Las inferiores leprosas tuvieron un día convulsionado. Es que la estructura armada por Martín Mackey, tal vez el único punto positivo en un momento de crisis en el Parque, sufrió un golpe inesperado con la salida del juvenil Nicolás Castro a Boca sin que la Lepra pudiera hacer nada.
“Estoy con muchísima bronca con lo de Nicolás Castro. Lo vemos muy mal, y estamos afectados porque no hay forma de salvaguardar esto, por más que uno dé una opinión contraria, no hay nada que hacer”, disparó Martín Mackey, director deportivo leproso, con el lógico enfado de ver cómo se va un pibe que fue fruto de su trabajo.
Castro, de 16 años, llegó a Bella Vista en marzo, tras un acuerdo entre el club del Parque y 9 de Julio de Rafaela. Mackey y su equipo dieron el visto bueno y la entidad rafaelina se quedó con un 20 por ciento de su pase.
Y en junio fue citado por Sebastián Beccacece para ser esparrin de la selección de Jorge Sampaoli, en la gira que realizó por Australia y Singapur.
Y al regreso de esa gira Boca lo puso en su radar y todo cambió. “Cuando volvió de la gira por Australia, Newell’s quiso hacerle un contrato y la familia se negó. Nos extrañó que no hayan querido, pero se ve que algo sabían”, confió Mackey.
Desde hace algunas semanas, la posibilidad de que el volante de 16 años se vaya a Boca empezó a sonar fuerte en Bella Vista, y el fin de semana todo se precipitó. “Hace una semana o dos me comunicaron que había un interés y una oferta formal de Boca. Yo dije que no tenía que irse, que era un jugador importante para Newell’s. Pero si él y su familia quieren irse no hay nada que hacer. Esto va en contra de lo que nosotros buscamos, no queríamos que se vaya. Pero la decisión suya y de su familia está tomada”, confirmó el máximo responsable de las inferiores leprosas con lógico enojo.
El jugador ya tiene acordada su llegada a Boca, y al ser menor de edad y no tener contrato, no hay mucho que la Lepra pueda hacer, salvo recibir alguna compensación económica.
En ese sentido, Boca pagaría unos 2 millones de pesos y a Newell’s sólo le quedaría una pequeña parte de derechos de formación o mecanismo de solidaridad en caso de transferencias futuras al exterior (se considera que estuvo una temporada en el Parque).
“Yo quiero formar jugadores para que jueguen en la primera de Newell’s, no en la de otros equipos. Si esto sucede con otros jugadores, buscaremos nosotros las herramientas para que los chicos nos elijan”, señaló Mackey.
Y agregó: “Vine con muchas expectativas a desarrollar esta tarea al club, y ojalá tengamos la posibilidad de que los jugadores se queden en el club, más allá de las condiciones económicas”.
Y sobre el final dejó asentado su enfado con este tipo de maniobras. “Las instituciones grandes apelan al dinero y a la familia, y quedás parado en un lugar donde nada podés hacer. Considero que la AFA debería interceder en estas situaciones, porque sino no tiene ningún sentido las divisiones inferiores”, reclamó.