Llegó el turno de los alegatos de los fiscales en el juicio que tiene en el banquillo a la banda de Los Monos. La Fiscalía pidió 41 años de prisión para Ramón “Monchi” Machuca; 24 para Máximo Ariel “Guille” Cantero; 10 años de prisión para Ariel “el Viejo” Cantero; 14 para Edgardo Andrés “Gitano” Fernández; 8 años y 6 meses al policía Sergio Blanche, 6 para Lorena Verdún, Francisco Lapiana, Agustín Ruiz y Silvana Gorosito, y la misma pena para los policías Juan José Raffo y Gustavo “Gula Gula” Pereyra.
El juicio por el accionar violento de la banda Los Monos, que tiene a 25 acusados –13 de ellos policías– comenzó finalmente a las 11.50, casi tres horas más tarde que lo previsto. El retraso fue por varios incidentes: los 8 involucrados que transitan el proceso detenidos se desnudaron (y rompieron sus ropas) para evitar ser trasladados a la sala de la audiencia y reforzar su reclamo de volver a la cárcel de Piñero luego de cada jornada ante los jueces. Finalmente, pese a los reparos del Ministerio de Seguridad por la logística necesaria, les concedieron el pedido.
El de los acusados no fue el único problema. En la sala irrumpió Norma Acosta, quien saltó a los medios por sus reiteradas denuncias a grupos de Villa Gobernador Gálvez que acusaba de narcos (los Bassi), cuya ex pareja falleció en un confuso incendio en la Alcaidía de Rosario y cuyo padre fue asesinado. La mujer se sentó entre los imputados presentes. Personal de seguridad del juicio le pidió que se retirara pero se negó: esgrimió sin suerte que era asesora de una defensora de los imputados. Su retirada fue a los gritos y con advertencias de que presentará una denuncia por “violencia de género y laboral” por el suceso. Sobre el final, agregó: «Acá adentro –por la carpeta que llevaba en la mano– están las pruebas de que este juicio es una farsa».
Superados los incidentes, arrancó por fin la primera jornada del inédito, por varios aspectos, juicio. Es el primero que se realiza con el nuevo sistema penal en el flamante Centro de Justicia Penal, de Mitre y Rueda. En la mira, además, hay jueces, en especial Viena e juicio en el que se debate la acusación de asociación ilícita para fines “indeterminados” –fórmula para obviar la figura de narcotráfico que corresponde a la Justicia Federal– y varios asesinatos.
Los acusados, integrantes y allegados a la familia Cantero, exigieron por medio de un recurso de habeas corpus en el queque justamente señala que el lugar donde están alojados no cumplen los requisitos mínimos para una detención legal.
Empezaron por los jueces
La defensa del acusado Ramón Monchi Machuca, hermano de crianza de Guille Cantero, recusó a dos de los jueces del Tribunal. Se trata de Ismael Manfrín y María Isabel Más Varela. El fundamento es que intervinieron en el juicio oral por el crimen de Claudio Cantero y tomaron contacto con material probatorio de la causa que se tramita a partir de este martes. El planteo está en trámite y es el propio Tribunal el que deberá resolver, por lo cual decidió pasar a cuarto intermedio. Esta táctica puede ser dilatoria, pero hay otras similares que van al fondo y por todo: representantes legales de los acusados dejaron trascender que podrían hacer eje en el controvertido magistrado Juan Carlos Vienna, instructor de la causa. A él le podrían achacar parcialidad, intereses personales en juego y violación de normas procesales. En base a ello, pueden fundamentar que este juicio está construido sobre cimientos ilegítimos. Vienna tiene varias manchas: por ejemplo, su cercanía con Luis Paz –planillas de migraciones desnudan sus viajes coincidentes a espectáculos de boxeo en Estados Unidos–. Luis es el padre de Martín «Fantasma» Paz, cuyo asesinato en 2012 fue adjudicado a Los Monos y dio origen al proceso judicial contra la banda de zona sur.
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