El cierre de la fábrica Bravo Energy en San Lorenzo, que esta semana dejó a 35 trabajadores en la calle, se suma a lo que viene ocurriendo en las últimas semanas con las persianas bajas en Rioro y Mefro Wheels. Desde que Cambiemos está en la presidencia, el saldo para la provincia es negativo. Se perdieron unos 20 mil puestos de trabajo desde diciembre de 2015, algo que pese al esfuerzo de la provincia no se pudo evitar. La apertura de importaciones, la suba de tarifas y la caída del consumo son algunas de las razones que volvieron inviables los intentos de salvataje de las empresas.
El gobernador Miguel Lifschitz había analizado en diálogo con El Ciudadano que la mayor parte del empleo de la provincia de Santa Fe lo generan las Pymes. “No hay grandes empresas en la provincia General Motors, Sancor, Paladini, o las exportadoras que son multinacionales, pero el grueso del empleo viene de las Pymes”, sostuvo el gobernador. Y destacó que son quienes peor la están pasando. “Hasta que no se reactive el consumo y mejore el mercado interno no tienen chance de mejorar, se mantienen, achican personal, retiros voluntarios, cortan las horas extras. Son la gran mayoría las que están en esta situación”.
Para el gobernador, algunas están en mejores condiciones, las que producen implementos agrícolas, autopartes, “pero hay muchos afectados por las importaciones”. A modo de ejemplo dijo que se están importando sembradoras, cosechadoras, “en el lugar donde más empresas de implementos agrícolas del mundo estamos dejando que vengan productos de otros lugares, lo que parece contradictorio”.
Cuatro razones
Para el diputado provincial Carlos Del Frade, del Frente Popular, hay cuatro variantes que influyen en la compleja situación laboral. Uno son los cierres productivos vinculados a la política de importación –que afecta a empresas regionales–. El segundo es el aprovechamiento del clima de ajuste para cerrar fuentes de trabajo, mantener la tasa de ganancias y reabrir con trabajadores sin antigüedad; el tercero es la salud privada, es decir, el cierre de sanatorios por maniobras empresariales y el último, la paralización de la obra pública que genera la pérdida de puestos laborales en blanco en el rubro de la construcción.
“Eso fue una matriz de funcionamiento de 1990 y se esté repitiendo. En el gobierno de Macri se produjeron 264 mil despidos, un 8 por ciento en la provincia de Santa Fe. Es decir, que despidieron a unos 20 mil trabajadores en menos de dos años”, detalló el legislador.
Y agregó: “Estamos preocupados por el cierre de los sanatorios a los que se les saca la cápita del Pami y después aparecen en otros nuevos. En ese sector ya se perdieron 150 fuentes laborales”, especificó.
Del mismo modo se refirió Verónica Benas, diputada del bloque Pares del Frente Progresista. “El panorama es más que preocupante. Los fenómenos de crisis se manifiestan de diversas maneras, con suspensiones y despidos encubiertos. La crisis no es por empresas sino por sector y actividad. Un trabajador ferroviario despedido difícilmente pueda conseguir otro trabajo del rubro”, explicó.
En el marco de crisis de empleo que están sufriendo muchas empresas y fábricas de Santa Fe, la legisladora aseguró que el gobierno nacional tiene una mirada diferente sobre lo ideológico y político que sostienen en la provincia.
“Los legisladores podemos promover por parte del gobierno provincial, desde el Ministerio de Producción a Pymes, cooperativas y gestionar algunas herramientas para sostener el empleo por un tiempo más, pero lo que no podemos resolver son los efectos directos de la política de la macroeconomía”, subrayó la diputada.
Benas especificó que “tenemos una economía nacional que impulsa la importación de bienes y eso redunda en competencia directa con la disminución de bienes locales”.
“Este proceso se repite en situaciones que vivimos en la economía nacional décadas atrás y tuvieron resultados negativos sobre la ciudadanía que trae como consecuencia las pérdidas de fuentes de trabajo que no se pueden recuperar a corto plazo. El gobierno nacional tiene que analizar la situación y rever en qué punto la importación es lesiva para los intereses de la industria nacional”.