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Caso David y Ema: seguirán presos catorce policías

El fiscal, que descarta un enfrentamiento armado, adelantó, a partir de un preinforme de reconstrucciones integrales, una probable imputación por homicidio para otro de los policías involucrados. Juez dictó la prisión preventiva por otros 60 días para los policías involucrados.

En una audiencia oral solicitada por la defensa de catorce policías imputados por el encubrimiento del doble crimen de David Campos y Emanuel Medina, se conoció este viernes nueva evidencia que refuerza la teoría fiscal. Las declaraciones de los uniformados que llegaron en apoyo coincidieron en algunos datos relevantes. Fueron retirados del lugar, no los dejaron llegar al auto de las víctimas y hablaron de dos secuencias de disparos. El fiscal, que descarta un enfrentamiento armado, adelantó, a partir de un preinforme de reconstrucciones integrales, una probable imputación por homicidio para otro de los policías involucrados. Sospecha que este efectivo disparó contra Campos. Lo que inició con un pedido de la defensa para lograr la libertad de sus clientes, con base en irregularidades en el levantamiento y resguardo de evidencia, terminó con el efecto contrario. Los primeros que debían respetar el protocolo de actuación, al llegar al lugar del crimen, eran sus defendidos, destacó el juez, y dictó la prisión preventiva por otros 60 días, es decir hasta el 12 de diciembre. La medida está supeditada a la audiencia en la Cámara Penal, el próximo 26 de octubre.

El 22 de junio era jueves, Alejandro Emanuel Medina, de 32 años, y David Ezequiel Campos, de 28, salieron de caravana, como describirían luego sus familiares. En el auto de David, un VW Up hicieron un recorrido. Fueron a un boliche, pero no les alcanzó. Siguieron dando vueltas con los resabios de la noche encima. No se sabe bien por qué, cerca de las 11 un móvil policial comenzó a seguirlos y se inició una persecución que duró media hora. El auto donde iban los muchachos terminó incrustado en un árbol en Callao al 5700. Los cuerpos de las víctimas, tras ser acribilladas, quedaron sentados en el coche, ambos recostados hacia la derecha. Medina tenía nueve orificios de bala y Campos cuatro.

La Policía describió en el acta un enfrentamiento: en el auto, a cada lado de los muchachos, había armas, pero las pericias determinaron que la ubicada en las cercanías de David no tenía aptitud para el disparo y las vainas halladas no se correspondían con esa arma, y el revólver adjudicado a Medina tenía aptitud para el disparo pero no fue usado. Por el hecho 18 policías fueron detenidos. Uno de ellos imputado por homicidio calificado por abuso de su función y el resto por encubrimiento agravado y falsedad ideológica.

La defensora Yaneri Agusti, en audiencia oral, pidió la libertad de 14 imputados en la causa, algunos detenidos en cárceles, otros en prisión domiciliaria. El argumento fue el incumplimiento del protocolo de actuación en cuanto al levantamiento y resguardo de la evidencia, planteo que terminó hecho pedazos por la Fiscalía. Ese protocolo fue creado por el Ministerio Público de la Acusación para la Policía. El objeto fue brindar una herramienta para saber cómo trabajar en la escena de un hecho, explicó el fiscal Adrián Spelta. Los primeros en llegar fueron los imputados: no cumplieron el protocolo y es precisamente lo que se les imputa, “no hacer lo que debían y encubrir”, dijo. Explicó que se realizará de una nueva pericial balística en manos de Gendarmería Nacional y está a la espera de los resultados de muestras patológicas de las víctimas para determinar la existencia de alcohol y drogas.

Las nuevas evidencias

La querella, a cargo de Luciana Torres y Marcia López Martín, de la Multisectorial Contra la Violencia Institucional, acercó a Fiscalía un informe sobre los GPS de los móviles que estuvieron aquella mañana a unos 50 metros del lugar del crimen. Con esta información Fiscalía ubicó y citó a sus ocupantes. Declararon 12 policías que llegaron en apoyo. Los testimonios son coincidentes en algunos aspectos: no los dejaron llegar al auto donde estaban las víctimas asesinadas y les decían que se fueran. Muchos de ellos escucharon dos secuencias de disparos. Algunos reconocieron a Alejandro Rubén B. – imputado por el homicidio– como la persona que estaba a uno de los lados del auto gritando: “No se acerque nadie. El procedimiento es mío”. No escucharon la presencia de armas por la frecuencia radial y “la clave 5”, que hubiera dado cuenta de este aspecto, fue pedida cuando la persecución había terminado, refirieron.

Uno de los testimonios más importantes para la Fiscalía lo brinda uno de los policías. El móvil que lo transportaba llegó a Arijón entre pasaje Thorne y Ovidio Lagos; allí escuchó la primera secuencia de disparos: “Al llegar a Callao escucho varias detonaciones, creo que de 9 milímetros; las anteriores las escuché más lejos. No sé de qué calibre eran”. El uniformado paró detrás de varias chatas policiales y se bajó. “Lo veo a (Alejandro) B. del lado del conductor del auto chocado y del lado del acompañante otro muchacho más joven que no conozco. B. estaba sacado, gritando: «El procedimiento es mío». Palomo –otro de los imputados– dijo: «Es mi tercio. Yo estoy a cargo». Cuando vi eso y la situación estaba controlada, no me acerqué al autito. No me gustó, algo pasaba”, relató.

Para el fiscal el otro policía joven que estaba junto al auto de las víctimas, del lado del acompañante, era Leonel M. Un preinforme de reconstrucciones integrales adelantó que el disparo mortal a Campos, que iba sentado en ese sector, se disparó desde la derecha. Spelta espera el resultado definitivo y explicó la fuerte posibilidad de agravar la imputación contra el policía Leonel M.

Además la Fiscalía, a través del celular de Medina, ubicó a algunos testigos que interactuaron con la victima durante la noche y la mañana previa a su muerte. Uno de ellos estuvo en el auto, buscando un CD para cambiar la música, y aseguró: “No vi armas”.

Denuncia

Los imputados, representados por Yaneri Agusti, denunciaron al fiscal Adrián Spelta por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. El fiscal informó que esa denuncia fue desestimada por su par Valeria Pedrana.

Ser padre hoy

La defensora Agusti sostuvo su planteo hasta las lágrimas. Se emocionó al decir que uno de los imputados no pudo estar en el nacimiento de su hijo. Su pretensión era el recupero de la libertad de sus pupilos para estar este domingo con sus madres.

Covachero

Al salir de la audiencia uno de los imputados, que estaba con una campera del uniforme policial, con los puños cerrados se pegaba en el pecho al grito de: “Yo soy comando, no soy covachero”.

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