La emblemática actriz francesa Jeanne Moreau, una de las musas de la Nouvelle Vague, falleció este lunes en su domicilio de París a los 89 años, según informan medios galos citando a su agente quien detalló que el cuerpo sin vida fue hallado por su empleada doméstica.
Conocida por su voz grave y una belleza que fascinó a incontables cineastas, desde grandes del cine francés a figuras internacionales como Orson Welles, Elia Kazan, Peter Brook o Wim Wenders, la actriz participó en más de 120 películas a lo largo de sus más de 50 años de carrera.
A lo largo de su trayectoria, distinguida con premios honoríficos en los festivales de Cannes, Venecia, Berlín y San Sebastián, Moreau ha sido «femme fatale», prostituta, monja e incluso reina. Su versatilidad era milagrosa, afirmó el cineasta Joseph Losey.
En 1960 logró el premio a la mejor interpretación femenina de Cannes por su papel de frustrada esposa al lado de Jean-Paul Belmondo en Moderato Cantabile, de Peter Brook, y un año más tarde Michelangelo Antonioni la fichó para La noche, junto a Marcello Mastroianni. Entre los títulos más recordados de su carrera figuran además La novia vestía de negro (Truffaut), Diario de una camarera (Luis Buñuel), Viva María! (Louis Malle) o El proceso y Campanadas a media noche (ambas a las órdenes de Orson Welles).
Nacida el 23 de enero de 1928 en París, la artista era hija de una bailarina británica y un francés dueño de un restaurante.
La actriz fue distinguida como Comendadora de las Artes y las Letras y fue la primera mujer elegida para formar parte de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Francia.
Aunque su andar por el cine tiene que ver con el magnetismo de su figura delante de las cámaras, Moreau además dirigió tres films: Lumière (1976), L’adolescente (1979) y el documental Lilian Gish (1983).