WhatsApp es la red social más utilizada en la Argentina. Es lo que arroja un sondeo sobre los usos e influencias de estos vínculos virtuales en las personas. Detrás de la plataforma de contactos creada por un ucraniano y un estadounidense en 2009, que utiliza el 86% de los consultados, está Facebook, que compró a la primera en 2014, con el 76% de utilización. Muy rezagadas en las preferencias, según la encuesta, quedan Instagram (25%), Youtube (18%) y Twitter (13%), que con la duplicación de los caracteres permitidos en cada publicación intenta poner freno a su caída libre.
La consultora de investigación de mercado TrialPanel hizo el sondeo para armar un mapa de los usos actuales de las redes sociales. El 75% de los encuestados opinó que esas plataformas seguirán en expansión, el 23% piensa que se estabilizarán y un escaso 3% le augura una declinación.
El estudio tomó una base de 600 casos. Los entrevistados se repartieron entre hombres y mujeres, todos mayores de 18 años, de todos los niveles socioeconómicos y residentes en el Conurbano bonaerense, el territorio porteño y varias ciudades.
Para qué y con quién
La investigadora rosarina Beatriz Busaniche cuestiona el término red social. Dice que ellas son las que establecen las personas con sus reglas, contradicciones y dinámicas. Las que funcionan desde hace miles de años. Las plataformas de contactos virtuales, completa, imponen permisos y prohibiciones que no son los de sus seguidores, de los cuales conocen mucho más que los propios suscritos de ellas. El 84% de los consultados por TrialPanel dijo que utiliza estas redes por internet para estar en contacto con sus “amigos”. El 56%, para buscar información. El 45% refirió que contacta amigos a los que no ve hace tiempo y el 44%, que se anota en ellas por temas laborales.
Amigos o contactos. La mitad de los consultados juró que conoce a todos sus contactos, el 9% reconoce que sólo tiene idea de quiénes son realmente sobre la mitad. El resto, contestó que no sabe.
Qué hacen las redes con los usuarios y viceversa
Ante la pregunta sobre si las redes de contactos virtuales influyen en las relaciones personales, 6 de cada 10 encuestados declaró que no.
Entre quienes admitieron que sí les cambió parte de su vida, algunos mencionaron que conocieron a su pareja por contactos virtuales, otros que se reencontraron con amigos y algunos dijeron que así mantienen contacto con gente que vive lejos.
Al consultar por lo que más gusta de las redes sociales, la interacción y el cambio de contenido con amigos es lo más mencionado, mientras que la compra/venta y el seguimiento de músicos y figuras públicas son las opciones que menos atraen.
Qué es lo que más molesta
Las cadenas de agradecimiento o pedidos es lo que más molesta a los usuarios de las redes (82%). Lo mismo pasa con el spam, el registro obligatorio en sitios web para ver contenidos, las publicidades y los banners.
Poca política
Cuatro de cada 10 entrevistados dijeron que les molestan los comentarios sobre política.
Para finalizar, el 48% de los participantes del estudio afirmó que las redes sociales son bastante importantes en su vida, el 26% dice que le son indiferentes, el 14% muy importantes y un 11% las consideran poco y nada importante.
Y el ganador es… (o cómo pasar de una casa sin luz ni agua a una cuenta de u$s 3.900 millones)
WhatsApp es una compañía creada en 2009 por Jan Kuom, un ucraniano nacido en una precaria vivienda de una villa en la periferia de la ciudad entonces soviética de Kiev, en una familia judía en medio de un clima antisemita y de la guerra fría. O sea: todo mal. Cuando Jan tenía 16 años, emigró a Estados Unidos con su madre y su abuela. Sin plata, terminaron en California.
Al poco tiempo, la madre de Jan enfermó de cáncer. La familia vivió del subsidio estatal. El muchacho vivía como podía, tenía malas juntas y en la escuelaa lo tenían por conflictivo y peleador. A los 18 años empezó a interesarse por las computadores y un año después compró su primer PC. Autodidacta, se unió a un grupo de hackers que se llamaba a sí mismo woowoo y operaban sobre la plataforma de internet Relay Chat Network.
En esa red entabló contacto con uno de los fundadores de Napster, Shawn Fanning. Terminó la secundaria y empezó a estudiar Ciencias de la Computación en la Universidad Estatal de San José. Terminó abandonando. Pero antes, durante su cursado en la universidad, lo contrató la firma Ernst & Young como «tester» de seguridad. Una de sus tareas era inspeccionar el sistema de publicidad de Yahoo. Ahí fue donde conoció a quien sería su socio: Brian Acton. Era sólo cuatro años mayor, pero contaba con una extensa carrera como ingeniero y experiencia en gigantes como Apple y Adobe.
El ucraniano fue contratado por Yahoo en 1998. Estuvo en la empresa 8 años. Tanto él como Acton habían escalado puestos en la firma y acumulado un pequeño capital con sus altos salarios. En 2006, renunciaron y se dedicaron a viajar juntos durante una especie de «año sabático».
En 2009, el ucraniano compró un iPhone –creado dos años antes– y lo impresionó su potencial para incorporarle aplicaciones. Ya contaba 33 años, se arriesgó y fundó WhatsApp junto con Acton. ¿De dónde sacó la idea de la famosa mensajería? De un gimnasio al que asistía, y que tenía prohibido el uso de celulares. Perdía muchas llamadas mientras hacía ejercicio, y se propuso solucionarlo.
WhatsApp trepó enseguida sobre los servicios de mensajería instantánea que ya existían, como el de BlackBerry –exclusivo para sus teléfonos– o el de Microsoft, Google Talk y Skype. La ventaja: nació multiplataforma. En octubre de 2011, el volumen de mensajes diarios llegaba a 1.000 millones. Cuatro meses después, los duplicó. En enero de 2014, llegó a 50.000 millones y cuatro meses después marcó un récord de 64.000 millones de mensajes en un día.
La compañía de Mark Suckerberg compró la plataforma de Kuom y Acton el 19 de febrero de 2014 y hubo nuevo récord: 19.000 millones de dólares, una de las transacciones en tecnología más grandes de la historia.
El ucraniano, que creció sin los servicios básicos en un ambiente hostil, tiene ahora una cuenta bancaria con activos declarados de 9.300 millones de dólares.