“Lo importante es evaluar el rendimiento, no la tabla de posiciones”. Juan Manuel Llop se fue preocupado de Liniers. Y tiene razones para estarlo. El equipo jugó el peor partido del ciclo, como el mismo entrenador lo admitió. Y si bien el DT minimizó la posición en la tabla, tener apenas 5 puntos sobre 18 posibles es una señal de alerta que el entrenador no debería minimizar.
Newell’s jugó decididamente mal. Un gran retrocesos para un equipo que no había lucido en los primeros cinco cotejos del torneo, pero al menos había mostrado algunas señales positivas. Con Vélez fue imposible encontrar algo para rescatar. Un funcionamiento flojo como equipo, fallas del DT en el planteo y la conformación del once titular, desacoples en defensa, pocas ideas para generar peligro (tuvo sólo una chance de gol), y rendimientos individuales para el aplazo. Un combo perfecto para encender la alarma.
“Nos faltó tener más rebeldía ante la adversidad”, confesó Llop. Pero en esa frase apenas refleja una parte del problema. El paupérrimo rendimiento del equipo no fue sólo por “falta de rebeldía”. Y los más preocupante es que los refuerzos no rinden, salvo alguna excepción como Bruno Bianchi y un poquito de Nery Leyes, y así la salida de Maxi Rodríguez, Mauro Formica y Nacho Scocco se siente más de lo imaginado. No sólo se fueron muchos goles y no se pudieron reemplazar, también se fue mucha jerarquía que Llop intentó taparla con un equipo compacto sin figuras, pero por ahora no lo logró.
Refuerzos que no rinden. En seis fechas se puede afirmar que el aporte de los futbolistas que llegaron al Parque en el receso es pobre. Bruno Bianchi es el único que por ahora hizo un aporte acorde a lo esperado, y Nery Leyes alterna buenas y malas mientras busca adaptarse a un equipo que modifica demasiado el esquema del mediocampo.
No se puede decir lo mismo de Mauro Guevgeozian y Brian Sarmiento. Newell’s apostó fuerte a estos dos jugadores. Uno para no añorar los goles de Scocco y el otro para darle juego al equipo y con su aporte extrafutbolístico, darle una impronta distinta a un vestuario golpeado tras la salida de los ídolos. El armenio apenas hizo un gol de penal y se perdió varios partidos por lesión; y el ex Banfield se lució mucho afuera de la cancha, pero hizo poco adentro. Con dos lesiones que lo dejaron con poca pretemporada y viendo varios partidos desde afuera.
En tanto, Luis Leal cumplió de acuerdo a lo esperado, con un gol y algún aporte más. Pero no es la salvación ni mucho menos.
El DT cambia mucho. Llop no termina de encontrar el equipo. Arrancó con un esquema 4-2-3-1, utilizó el 4-4-2 más clásico, pasó por un 4-1-4-1 o 4-1-2-3, y sobretodo modificó demasiado los nombres de mitad de cancha hacia delante. Y tantos cambios de una semana a otra parece restar confianza en algunos futbolistas y genera desorden dentro de la cancha, en especial en ataque, donde resulta difícil saber cuál es la fórmula propuesta por el DT.
La defensa zafa. El único punto donde el Chocho puede tener cierta tranquilidad es en la defensa. Con Bruno Bianchi y Nehuén Paz afirmados como zagueros y con buenos rendimientos, el único reproche es el escaso aporte de los laterales en ataque, donde se esperaba mucho más de San Román y Valenzuela, que muestran algunos problemas en la marca. Llop repitió la misma línea de cuatro en todo el torneo y apenas recibió cuatro goles. Toda una señal.
Los pibes al rescate. Llop había anunciado que iba a mirar hacia abajo, pero pocos imaginaban que en apenas seis partidos, la chapa de salvadores del equipo en ofensiva iban a ser Joaquín Torres, que ni entrenaba con el equipo en la pretemporada, y el pibe Enzo Cabrera, que hasta hace tres semanas jugaba para la quinta de AFA. Demasiada responsabilidad para los chicos.
“No me pongo ningún plazo”, anunció Llop cuando se lo consultó sobre este pobre inicio en el torneo. No hay dudas que el DT confía en revertir el momento, pero también está claro que deberá sumar puntos y crecer en la tabla porque los cuestionamientos de los hinchas cada día son más notorios. Y por más que el Chocho considere que lo más importante es el rendimiento, el fútbol se rige por resultados. Y en ese rubro por ahora está reprobado.
“Lo institucional me preocupa”
“Lo institucional me preocupa, pero no me afecta. Espero que no le afecte al equipo”. Juan Manuel Llop volvió a manifestar que el flojo rendimiento del equipo no está ligado a la crisis institucional que vive el club, aunque los hinchas no creen lo mismo.
En una encuesta realizada por El Hincha en redes sociales, casi la mitad de los votantes consideran que la crisis institucional es el principal motivo del pobre presente futbolístico. Entre casi mil votantes, el 45% considera que la crisis institucional afecta a lo futbolístico, mientras que el 29 por ciento coincide que hay “falta de jerarquía”. En tanto, uno de cada cinco hinchas responsabiliza a Llop por el pobre rendimiento en estas primeras seis fechas; y apenas un 6% entiende que hay responsabilidad de los futbolistas.
Obviamente, la semana caliente con una bochornosa Asamblea que hizo retroceder a Newell’s desde lo institucional está latente. Y si bien Llop no lo pone como excusa, no puede pasar inadvertido en el grupo.
Otro tema es la crisis económica. Ya que los jugadores otra vez tienen un retraso en los haberes, que no es tan grave como el semestre pasado, pero no deja de ser una señal negativa.
Los cuestionamientos a la dirigencia se notan al remarcarse la “falta de jerarquía” como factor del mal momento. Aún los hinchas sufren la salida de Maxi Rodríguez y Nacho Scocco Y por ahora Llop parece tener algo de margen. Aunque si no aparecen los resultados, el crédito se va a achicar.