Lucas Castillo sintió en carne propia la persecución patronal cuando en 2014 fue despedido, junto con otros once compañeros, de la empresa de electrodomésticos Liliana, en medio de un reclamo por el pase a planta permanente de 370 trabajadores contratados que tenían entre seis meses y tres años de antigüedad. Su experiencia lo acercó a la militancia política, una arena en la que nunca había incursionado, y ahora será candidato a concejal en la lista del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que encabeza Virginia Grisolía.
En diálogo con El Ciudadano, Castillo recordó que cuando estalló el conflicto y los trabajadores de Liliana realizaron un paro de cinco días, los referentes locales del Partido de los Trabajadores Socialistas –agrupación que integra el FIT– Virginia Grisolía y Octavio Crivaro (candidato a diputado nacional) se acercaron a la fábrica a acompañar el reclamo, que terminó con el pase a planta de los contratados. “Fueron varios los movimientos políticos que se acercaron, pero el PTS me demostró que se la jugaba para que los trabajadores triunfen y fue lo que me llevó a militar en el partido un año y medio después”, relató el joven de 26 años, quien actualmente trabaja en una fábrica de inyectoras plásticas.
Una vida de lucha
Castillo vive en el barrio La Boca, lindero a Villa Banana, donde también transcurrió su infancia. Es uno de los tantos trabajadores que tienen que dejar parte de su salario en un alquiler para darle un hogar a su familia (tiene una hija). En ese sentido, consideró que la izquierda es el único espacio político que “se pone a la cabeza de las demandas que tienen los trabajadores para llegar a cambiar las cosas”.
Si bien comentó que nunca había militado, siempre se sintió identificado con las ideas de izquierda, viendo lo que pasaba en su barrio, donde distintas organizaciones políticas asisten a los más carenciados. Sin embargo, notó que muchos lo hacen con una doble intención: “Me empecé a dar cuenta de que muchos ven a la política como una forma de sacar un beneficio personal”.
Castillo indicó que los partidos tradicionales llegan a esos lugares “para poner parches”, mientras que el FIT “intenta cambiar de raíz esa realidad”.
“Si bien sabemos que tenemos un porcentaje bajo de votos, estamos creciendo y demostramos que estamos con los trabajadores, no como otros que dicen hacerlo pero en realidad los atacan”, expresó. Y agregó: “No sólo formamos parte de la lista del FIT para las elecciones, sino que nos organizamos ideológicamente dentro de este partido, porque es lo que a nosotros nos representa”.
Estigma
El candidato, quien irá en el tercer lugar de la lista de Grisolía, trabajó siempre en fábricas. Desde que fue despedido de Liliana pasó por varias empresas de las que era despedido inmediatamente por estar “marcado” por su lucha como delegado de la firma de electrodomésticos.
Según Castillo, los empresarios “estigmatizan a los trabajadores que luchan, sobre todo si militan en la izquierda”. Mientras desempeña su nuevo oficio durante la madrugada, continúa luchando para que Liliana reconozca sus derechos. “Me echaron por un reclamo justo y no me pagaron un peso de indemnización. Hay un fallo judicial que ordena mi reincorporación”, señaló el militante del PTS.
En octubre de 2014 y tras la sentencia judicial, el Concejo Municipal de Rosario sancionó una declaración que solicita a Liliana la reincorporación de Castillo, quien sumó así un amplio apoyo, teniendo en cuenta que la Cámara de Diputados santafesina también se había expedido en ese sentido.
“Desde la política quiero continuar luchando contra las injusticias, por todos esos compañeros que vi llorando al salir de la fábrica cuando fueron despedidos. Vamos a demostrar quiénes están junto a los trabajadores y quiénes los enfrentan”, cerró el joven militante.