La portada de «El Negro Fontanarrosa (La biografía)», del periodista y escritor Horacio Vargas muestra, en su segunda edición de reciente aparición, la imagen de un chico que sujeta un revólver con el que le apunta a un amigo que a su vez levanta las manos. Están jugando a los pistoleros en la terraza de una casa. Sin equivocación el que observa reconoce a quien llegaría a ser uno de los máximos exponentes del humor gráfico nacional.
Esa tapa es lo único que hasta hoy se conoce de la nueva edición de este trabajo que será presentado oficialmente el sábado 22 de julio, a las 18, en el Galpón 13 (Franja joven del río) en el marco de la muestra Fontanarrosa… el mayor de mis afectos que organiza el Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe y contará con la presencia del autor y el acompañamiento de los periodistas Gerardo Rozin, Reynaldo Sietecase, Pablo Feldman y el Colorado Vázquez.
Ya en 2015 Vargas percibía esa foto como portada de la primera edición de su libro que vio la luz a través de Homo Sapiens Ediciones. Pero finalmente no quedó seleccionada. “La primera tapa tuvo una foto muy linda de El Negro posando frente al reportero gráfico en el marco de una muestra suya; su mirada era una de las tantas particularidades interesantes que tenía”, recordó el escritor, periodista y también editor del diario Rosario/12, en diálogo con El Ciudadano.
Y sobre la nueva elección dijo que, a su entender, favorece la empatía: “Es una tapa más cálida, más infantil. Me parece que ese Fontanarrosa pibe resulta muy interesante y llamador para el lector o quien tenga el libro en sus manos”.
La segunda edición de El Negro Fontanarrosa…, biografía autorizada y oficial, fue corregida y aumentada. Entre lo inédito Vargas contó que hay un prólogo con citas del rebote que tuvo la primera edición del libro entre los amigos de humorista gráfico como es el caso de Galeano y Pérez Reverte “muy breves pero que para mí son muy significativos”, dijo.
Riéndonos y recordándolo con muchos amigos. Eduardo Galeano.
Entre las nuevas páginas que suman fotos y material inédito sobre el autor de clásicos como Inodoro Pereyra y Boogie el aceitoso, Vargas decidió invitar a Salcedo Ramos a plasmar el prólogo de la segunda edición: “Me gustó esta idea de que un periodista colombiano fuera el que hiciera la contratapa del libro a partir de cómo ellos llegan a conocer a Fontanarrosa”.
El libro, escrito a modo de homenaje, se publicó en 2015, a los 70 años del nacimiento de Fontanarrosa. En su primera edición contenía unas 75 fotos, viñetas, historietas, dibujos, cartas y manuscritos que permitía sumergirse en el mundo del escritor y dibujante buceando en su archivo personal.
—En las páginas está tu mirada de una persona que llegaste a conocer de cerca aunque con una distancia necesaria para sumergirte en su vida y obra.
—Yo encontré en esa distancia la manera de encarar la historia del personaje. El libro me dio muchas satisfacciones. En la cuestión profesional de la escritura siempre está esto de ver qué pasa, cómo la gente lo toma y cómo reacciona. Dos años después de la salida del libro encontré que lo defiendo por cosas que me parecen simples pero muy importantes: que es ágil, ameno, atrapante y se lee rápido. Ahí la historia me parece que es contundente y funciona.
—El libro es una forma de dar un primer paso. ¿Se sigue escribiendo la historia a través de su legado?
—Totalmente. Y de hecho, en el ámbito literario hay escritores que están influenciados por su obra. Los últimos meses de la vida de El Negro fueron horribles para todos los que lo conocíamos y vivíamos el proceso más de cerca. Fue muy triste pero por otro lado, como yo cuento en el libro, hasta los últimos momentos él siguió creando y maquinando. Y eso es tan fuerte y admirable que me sigue emocionando. Acá no se celebra la muerte sino el reconocimiento, nunca tardío, a un ícono de la ciudad y del país y, si querés, también a alguien que llegó fuera de las fronteras generando admiración.
—¿Está a la altura el reconocimiento de la ciudad y de los rosarinos a la figura de los que fue Fontanarrosa para mucha gente?
—Yo creo que el reconocimiento está desde hace muchos años. A mí siempre me gustó esa imagen de El Negro caminando por las calles y que hinchas de Newell´s como de Central lo saludaran. Remarco esto porque en una sociedad tan estúpidamente violenta con el tema del fútbol, él estaba en otro lugar. A mí me parece que esa figura sintetiza lo que era para Rosario: un tipo querido. Los diez años no tengo duda que refuerzan ese cariño y ese recuerdo.