Rendir homenaje a sus familiares desaparecidos sin esforzarse demasiado cuando se es mayor o minusválido es posible en Japón, donde una empresa funeraria propone rezar por los difuntos sin salir del coche.
Gracias a una caja de incienso que se presenta a la persona en cuestión, esta puede quedarse en su auto y realizar los gestos habituales en estas ceremonias, como tomar un poco de incienso y llevárselo a la frente antes de volverlo a dejar en una caja.
Estos movimientos son filmados y retransmitidos en la sala del funeral.
«Las personas ancianas a veces dudan en asistir a las obsequias porque tienen que pedir ayuda para salir del coche», justifica el presidente de la empresa Kankon Sosai Aichi Group, Masao Ogiwara.
La población japonesa envejece rápidamente y el número de fallecimientos anuales supera a los nacimientos. Cerca del 28% de los habitantes del archipiélago tiene más de 65 años y esta proporción pasará al 37,7% en 2050.
El mercado funerario en Japón se evalúa en más de 1,7 billones de yenes por año (13.500 millones de euros, 16.100 millones de dólares).
En este sector, es posible encontrar otros originales servicios, como un robot semiandroide que sustituye a un sacerdote budista o una «tumba virtual», una imagen del monumento funerario real que puede visitarse tantas veces como se quiera en la pantalla del ordenador o del teléfono móvil.
Además, ante la falta de espacio en los cementerios de la ciudad, se han habilitado unos edificios para albergar las cenizas de los difuntos. Después las personas que quieren honrar a sus allegados se presentan en el edificio con una tarjeta magnética con los datos del difunto y la urna es trasladada de forma automática hasta un altar donde se puede rezar.