A un mes de iniciado el conflicto, Unilever ratificó una vez más los 65 despidos que anunció el 23 de octubre, un día después de las elecciones que ratificaron el triunfo de Cambiemos. En la reunión que mantuvieron este martes al mediodía los trabajadores con el Sindicato de Jaboneros y los ministros de Trabajo y Producción, la firma explicó los sus motivos de la medida. Dijeron que la reducción de los puestos de trabajo se debe a una supuesta inversión en tecnología. La explicación no conformó a los Ministros ni a los delegados quienes ven en la decisión un trasfondo político. El próximo jueves habrá una nueva reunión entre las partes, previo al término de la conciliación obligatoria el viernes 7 de diciembre.
“Si sacan un tercio de trabajadores la empresa no puede ser operativa. El discurso que dieron tiene poco sustento en comparación con la realidad de la planta. Unilever quiere despedir por una cuestión política”, dijo a El Ciudadano, Andrés Quisana, delegado del Sindicato de Jaboneros.
Quisana aseguró que las ventas y la producción se mantuvieron estables, por lo que la firma no habría perdido rentabilidad. Unilever se justificó en la apertura de importaciones. Dijo que la entrada de jabones al país bajó dos líneas de producción en lo que va del año.
Para los trabajadores la situación es rara e incierta. Temen que la empresa continué con más despidos. De los 65 trabajadores, unos 30 se desvincularon y acordaron una indemnización. El resto pide conservar su trabajo. Desde el sindicato dijeron que respetan la decisión de cada trabajador, pero que continuarán peleando por la totalidad de los puestos.