Velada de lujo es la que propone el XIV Encuentro Nacional de Músicos para la apertura de su grilla de conciertos que se realizará esta noche, a las 21, en el Galpón de la Música (Estévez Boero 980) con el Chango Spasiuk junto a Marcelo Dellamea, Embichadero, Maia López y Marco Kofman, y La Bruja Salguero.
El Ciudadano dialogó justamente con La Bruja quien, desde Capital Federal donde reside actualmente, anticipó cómo será su concierto en Rosario. La cantautora riojana, referente de la nueva generación de artistas populares, contó que mostrará parte de su nuevo disco que sucederá al exitoso Grito Interior (2015) y que verá la luz en septiembre. Pero también guardó espacio para referirse al presente del folclore y a su decisión de cantar canciones que logren expresar con fuerza el pulso de lo que ocurre en el presente social.
“Hay un hambre del público, del pueblo, por escuchar algo que sientan empático, que los identifique no sólo desde las alegrías sino también en las esperanzas, en las utopías, en los miedos, en los anhelos y que refleje algo de todo lo que estamos sintiendo en los últimos tiempos”, opinó la riojana.
—¿Qué mostrarás en Rosario?
—Algo que vengo haciendo desde hace un tiempo es cantar aquellos compositores, sobre todo jóvenes, que hay en Argentina. Desde 2001 en adelante hay un grupo muy interesante de hombres y mujeres que están haciendo cosas que no solamente tienen que ver con lo bello y lo innovador en lo musical y en las fusiones rítmicas sino también –y eso es lo más interesante–, lo que tiene que ver con una poesía no tan paisajista sino más humana, universal y social, que esté cerca de lo que le sucede a todos los hombres.
—¿Esas búsquedas sociales tienen que ver con algo generacional de los cantautores más jóvenes?
—En realidad esto fue así siempre. Todos los músicos, los cantores y los compositores más profundos que son aquellos que no están buscando fórmulas para el éxito o la masividad, son a los que les nacen estos temas desde la sangre y los huesos. Siempre existieron y yo puedo hablar de muchos referentes de mi provincia, personas que están trabajando poesías profundas. Tiene que ver con los legados que hemos tenido en las provincias.
—¿Por qué crees que se evidencia más en este momento?
—Creo que lo que sucedió en los últimos años es que estuvo más expuesto esto y al caso el Festival de Cosquín, que hizo un gran cambio hace dos años con respecto a la grilla en relación a la búsqueda de los artistas, ha marcado también un antes y un después. Estas movidas siempre se dieron a lo largo de toda la Argentina pero no tenían los espacios más masivos para ser mostrados. Creo que lo que pasa tiene que ver con lo que está sucediendo en el país desde hace un par de años donde estamos todos inmovilizados. Sin dudas, a lo largo de los años –y yo vengo cantando desde los doce años–, sí noté este cambio en el público cuando hay una canción nueva que está mostrando un mensaje con el cual la gente está sintiéndose identificada. Hay como un hambre de eso, no es tanto ya lo alegre que siempre estará en todos los festivales. Hay un hambre del público, del pueblo, por escuchar algo que sientan empático, que los identifique no sólo desde las alegrías sino también en las esperanzas, en las utopías, en los miedos, en los anhelos y que refleje algo de todo lo que estamos sintiendo en los últimos tiempos.
—¿Un encuentro como el de Rosario ayuda a visibilizar estos mensajes?
—Lo que está sucediendo ahora en Rosario, una ciudad muy urbana en todo sentido, lo considero como un pilar fundamental dentro de Argentina porque reúne a estos compositores, a muchos cantores y músicos profundos que se mueven a lo largo del país. Si en un lugar tan grande como Rosario un encuentro como éste se sigue manteniendo con los años, quiere decir que hay gente que está esperando esos mensajes, que hay una demanda.
—¿En qué etapa se encuentra tu nuevo disco que sucederá a “Grito Interior”?
—Estamos en lo que es la mezcla y nos queda la masterización y el armado de lo que es el arte. Sin duda alguna este disco hace hincapié en las provincias más profundas que tenemos en Argentina y que yo considero son las culturalmente más arraigadas y puras. Se le canta a Catamarca, La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero, Salta. Parte de esto es lo que voy a presentar (en Rosario). Una parte de los arreglos es de Luis Gurevich y la otra de Bruno Arias que es un pilar fundamental para acercarme a los compositores más relegados y escondidos.
—¿Con que ideas se trabajaron esos arreglos?
—Tratamos de buscar en los músicos que tengo en la banda, que son todos de las provincias, y distribuir los arreglos para que cada zona tenga su riqueza. Es un disco muy marcado por lo rítmico que irá desde aquella canción que se canta en un barrio donde nace nuestra música y pasará por compositores exquisitos que llevan la música bien alto. Este disco juntará ese barro y cierta exquisitez que es real en Argentina.
—¿Volverás para presentarlo íntegramente en Rosario?
—El disco estará saliendo a finales de septiembre así que tenemos un par de meses este año y después tras la temporada de festivales de verano esperamos poder estar en Rosario. En el concierto de este lunes (por hoy) haremos un poquito del disco para dejarlos a todos con las ganas (risas).