El huracán Irma descendió este lunes a categoría 1 mientras avanzaba por Florida, golpeada por violentas ráfagas y extensas inundaciones que dejaron tres muertos y varios millones de personas sin electricidad, provocando la declaración del estado de catástrofe natural.
Hacia las 05H00 locales (09H00 GMT), los vientos máximos habían descendido a 120 km/h e Irma se encaminaba a convertirse en una tormenta tropical a medida que avanzaba por la costa noroeste de Florida y hacia el sur de Georgia, precisó el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC) en un comunicado.
El ojo del huracán se ubicaba unos 40 km al noreste de Tampa, precisó al tiempo que recordaba las advertencias vigentes de marejadas ciclónicas, lo que significa que hay «peligro de inundaciones amenazantes a la vida».
#Miami parecía sumergida por las aguas, luego del paso del huracán #Irma pic.twitter.com/7JuavhOA3t
— BBC News Mundo (@bbcmundo) September 10, 2017
«La fuerza de tan solo seis pulgadas (15 cm) de agua puede derribar a uno», tuiteó el gobernador del estado, Rick Scott luego de la degradación de Irma.
«Quédense adentro, permanezcan seguros», agregó. La combinación de una peligrosa tormenta y la marea provoca normalmente inundaciones en las áreas secas cercanas a la costa».
Tal y como fue pronosticado, Irma había impactado el domingo por la mañana en los Cayos (sur) como huracán de categoría 4 –en una escala de 5–. Por la tarde había vuelto a tocar tierra en Marco Island (oeste) como categoría 2.
Unos 6,3 millones de personas recibieron la orden de evacuar sus viviendas en todo el estado y tres millones de abonados estaban sin electricidad, según la compañía Florida Power and Light.
«Los barcos están literalmente rotos, las palmeras en el suelo, las líneas eléctricas están cayendo», contó por teléfono a la CNN la socorrista Maggie Howes. «Es absolutamente imposible estar afuera en este momento. Nadie puede soportar los vientos que veo por la ventana».
Una policía y un oficial penitenciario murieron cuando su vehículo chocó el domingo en las inmediaciones de Sarasota (oeste). Otro hombre se empotró el sábado contra un árbol en Key West, en los Cayos.
Al menos 30 personas fallecieron ya como consecuencia del paso de Irma por el Caribe y Florida.
Estado de emergencia
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el estado de catástrofe natural en Florida para poder desbloquear fondos y medios federales suplementarios, con el fin de ayudar a los damnificados.
«Ahora mismo nuestra principal preocupación son las vidas humanas», dijo Trump, quien anunció que visitará el estado «muy pronto».
El servicio meteorológico privado Accuweather estimó que los daños de Irma ascenderán a 100.000 millones de dólares y los de Harvey, que arrasó el estado de Texas (sur) hace unas semanas, alrededor de 190.000 millones, lo que equivale en total a 1,5 puntos del PIB de Estados Unidos.
Las ciudades de Naples, Fort Myers y las pobladas zonas de la bahía de Tampa (al oeste de Florida), enfrentaban la amenaza de olas de hasta 4,5 metros, suficientes para provocar serias inundaciones.
«Me preocupa toda esa gente que no cree en un aumento brutal del agua. Es vital temerle a esta inundación», sostuvo Virginia Defreeuw, una septuagenaria que abandonó su casa rodante para protegerse en un refugio.
«La gente no escucha. Algunos dicen: sobrevivimos a (el huracán) Wilma, sobrevivimos a Charley, estará bien, podemos pasar por otro», explicó. «Pero este es nefasto».
Los efectos de este gigantesco huracán, del tamaño de Texas, tampoco perdonan a la costa este de Florida.
Miami era azotada por intensos vientos y fuertes lluvias. Al menos dos grúas de construcción se derrumbaron el domingo.
El distrito de Brickell, a orillas del mar, estaba parcialmente inundado «por la marea que pasa sobre los diques», relató a la AFP Steven Schlacknam, un artista de 51 años. «El muelle de madera prácticamente ha desaparecido».
Los residentes deben estar atentos a las advertencias de tornados, que pueden generarse en los anillos exteriores de Irma y afectar incluso a áreas como Miami Beach.
La Habana inundada
Irma tampoco perdonó a Cuba, que sufrió «fuertes inundaciones» en el litoral noroccidental, desde Matanzas a La Habana, «con olas [de] entre 6 y 9 metros» por su embate el viernes y el sábado, según el Instituto de Meteorología cubano.
Al menos 1,5 millones de personas fueron evacuadas en la isla, donde el viento tumbó árboles y tendidos eléctricos.
El mar borró el emblemático Malecón de La Habana y el agua se adentró en algunas zonas de la capital más de 500 metros, constataron periodistas de la AFP. Las ráfagas superaron los 150 km/h.
Sentado en el umbral de su casa, Ernesto Loza, un pequeño empresario de 49 años, mostraba cómo el agua se detuvo justo en la puerta de su casa. «Siempre ha habido un poco de penetración del mar, pero nunca ha llegado así, a este límite, este fenómeno», afirmó.
La presidenta del Consejo de Defensa Nacional de La Habana, Mercedes López Acea, dijo a la televisión nacional que «el mar avanzó como jamás lo había hecho anteriormente».
La funcionaria reportó caídas de árboles y ramas, y daños en la red eléctrica. La mayoría de barrios de la capital se quedaron sin luz el domingo por la mañana. El sistema de distribución de agua y la red telefónica por cable también fueron interrumpidos.
Asimismo, hubo «colapsos parciales o totales de viviendas» en la ciudad y en la provincia, aunque no pudo proporcionar una cifra de los daños materiales ni pronunciarse sobre eventuales víctimas.
Las autoridades cubanas pronosticaron que los efectos de Irma durarán en La Habana hasta el lunes.
Huracán Irma: golpeó los cayos de Florida e inundó calles de Miami