El sábado Fernanda Laconca trabajó en Falabella por última vez. Estaba contenta porque la noche anterior había ido al show de Luciano Pereyra. Durante el descanso de las 10.30 le contó a sus compañeras del recital y de Camila, la nena de dos años que le despertaba todas las sonrisas. Reírse no era poco para la mujer de 33 años que hacía meses acompañaba a su marido bajo tratamiento psiquiátrico. La pareja se había casado en 2013 y le encantaba viajar. Él era empleado de General Motors. El lunes Fernanda no volvió al sector de reposición. Tampoco lo hizo ayer. En el descanso de las 10.30 sus compañeras se preguntaron si estaba bien y una de ellas contó que había faltado porque la hija tenía fiebre. En la familia no sabían nada de ella. Una de sus cuñadas fue hasta Falabella a buscarla. Como no la encontró, llamaron a la policía. Dos horas después entraron con ellos en la casa del barrio Acindar y descubrieron a la mujer y a su hija asesinadas de varias puñaladas. El marido, Lucas Iván F. de 34 años, quedó detenido como principal sospechoso del doble femicidio.
El doble crimen fue descubierto ayer al mediodía en la casa de Villarino al 3700. De acuerdo con fuentes judiciales, un rato antes los familiares de Fernanda Laconca y Lucas F., llamaron a la Policía cuando se enteraron de que ninguno de los dos había ido a trabajar. Al entrar a la casa, encontraron en la habitación a madre e hija asesinadas de varias puñaladas. El marido no tenía ninguna lesión. En una de las piezas los peritos encontraron un cuchillo con sangre.
De acuerdo a los investigadores y a los familiares Lucas F. estaba bajo tratamiento psiquiátrico. Después de la detención el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte ordenó hacerle un estudio en el Hospital Psiquiátrico Agudo Ávila. El resultado del análisis se conocerá hoy en la audiencia imputativa.
“Era un sol”
El descanso de las 10.30 es el momento en el que las empleadas Falabella se conocen. Es el tiempo libre en el que toman mate y charlan. Fernanda había entrado a trabajar siete años atrás al sector de reposición de ropa de dama, en la planta baja del edificio de Sarmiento y Córdoba. Valeria ya tenía cinco años en calzado cuando la conoció. “Fernanda era un sol. Nos hicimos cercanas de tanto compartir en el depósito. Estuve en su casamiento y la acompañé en el embarazo. Camila era todo para ella. Era su alegría más grande”, contó a El Ciudadano.
Según las compañeras de trabajo, en el último año Fernanda contuvo a Lucas F. durante el tratamiento psiquiátrico que lo llevó a una internación de varios meses. Hace poco había recibido el alta, aunque seguía tomando medicación. Entre las empleadas ayer reinaba el desconcierto. Si bien muchos sabían de la salud mental del hombre de 34 años, nadie recordaba que la joven asesinada haya contado de situaciones de violencia. “Se la veía cansada porque trabajaba ocho horas, cuidaba a la hija y tenía que ocuparse del marido por su salud”, contaron. Desde la Agencia de Investigación de Trata y Violencia de Género informaron que no registraron denuncias de violencia de género por parte de Fernanda en los últimos tres años.