora se terminó. La idea de los trabajadores es seguir pero la empresa está decidida a cerrar”, lamentó Velázquez.
El delegado señaló que las indemnizaciones para el personal estarán disponibles a partir del lunes, aunque aun siguen vigentes los retiros. “La gente quiere seguir. Afuera no se consigue trabajo. La política del gobierno nacional no es para el trabajador”, agregó el delegado que lleva 7 años en la fábrica.
Intempestivo
Desde el gremio que nuclea a los metalúrgicos se mostraron sorprendidos con el cierre al que consideraron “intempestivo y unilateral”.
“La semana pasada estuvimos reunidos con el intendente de Pérez y los ministros de Producción y Trabajo para barajar posibilidades y alternativas. No pensamos que la empresa iba a tener una actitud tan drástica de ni siquiera evaluar las alternativas que se plantearon e instrumentar el cierre de esta manera”, señaló el abogado de la UOM, Pablo Cerra.
En el encuentro entre autoridades provinciales, el gremio y los empresarios hablaron de una posible reconversión de las 33 hectáreas en un parque industrial. Emepa aportaba las tierras y la provincia gerenciaba un fideicomiso para vender los lotes a las industrias que quieran asentarse en el predio. La propuesta, según evaluaron oportunamente desde el gremio, generaba fuentes de trabajo a corto plazo, no sólo para los trabajadores de Rioro, sino para los nuevos rubros a sumar. Pero los empresarios dijeron que no iban a atender la propuesta de la provincia y optaron por el cierre.
A través de un comunicado, Emepa informó que el objetivo es concentrar las tareas en la sede de Laguna Paiva (a tres horas de viaje de Rosario) y que mantendrá personal en la planta de Pérez para una reconversión productiva en el mediano plazo.
Un convenio que no se renovó
La firma Rioro del grupo Emepa, una sociedad anónima de servicios de transporte de capitales nacionales, compró los talleres ferroviarios de Pérez donde trabajaban 150 técnicos en formato de cooperativa. En 2014 tuvieron una gran reactivación, con reparaciones de 10 vagones portacontenedores y 28 vagones de carga cubiertos para el Belgrano Cargas. Empezaron a funcionar en María Juana y Laguna Paiva, ambas a tres horas de viaje de Rosario. El auge fue a partir de la estatización del ramal de carga y la recuperación de servicios de pasajeros.
En abril del 2016 la empresa abrió retiros voluntarios. El gobierno de Cambiemos no renovó el convenio para “el mantenimiento y alistamiento” del Belgrano Cargas. Unos 80 aceptaron el dinero. El resto siguió trabajando en la reparación de vagones de la línea San Martín y de los subtes de la ciudad de Buenos Aires. Para contrarrestar la baja, empezaron a reparar boyas para señalizar la hidrovía. No fue suficiente. A principios de mes la empresa presentó una segunda lista de retiros voluntarios.